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La población de ingresos medios y bajos será la más afectada por la subida mundial de los precios, con un aumento del hambre
Expertos del Banco Mundial aseguraron que la inflación provocada por la reactivación tras la pandemia y, ahora, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, puede provocar estragos en la población pobre del mundo.
Según el organismo multilateral, la inflación está en máximos desde 2011 en las economías emergentes y los países en desarrollo, que superan, en su mayoría, a las metas establecidas por los bancos centrales.
Dice que los hogares de ingresos bajos y medios tienden a ser más vulnerables que los hogares ricos por el aumento de los precios, debido a las diferencias en los tipos de ingresos, activos y de la canasta familiar.
El Banco Mundial explica que los hogares de ingresos bajos y medianos de los países desarrollados dependen más de sus salarios mensuales, lo que les complica el poder adquisitivo, ya que la inflación generalmente sube más que el sueldo.
Sucede lo contrario con las familias ricas que diversifican sus ingresos por medio de inversiones o tienen negocios propios, debido a que estas ganancias a menudo van al mismo ritmo de la inflación.
El ritmo acelerado del IPC también somete más a los pobres que a los ricos por medio de la canasta familiar. Los hogares de más bajos ingresos en las economías emergentes y en desarrollo gastan aproximadamente 50% de sus ingresos en alimentos. En el caso de los hogares de más altos ingresos, la cantidad es solo de 20%.
Esto complica más a las familias de bajos ingresos de Europa del Este, Asia y África, en medio del conflicto armado que se desarrolla en Ucrania. Junto con Rusia, ambos países son potencias exportadoras de productos básicos, como el gas, el petróleo, el carbón, los fertilizantes, el trigo, el maíz y el aceite de semillas, productos que han disparado sus precios en los últimos meses.
El Banco Mundial también dice que la inflación tiende a empeorar la desigualdad por medio de los activos financieros. Explica que las personas de ingresos más bajos tienen poco acceso a productos financieros que los puedan proteger de la inflación. Toma como ejemplo a Estados Unidos, que pese a tener una gran mayoría de población con una cuenta corriente, son pocos los que tienen productos de ahorro o inversión. El organismo asegura que la población más rica de ese país tiene cinco veces más probabilidades que los más pobres de poseer certificados de depósito, seis veces más opciones de tener bonos de ahorro y 12 veces más oportunidades de adquirir fondos de inversión, por lo que concluye, que los hogares que lograron salir recientemente de la pobreza volverán a caer.
“La inflación ha vuelto y está causando estragos. El aumento de la inflación plantea un desafío importante para muchos hogares en todo el mundo, pero sus efectos no se sienten por igual. El alcance del impacto de la inflación puede variar según la fuente de ingresos, activos y gastos de manutención de un hogar. Por lo tanto, el reciente aumento de los precios de los alimentos y la energía podría afectar de manera desproporcionada a los hogares más pobres”, explicó Indermit Gill, uno de los autores del artículo y vicepresidente de Finanzas e Instituciones del Banco Mundial.
Agrega Gill que los gobiernos “en lugar de implementar subsidios o restricciones comerciales, deberían usar políticas de bienestar social para proteger a los más pobres del aumento de los precios. Esto podría incluir transferencias en efectivo, alimentos y en especie; programas de alimentación escolar; y programas de obras públicas”.
Otras recomendaciones que hace el Banco Mundial están enfocadas hacia las decisiones que deben tomar los bancos centrales. Dice que, hasta ahora, han actuado bien en su intento por contener la inflación, pero que las próximas medidas deben tener en cuenta los posibles efectos en la pobreza y la desigualdad y tratar de mitigarlos lo más posible.
Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional también prevé complicaciones en los países de ingresos bajos y dice que toda la economía mundial sentirá los efectos de un crecimiento más lento y una inflación más rápida por la crisis en Ucrania.
“Muchos países en desarrollo, como los que componen en su mayoría la región de África Subsahariana, son particularmente vulnerables a los efectos de la guerra, específicamente debido al aumento de los precios de la energía y los alimentos, la reducción del turismo y las posibles dificultades para acceder a los mercados internacionales de capital”, aseguró Abebe Aemro, director del Departamento de África del FMI.
Hogares que están en extrema pobreza no sufrirían los efectos inflacionarios
A diferencia de los hogares con ingresos medios y bajos, que son muy vulnerables por la inflación, la población que está por debajo de la línea de la pobreza mundial, es decir, los más pobres, serían menos afectados. El Banco Mundial explica que estos hogares suelen depender de ingresos no monetarios, como la agricultura de subsistencia o el trueque, que pueden ser menos vulnerables a la inflación. Además, una quinta parte son vendedores de alimentos, por lo que el alza de precios los podría beneficiar.
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