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Sin mencionar a Trump, presidentes que hablaron en el G20 se vieron preocupados por la agenda climática y comercial desde 2025
El próximo 20 de enero, Donald Trump regresará a la Casa Blanca, por eso, en la cumbre del G20 de Brasil, varios presidentes, sin mencionar al republicano con nombre propio, enviaron mensajes sobre cómo la primera economía del mundo “debe ser consciente de las necesidades medioambientales y climáticas del planeta, así como los retos en el comercio internacional”, algo que señaló el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva.
Los líderes de las mayores economías del mundo reafirmaron “un fuerte compromiso con el multilateralismo, especialmente a la luz de los progresos realizados en el marco del Acuerdo de París” y resolverán “permanecer unidos en la búsqueda de los objetivos del acuerdo”, según un borrador de la declaración preliminar del G20.
El lunes, Lula y el propio Joe Biden, instaron a que la Organización Mundial del Comercio siga siendo el “núcleo” del comercio mundial. “Reconociendo que el conjunto de nuestros esfuerzos será más poderoso que la suma de sus partes, cooperaremos y juntemos esfuerzos para lograr una movilización mundial contra el cambio climático”, dice el borrador de declaración.
Aunque eso señala el documento, necesita la firma de todos los países para hacerse oficial. Y todo podría cambiar, en primer lugar porque algunos evalúan qué posición tener con la agenda de Trump, y por otro lado, porque hay aliados que ya están más seguros de cooperar con la línea del republicano, como lo señaló el argentino, Javier Milei.
Precisamente, aunque Trump no esté en Río de Janeiro su presencia se siente, y uno de los casos está en la agenda verde. El Gobierno de Milei está considerando retirarse del Acuerdo de París, según reveló CNN, siguiendo los pasos de Trump en 2020.
Para algunos analistas, la victoria del multimillonario en las elecciones estadounidenses “ya está remodelando la geopolítica mundial, mientras los líderes se preparan para aranceles más altos, escepticismo sobre los esfuerzos para combatir el cambio climático y un cambio en las prioridades de la política exterior estadounidense” decía uno de los comentarios de Bloomberg TV, antes de comenzar la cumbre.
“Los gobiernos se han vuelto más escépticos sobre los beneficios del comercio internacional en la última década” alertaron ayer en el foro de transporte en el G20, mientras suben los aranceles.
La preocupación de los gobierno por el proteccionismo de Estados Unidos, es el afán en la agenda, pues el Presidente entrante ha expresado su deseo de aumentar los aranceles sobre las importaciones de una amplia gama de países.
La OMC dijo ayer que los miembros del G20 han impuesto 91 medidas que restringían el comercio, la mayoría de las cuales estaban dirigidas a las importaciones. Como resultado, la proporción total de importaciones mundiales cubiertas por restricciones aumentó a 9,4% desde 9,1% en el año hasta octubre de 2023.
En la organización del comercio explicaron que las normas más restrictivas perjudicarán el PIB global, las proyecciones dejan ver que EE.UU. llegaría a 2027 con un valor de US$32,7 billones en su economía, le siguen China con un estimado de US$22,05 billones, Alemania (US$5,2 billones), Japón (US$4,7 billones) y en quinto lugar India con US$5,1 billones.
Ngozi Okonjo-Iweala, directora general del organismo, dijo que las restricciones contribuyen a la escasez y pueden alimentar la inflación. “Las economías del G20 deben trabajar para mantener los mercados abiertos y predecibles, para permitir que los bienes fluyan sin problemas y fomentar la certidumbre que ayuda a incentivar la inversión y la creación de empleo”, dijo.
La OMC reportó que aunque el número de nuevas restricciones a las exportaciones fue menor que en los 12 meses anteriores, el valor del comercio afectado fue mayor.
A lo largo del año se suprimieron muchas de las restricciones impuestas a los alimentos, piensos y fertilizantes tras el ataque de Rusia a Ucrania, pero mientras los gobiernos seguían añadiendo restricciones al comercio, como gravámenes más elevados a las importaciones, hubo un mayor número de medidas que redujeron las barreras comerciales, incluidas reducciones de aranceles.
De hecho, el comercio cubierto por la eliminación de restricciones en el año hasta mediados de octubre ascendió a US$1,1 billones,frente a los US$828.900 millones del comercio cubierto por nuevas restricciones.
Brasil se ha esforzado por mantener la mayor parte de la atención en sus prioridades, que también incluyen la inclusión social y el lanzamiento de una “Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza” para movilizar “el financiamiento y el intercambio de conocimientos para apoyar la implementación de programas dirigidos por los países, propiedad de los países, a gran escala y basados en la evidencia con el objetivo de reducir el hambre y la pobreza en todo el mundo”.
La reforma y el fortalecimiento de las Naciones Unidas es otra prioridad clave para la presidencia brasileña, como parte de un “Llamado a la acción sobre la reforma de la gobernanza mundial” adoptada en septiembre. “Los desafíos que enfrenta la comunidad mundial solo pueden abordarse mediante soluciones multilaterales para un mañana mejor”.
Semanas después del inicio de su gobierno, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, está dando señales de que se pondrá del lado de Estados Unidos por encima de China, si se ve obligada a elegir.
Que eso sea suficiente para evitar que Donald Trump la arrolle con los aranceles punitivos con los que ha amenazado en su segundo mandato, es otra cuestión. Mientras Sheinbaum asiste a la cumbre del G20, los otros líderes estarán deseosos de sondear a la nueva presidenta sobre su papel sobre una futura guerra comercial.
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