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El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que su objetivo es eliminar lo que denominó como el "corredor del terror" en la frontera
Turquía lanzó el miércoles una operación militar contra combatientes kurdos en el noreste de Siria, pocos días después de que Estados Unidos retiró sus tropas de la zona, con ataques aéreos y de artillería que golpearon posiciones de la milicia YPG en la localidad fronteriza de Ras al Ain.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo al anunciar el comienzo de la operación, que su objetivo es eliminar lo que denominó como el "corredor del terror" en la frontera sur.
Turquía preparaba su entrada en el noreste de Siria desde que las tropas estadounidenses, que combatían junto a los kurdos contra Estado Islámico, comenzaron a abandonar el área, en un abrupto cambio de estrategia del presidente Donald Trump. El retiro fue ampliamente criticado en Washington como una traición a los aliados kurdos de Estados Unidos.
Una fuente de seguridad turca dijo a Reuters que la operación militar comenzó con ataques aéreos, mientras que los obuses bombardearon bases, depósitos de munición y puestos de francotiradores del YPG en zonas alejadas de áreas residenciales.
Un camarógrafo de Reuters en la localidad turca de Akcakale vio varias explosiones al otro lado de la frontera, en la aldea siria de Tel Abyad, donde testigos reportaron la huida masiva de la población.
Varias explosiones fuertes sacudieron Ras al Ain, al otro lado de la frontera frente a la localidad turca de Ceylanpinar, indicó un reportero de CNN Turk. Según dijo, podía escucharse el sobrevuelo de los aviones y salía humo de los edificios.
Las potencias mundiales temen que la ofensiva abra un nuevo capítulo en la guerra siria y empeore la inestabilidad regional. Ankara asegura que busca crear una "zona de seguridad" para devolver millones de refugiados a territorio sirio.
Más temprano, Erdogan dijo en una llamada telefónica a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que la operación ayudará a la paz y la estabilidad de Siria.
Antes del comienzo de la ofensiva, Siria afirmó que está decidida a confrontar cualquier agresión turca por todos los medios legítimos. También se mostró dispuesta a recibir a sus "hijos pródigos", en una referencia aparente a las autoridades kurdas sirias que controlan el noreste.
Turquía considera terroristas a los combatientes kurdos del YPG en el noreste de Siria por sus vínculos con milicias que libran una insurgencia en territorio turco. Una afluencia de sirios no kurdos le ayudaría a generar un colchón frente a su principal amenaza a la seguridad.
En medio de crecientes preocupaciones humanitarias, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó a todas las partes en el noreste de Siria a ejercitar la máxima contención y proteger a los civiles.
Las fuerzas bajo liderazgo kurdo denunciaron el cambio en la política estadounidense como una "puñalada en la espalda". Trump negó haber abandonado a estas fuerzas, su aliado más capaz en el combate contra Estado Islámico en Siria.
La autoridad kurda en el norte de Siria declaró un estado de "movilización general" antes del ataque. "Pedimos a nuestras instituciones y nuestra gente (...) que se dirija hacia la región fronteriza con Turquía para cumplir su deber moral y mostrar resistencia en estos momentos sensibles e históricos", señaló en un comunicado.
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