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Francis Fukuyama presenta su último libro en el que señala las amenazas que enfrenta la democracia liberal en el mundo
Anoche, el politólogo Francis Fukuyama presentó su más reciente libro ‘El liberalismo y sus desencantados: cómo defender y salvaguardar nuestras democracias liberales’ en la Universidad Javeriana.
Este evento se dio en el contexto de la primera edición en Colombia de los programas de la Academia de Liderazgo para el Desarrollo (LAD) de la Universidad de Standford que realizan en alianza con el Centro Internacional para la Empresa Privada (Cipe).
El experto en política internacional habló con LR sobre sus postulados y se refirió a hechos coyunturales.
¿Cuáles son los puntos principales del nuevo libro?
La defensa al liberalismo, que es una ideología que está siendo atacada por el nacionalismo y el populismo. Hablo de una doctrina que asume que todas las personas tienen derecho a igual dignidad, que necesita ser protegida por un estado de derecho, y por equilibrios que impidan que el gobierno interfiera excesivamente en la vida de las personas. En ese sentido, hoy en día hay algunos países que son democráticos pero no liberales, como Hungría, cada vez más India, y también tenemos la amenaza en Estados Unidos con Donald Trump.
¿Cuál es la propuesta económica de la democracia liberal?
Pasamos por la fase neoliberal, y era una versión más extrema donde los principios de la economía de mercado fueron llevados a terrenos irrazonables, y el Estado fue denigrado como factor regulador de la economía, y eso creó muchos problemas. Así que, la agenda es regular los mercados y asegurarse de que no se produzcan daños procedentes del sector financiero de la forma en que lo hicimos.
Una forma más moderada de liberalismo económico genera prosperidad, porque las economías liberales funcionan mejor cuando realmente hay competencia adecuada, grandes mercados y un comercio relativamente libre. El liberalismo económico es la fórmula para una mayor prosperidad.
Una forma más moderada de liberalismo económico genera prosperidad, porque las economías liberales funcionan mejor cuando realmente hay competencia adecuada, grandes mercados y un comercio relativamente libre. El liberalismo económico es la fórmula para una mayor prosperidad.
Ha hablado de cómo algunos partidos de derechas en Europa han adoptado la antimigración como discurso populista. ¿Cree que esto está ocurriendo en Colombia en relación con la migración venezolana?
Aquí es fundamentalmente diferente. Han acogido a un gran número de venezolanos pero creo que aunque se han creado tensiones y resentimientos, no se parece en nada al tipo de movimientos antiinmigración que se ven en Estados Unidos o en Europa, y hay varias razones para ello.
Los venezolanos no son culturalmente tan diferentes de los colombianos, hablan el mismo idioma y muchas de sus costumbres son muy similares. En Estados Unidos, es principalmente la migración de América Latina, en Europa es la inmigración de Oriente Medio y de África, y las diferencias culturales son mucho mayores que cualquier cosa experimentada en esta región.
¿Cómo se ve en riesgo la democracia liberal en América Latina?
La democracia en sí misma, la elección popular, no está especialmente amenazada, lo que está amenazado es el Estado de derecho, la parte liberal. Las amenazas provienen de diferentes fuentes, el tráfico de drogas organizado representa un enorme desafío para la seguridad y una amenaza para la ley y el orden. Pero también hay gobiernos populistas que han estado dispuestos a anular las constituciones y los procedimientos legales para mantenerse en el poder. Esto ha sucedido en Venezuela y Nicaragua.
Y creo que hay una forma más leve de populismo en la que alguien es elegido y dice: “el pueblo quiere que haga algo, pero no puedo conseguir que el Congreso esté de acuerdo así que vamos a tratar de forzarlos”, y en cierto modo, eso es lo que está ocurriendo en Perú tras el intento de golpe de Estado de Castillo y su destitución. Muchos de sus partidarios sienten que el sistema político no les ha representado adecuadamente.
América Latina difiere de Europa y Norteamérica en que su populismo sigue siendo de izquierdas, y creo que refleja la realidad económica y social de esta parte del mundo, donde hay grandes desigualdades. Se basa en personas pobres que sienten que el sistema político existente, aunque formalmente democrático, realmente no les representa y quieren cambiarlo y por eso han elegido a estos nuevos líderes.
En América Latina he dicho que la mayor parte del populismo está en la izquierda, pero eso no es del todo cierto, porque tenemos otro escenario de un populista que es mucho más parecido a Donald Trump o uno europeo que representa a la clase media blanca y eso no es completamente diferente en esta región.
¿Ve probable que Donald Trump vuelva a la presidencia?
Es probable que sea el candidato republicano, pero creo que a este punto mucha gente se está cansando de él. Mi esperanza es que no sea presidente de nuevo, para eso los demócratas tienen que presentar buenos candidatos.
¿Cómo se afecta la democracia con el conflicto en Ucrania?
La invasión rusa en Ucrania es un intento de derrocar el orden europeo de posguerra que liberó a Europa del Este de la dominación soviética, eso fue un gran logro y a Putin nunca le gustó, por lo que está intentando derrocarlo y demostrar que su forma de gobierno autoritario es más eficaz.
Así que creo que lo que está en juego para otras democracias es muy importante, tenemos que demostrar que está equivocado. Creo que la mejor manera de resolverlo es básicamente expulsar a los rusos del territorio que ocuparon y creo que tienen una posibilidad razonable de hacerlo para el próximo verano.
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