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El funcionario, considerado amigable con el mercado, deberá también equilibrar las exigencias de su nuevo jefe, el entrante presidente libertario Javier Milei
Luis Caputo, encargado de solucionar la peor crisis económica de Argentina en décadas, una vez fue apodado "Messi" por su habilidad financiera en gigantes como JP Morgan y Deutsche Bank. Ahora se enfrenta al desafío de recuperar la economía del país, una meta que se equipara a una Copa Mundial.
Caputo, de 58 años, exministro de Finanzas y expresidente del banco central, amante del rugby, tomará las riendas de la economía argentina a partir del domingo con el objetivo de reducir la tasa de inflación de tres dígitos, reconstruir las reservas de divisas y sacar al país de la recesión.
El funcionario, considerado amigable con el mercado, deberá también equilibrar las exigencias de su nuevo jefe, el entrante presidente libertario Javier Milei, cuyas promesas radicales de campaña incluyeron eliminar el banco central y dolarizar la economía.
El país sudamericano está sumido en su peor momento económico en dos décadas, con una inflación acercándose a 150%, más de 40% de la población en la pobreza y una millonaria deuda con tenedores de bonos y con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"La situación es delicada", dijo José Echague, jefe de estrategia de Consultatio Financial Services, que maneja unos US$400 millones en fondos comunes de inversión, quien agregó que ahora los desafíos son mucho más complejos que en 2015, cuando Caputo asumió como funcionario por primera vez.
"Por más que tengas a Messi y a Maradona juntos en el mismo equipo, no tenés asegurado el éxito", explicó en referencia a los dos grandes astros del fútbol argentino, Diego Maradona y el actual capitán de la selección campeona del mundo, Lionel Messi.
Caputo, de muy bajo perfil y padre de seis hijos, ha tenido un comienzo auspicioso. Su designación ha estimulado a los mercados locales dado que los inversores esperan que actúe como un freno a las ideas más extremas de Milei y que aplique políticas económicas más ortodoxas.
"La elección del ministro de Economía es muy importante porque lo que señala es un enfoque menos radical en términos de dolarización", sostuvo Robert Simpson, co-director de deuda de mercados emergentes en Pictet Asset Management en Londres.
En mayo, un informe de su consultora Anker Latinoamérica que circuló online dijo que la dolarización era "difícil de implementar" pero no imposible, aunque argumentó que la "columna vertebral" de los problemas de Argentina era el déficit fiscal.
Simpson añadió que la designación de Caputo también debería facilitar las conversaciones con FMI, con un replanteo del acuerdo por US$44.000 millones que se ha descarrilado especialmente porque el Gobierno saliente abrió el grifo del gasto público para evitar una caída del peso e impulsar la economía.
Caputo, jefe de finanzas de 2015 a 2017, tiene un historial en captar fondos, pero la recaudación de fondos tiene un historial variopinto. A Caputo se lo considera más un gurú de las finanzas que un experto macroeconómico.
Fue ministro de Finanzas y más tarde presidente del banco central en el gobierno del expresidente conservador Mauricio Macri, que negoció el acuerdo original por US$56.000 millones con el FMI de 2018, programa que fracasó y fue reemplazado por el actual.
Caputo también ayudó a recaudar unos US$3.000 millones en 2017 con un bono a 100 años, una señal de optimismo en el momento pero que con los años ha perjudicado a muchos acreedores ya que la inflación y las tasas de interés se dispararon y los bonos se hundieron en territorios cercanos al default.
"Como secretario de Finanzas fue el que logró conseguir financiamiento para el déficit fiscal (...) En ese sentido cumplió un buen rol", dijo a Reuters Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos y exgerente de análisis macroeconómico del banco central.
Esta vez eso puede resultar más difícil ya que Argentina está excluida de los mercados financieros, se estima que sus reservas de divisas se encuentran en rojo en US$10.000 millones y hay una serie de controles cambiarios que desfiguraron el mercado de divisas.
Alejandro Werner, quien lideró las conversaciones con Argentina como director del Hemisferio Occidental del FMI durante la última vez que Caputo estuvo en el gobierno, dijo que ambas partes buscarían comenzar con borrón y cuenta nueva para ayudar a reactivar el programa de crédito, el mayor del organismo a nivel mundial.
"Creo que el Fondo va a comenzar de cero la relación con él. El pasado no influirá", dijo a Reuters Werner, actual director del Instituto Georgetown Americas.
"Irán construyendo sus propias fobias y afinidades", agregó.
Un exfuncionario del Gobierno de Macri que trabajó en estrecha colaboración con Caputo cuando era Ministro de Finanzas, dijo que era "simple" y un buen oyente, a menudo rodeado por su equipo principal de confidentes incluido Santiago Bausili, quien será el nuevo presidente del banco central, según tres fuentes con conocimiento directo del tema.
El desafío de Caputo será conformar su equipo económico -todavía incompleto- y contar con un fuerte asesor de política económica para equilibrar su enfoque más financiero, añadió.
La persona, que pidió no ser identificada, agregó que a Caputo le gustan los deportes y que mientras estaba en el Ministerio de Finanzas a menudo esperaba que las reuniones terminen a horario para tener tiempo para ver a su familia.
"A veces había reuniones los viernes a última hora y él decía que quería terminar para ir a ver a sus hijos", comentó. "Es un tipo serio, pero no amargado", agregó.
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