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El cobre ha subido durante diez meses consecutivos, y una undécima alza marcaría el repunte mensual más largo
El cobre está a punto de registrar el repunte más largo de su historia, pero el metal considerado un barómetro de la economía mundial ha vacilado recientemente, y los operadores miran hacia Washington y Beijing en busca de pistas sobre el próximo ascenso.
Los operadores y los principales inversionistas dicen que el mercado necesita más buenas noticias antes de que los precios puedan seguir subiendo. Mucho dependerá de cuándo se apruebe el proyecto de ley de alivio por el cornavirus del presidente estadounidense, Joe Biden, y qué tan extenso sea; qué tan rápido se distribuyan las vacunas; y cuánta disminuya la demanda china, el mayor comprador mundial de productos básicos, debido a los esfuerzos por frenar la propagación de la pandemia durante las celebraciones del Año Nuevo Lunar.
"La gente en general es optimista en cuanto a la perspectiva a largo plazo a nivel mundial, pero se trata de cuándo se consolidará", dijo Jon Lamb, gerente de cartera de Orion Resource Partners que administraba US$6.300 millones a fines de septiembre. "Es la claridad sobre cómo se verán esas iniciativas —desde la próxima ronda de financiamiento de ayuda por el covid hasta los proyectos de infraestructura de estímulo por el covid donde los vehículos eléctricos y la energía renovable serán grandes focos— y el momento será el catalizador".
Debido a su uso generalizado, desde tuberías y productos electrónicos hasta vehículos eléctricos, el cobre es ampliamente considerado un barómetro de la economía mundial. Las apuestas a un repunte global posterior a los confinamientos en todo el mundo, la rápida recuperación en China y las iniciativas de economía verde en Estados Unidos llevaron al cobre a un máximo de casi ocho años a principios de enero.
El cobre ha subido durante diez meses consecutivos, y una undécima alza marcaría el repunte mensual más largo desde que el contrato del cobre de la Bolsa de Metales de Londres comenzó a cotizarse en su forma actual en 1986.
El metal está en vías de superar ese hito con un alza de más de 3% en lo que va de febrero, pero el repunte ha estado rezagado respecto del índice Bloomberg Commodity en los últimos meses. La semana pasada, los precios cerraron brevemente por debajo de su promedio móvil de 50 días, en una señal técnica bajista vista solo por un segundo período en el histórico ascenso del cobre.
También faltan detalles sobre las iniciativas a largo plazo de la Administración de Biden que beneficiarían al cobre, como las relativas a infraestructura y cambio climático. Si bien son unas de las principales prioridades, no está claro cuál será el apetito en el Congreso para un gran plan de gastos o qué tan rápido se aprobarán los proyectos de ley.
No es solo el momento de la recuperación económica lo que acosa al cobre. Hay factores a corto plazo que hacen que sea una apuesta menos atractiva. El próximo feriado del Año Nuevo Lunar, que comienza el 11 de febrero, implica menor demanda en China.
En EEUU, la reciente recuperación del dólar no ha ayudado. El cobre se cotiza en dólares, lo que lo hace más caro para los inversionistas que usan otras monedas. El Bloomberg Dollar Spot Index subió 0,9% el mes pasado, la primera alza mensual en cuatro mees.
Si bien la mayoría en Wall Street se está preparando para un aumento en los precios, el repunte no está exento de dudas.
Analistas de JPMorgan Chase & Co. dijeron la semana pasada que el superciclo actual impulsado por China alcanzó su punto máximo y que se prevé que el crecimiento de la inversión china disminuya. Los precios del cobre bajarán de un promedio de US$7.700 (US$ 3,49 la libra) por tonelada en el primer trimestre a US$6.500 (US$ 2,94 la libra) en el cuarto trimestre.
Inflación
Dejando a un lado las dificultades a corto plazo, los alcistas dicen que el cobre todavía tiene mucho que ofrecer.
El riesgo de inflación debido al tamaño del plan de ayuda del presidente Biden, que eclipsa el paquete de rescate de 2009, también podría ser una ventaja para el cobre. El aumento de la inflación significa precios más altos para el metal cuando tiene demanda durante una recuperación impulsada por el estímulo.
Las expectativas inflacionarias de los inversionistas han subido, para situarse en un promedio de 2,2% en la próxima década, según las operaciones en el mercado de deuda del Tesoro. La cifra es superior a un mínimo pospandemia de 0,55% en marzo pasado.
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