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El BOJ sorprende a los inversionistas al ampliar la banda en la que permite que coticen sus bonos soberanos hasta 0,5%, con gran impacto en los mercados
Sorpresa desde Asia. En la última cita del año, el Banco de Japón (BOJ), hasta ahora remanente de las políticas monetarias expansivas y no convencionales, anunció el primer endurecimiento del precio del dinero desde los años 90.
Aunque la institución dirigida por Haruhiko Kuroda mantiene los tipos de interés en negativo, decidió modificar su régimen de control de la curva de rentabilidades de la deuda soberana permitiendo que el interés de los bonos se encarezca. De esta forma, ahora el retorno de la deuda japonesa a 10 años puede alcanzar un máximo de 0,5% sin que la autoridad monetaria intervenga, frente a 0,25% previo.
Frente al programa de compras de deuda de los bancos centrales occidentales, el Banco de Japón ha optado desde 2016 por un sistema de control de la curva de tipos. La gran diferencia es que, mientras que el primero fija un volumen determinado de compras de deuda que reducen el interés de los bonos sin fijar una cota, el segundo fija compras ilimitadas para conseguir un nivel determinado de rentabilidad en la deuda.
Ahora el cambio anunciado por Kuroda permitirá un encarecimiento de la financiación que, de facto, supone un endurecimiento monetario. El interés de la deuda se disparó al instante casi 17 puntos básicos, hasta situarse en 0,41%, el nivel más elevado desde hace siete años.
Ajuste
El gobernador del Banco de Japón, sin embargo, ha querido desmarcarse del endurecimiento monetario. Según señaló, la decisión de dejar que los tipos de la deuda responde al deseo de "mejorar el funcionamiento del mercado y alentar una formación de precios en la curva de tipos más eficiente al tiempo que se mantienen condiciones financieras expansivas".
Lo cierto es que, por primera vez en décadas, la inflación en Japón se encuentra por encima del objetivo del banco central, que durante mucho tiempo ha presionado para moverla al alza. Con un crecimiento de los precios de casi 4%, el organismo monetario.
"Vemos esta decisión como una gran sorpresa, pues esperábamos que cualquier ampliación del margen de control de la curva de tipos se anunciase bajo el liderazgo del nuevo gobernador del Banco de Japón en la primavera del año que viene", asegura Naohiko Baba, economista jefe de Japón de Goldman Sachs.
Pese a que los inversionistas cuestionan el discurso, Kuroda ha insistido en que no se trata de un endurecimiento asimilable a una subida de tipos. De hecho, ha indicado que es demasiado pronto para debatir una salida de las políticas monetarias ultraexpansivas y que no dudará en inyectar más estímulos a la economía si el panorama se deteriora.
La sorpresa, en un momento de alta tensión en los mercados por el tono duro de otras autoridades monetarias como el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed), ha desencadenado pérdidas en Bolsa y una nueva fuerte subida de las rentabilidades de la deuda soberana del resto de países del mundo.
Al margen de que la decisión de Kuroda supone la retirada de la última política monetaria del mundo -pues a esta decisión podrían seguirle más en el futuro- el hecho de que Japón vuelva a remunerar el ahorro podría tener consecuencias sistémicas. Desde el siglo pasado, el país nipón ha sido el principal exportador de capital, con sus inversionistas en busca de activos que pudieran ofrecer una rentabilidad que se les negaba de forma doméstica.
La posibilidad de que ahora regrese la inversión al país con los tipos de la deuda en positivo y presionando al alza provoca ventas en el resto de títulos, tanto de renta variable como de renta fija. Por ejemplo, Japón es el mayor tenedor de bonos soberanos estadounidenses del mundo con más de un billón de dólares.
"Lo que parece como un ajuste menor de política monetaria causará una volatilidad muy seria en el mercado", anticipa Alfonso Peccatiello, consejero delegado de The Macro Compass.
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