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Yvon Chouinard, el multimillonario fundador de la marca de ropa para deportes al aire libre Patagonia, anunció que entregará la compañía a un fideicomiso para combatir el cambio climático
Yvon Chouinard, el multimillonario fundador de la marca de ropa para deportes al aire libre Patagonia, anunció ayer que entregará la compañía a un fideicomiso que utilizará sus ganancias para combatir la crisis del cambio climático.
En lugar de vender la empresa o sacarla a bolsa, Chouinard, que se hizo famoso por sus excursiones en el Parque Nacional Yosemite y tiene un patrimonio neto de US$1.200 millones, transferirá la propiedad familiar de Patagonia a un fideicomiso y una organización sin fines de lucro.
"Cada año, el dinero que ganamos después de reinvertir en el negocio se distribuirá como dividendo para ayudar a combatir la crisis", escribió el miércoles Chouinard en una carta divulgada en el sitio web de la compañía. "En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en utilidad para los inversores, utilizaremos la ganancia que crea Patagonia para proteger la fuente de toda riqueza", agregó.
Patagonia continuará operando como una corporación privada con fines de lucro, pero la familia Chouinard, que controlaba la compañía hasta el mes pasado, ya no es propietaria de la empresa, según el New York Times, que informó sobre la decisión el miércoles.
Las acciones con derecho a voto de la compañía se transfieren a Patagonia Purpose Trust, mientras que los papeles sin derecho a voto se entregaron a Holdfast Collective, una entidad sin fines de lucro dedicada a combatir la crisis ambiental y defender la naturaleza. El fideicomiso será supervisado por miembros de la familia.
Si bien las personas ricas a menudo hacen contribuciones financieras a causas, el New York Times dijo que la estructura de la acción del fundador de Patagonia implica que él y su familia no obtendrían ningún beneficio financiero y, de hecho, asumirían una factura de impuestos por la donación.
El estadounidense Yvon Chouinard se enamoró de la Patagonia tras escalar el monte Fitz Roy y decidió bautizar así a su emprendimiento de equipos de montañismo.
Pero todo el universo de Patagonia, la compañía que fundó inspirada en la región, gira en torno a la sustentabilidad. Su firma se erigió como pionera del movimiento de empresas B con un ojo puesto en reducir su impacto ambiental. Todo comenzó en un basurero.
¿Quién es Yvon Chouinard?
Yvon Chouinard nació en Maine, Nueva Inglaterra, pero al poco tiempo su familia se mudó a Ventura, California. A los 14 años se unió al Club de Cetrería de California del Sur donde aprendió todo sobre el montañismo. Poco a poco fue desarrollando esta pasión y durante su adolescencia le gustaba pasar el tiempo con sus amigos escalando Stoney Point, en Oklahoma, o el pico Tahquitz, en California.
Pero Chouinard era inquieto y creía que podía mejorar algunas herramientas que utilizaba para ascensos y descensos. En 1957 fue a un depósito de chatarra y trajo consigo una fragua de carbón usada, un yunque, unas pinzas y un martillo. Con estos elementos se volvió un autodidacta de la herrería y fabricó sus propios pitones - elemento clave en el montañismo - a partir de una vieja cuchilla cosechadora.
SU PRIMER EMPRENDIMIENTO
El boca a boca entre sus amigos volvió su trabajo artesanal en un negocio. En una hora podía hacer dos clavijas recicladas y las vendía por US$1,50 cada una. Así montó un pequeño emprendimiento en el patio trasero de la casa de sus padres. Luego empezó a venderlas en el baúl de su auto. Chouinard viajó con su camioneta desde Ventura hasta Punta Arenas para probar y comercializar sus creaciones. Durante su escalada al monte Fitz Roy se enamoró del paisaje patagónico y decidió que su empresa llevaría este nombre.
En 1965 junto a su socio Tom Frost lanzaron oficialmente Chouinard Equipment. Ambos rediseñaron otras herramientas de escalada para hacerlas más resistentes, livianas y funcionales. Con el tiempo también introdujeron otros cambios a sus propios inventos. El empresario se dio cuenta que sus pitones dañaban las rocas, entonces en 1972 lanzó una variante de cuñas de aluminio.
DEL EQUIPO A LA ROPA
El negocio de gear vendía bien, pero las ganancias eran escasas y Chouinard encontró el segmento que haría explotar a su marca casi por casualidad. Para un viaje a Escocia se compró una camiseta de rugby porque el cuello que esta tenía le permitía colgarse las herramientas de montañismo sin lastimarse el cuello. Cuando volvió a los Estados Unidos sus amigos quisieron también tener una, entonces empezó a importarlas. Pronto sumó pasamontañas, bolsas para refugio temporal, guantes, mitones y gorros reversibles.
Patagonia trabaja para extender la vida útil de sus prendas y que sean lo más funcionales posibles para outdoor.
Hoy la empresa ronda US$800 millones en facturación por año y continua siendo una empresa privada bajo el mando de Chouinard, de 83 años. Además, de la unidad de equipos e indumentaria en 2012 creó Patagonia Provisions, dedicada al rubro de alimentos con un enfoque sustentable.
Con los años Chouinard y Patagonia se convirtieron en referentes de los negocios con consciencia. Su compañía invierte en prácticas sustentables y dona el 1% de sus ganancias a organizaciones ambientales. Entre 2002 y 2019 ya recaudó más de US$200 millones.
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El presidente del directorio, Alejandro Narváez, aseguró además que la emisión sería gradual
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