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PIB per cápita de Venezuela
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Desde que Nicolás Maduro es el presidente, Venezuela ha perdido US$4.825 de PIB per cápita, ya que en 2013, cuando asumió, estaba en US$8.692 y para 2024 cayó hasta US$3.867
Este domingo 28 de julio, los venezolanos vuelven a las urnas para elegir al Presidente. Hay algo de esperanza de que Nicolás Maduro cierre un mandato del que ya van 11 años, y se imponga la voz popular, que de acuerdo a las encuestas 59% está con el candidato opositor Edmundo González; pero también dos de cada 10 venezolanos creen que Maduro perderá pero no entregará el poder.
Hace 13 años, cuando era vicepresidente, Maduro pasó a asumir la batuta tras el fallecimiento del expresidente Hugo Chavéz, el PIB per cápita estaba en US$8.692, y para 2023 llegó a US$3.659 y se estima que para 2024 sea de US$3.867, lo que representa una caída de US$4.825 desde su llegada al poder. Es decir, Maduro tiene la riqueza de los venezolanos, en 2024, en los mismos niveles en los que estaba cuando Chávez asumió el poder en 1999.
Pero si se mira el mandato de Chávez, de 2002 a 2013, se registró el nivel de PIB per cápita más alto comparado con el histórico desde 1985, en 2012 el PIB per cápita marcó su máximo de US$12.688, por lo cual, la caída no se debe exclusivamente a la figura política.
Manuel Camilo González, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana, explicó que la diferencia en el PIB per cápita entre ambos gobiernos se explica porque Chavéz gozó de la época del boom de las commodities, lo que le permitió a Venezuela exportar más crudo y obtener más rentas con los que financió proyectos.
“Con Maduro tenemos un caso opuesto; empieza y coincide con el fin de este boom por lo que el gobierno se ve limitado en su gasto social y en sus políticas expansivas. Incluso, mayores rentas en los buenos tiempos generaron deudas que en los malos tiempos para no lograron ser pagadas”.
Además del contexto internacional, González señala que al llegar Maduro al poder se politizó el sector petrolero, lo que afectó la transparencia y gerencia de Pdvsa generándose casos de corrupción en distribución de las rentas del petróleo entre Maduro, actores importantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, Psuv, y militares; estas características, sumadas a la hiperinflación, generarían un PIB per cápita cada vez menor.
“Venezuela sufrió un proceso notorio de hiperinflación que ha venido de la mano con medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos a su exportación de petróleo, ese panorama implicó un empobrecimiento de la población”, explicó Ana María Lara, magister en Estudios Latinoamericanos, acerca de otro factor que ha contribuido a la cifra del PIB per cápita, pero explica que hay un panorama más alentador, razón por la que la proyección de PIB per cápita para 2024 (US$3.867,44) y 2025 (US$3.968,92) sería mayor al alcanzado en 2023 (US$3.659,2).
“En los últimos balances sobre las economías de América Latina de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, se afirma que desde 2022, la economía venezolana empezó a repuntar (aunque todavía lenta) porque ha empezado a aumentar la explotación y la exportación de petróleo; eso significa más divisas, entonces naturalmente va a incrementar la dinámica económica y el producto interno”, dijo Lara.
Para ver que tanto impacto tendría la permanencia de la figura de Maduro en el poder frente a las cifras de PIB per cápita, Lara destaca que si la oposición llega al poder, contarían con el apoyo de Washington y se terminaría el “vaivén” de sanciones, que, sobre todo en los últimos meses, han estado sometidas a la postura del gobierno venezolano con la oposición y las elecciones.
“La elección del domingo no define nada, es el principio, solo reconfigura la correlación de fuerzas dentro de la negociación política sobre la transferencia de poder”.
“No es blanco y negro, hay que mirar cómo el tablero se recompone. Si Maduro pierde, puede que se alcen los militares, cercanos históricamente al manejo de la renta petrolera”.
Pero no todo dependería de quien quede en la presidencia, por ejemplo, el aumento del salario mínimo, que es una promesa de campaña tanto de Maduro como de González, es un indicador que ya ha venido elevándose desde 2022, en relación por lo comentado por Lara, alza en exportación de crudo.
Aunque, según indica la encuesta de Delphos y el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, Maduro tendría 24,6% de la intención de voto, quedando de segundo después de Edmundo González, el docente Manuel González señala que se deben leer las elecciones bajo un régimen autoritario; pues Maduro, desde que asumió el poder, no ha cedido espacio a la oposición, sino que por el contrario la ha perseguido, y lo sigue haciendo, según ha denunciado reiteradamente por la líder opositora María Corina Machado, el candidato presidencial Edmundo González, y también lo han advertido organizaciones internacionales.
Aunque con la organización de la oposición y la fragilidad del gobierno, indica que se podría dar una sorpresiva alternancia en el poder. “El verdadero resultado será después del 28 de julio; entra en la ecuación la voluntad de Maduro, el partido gobernante, los militares y los incentivos”, concluyó González.
Aunque el triunfo de la oposición significaría el cese de sanciones de EE.UU. y la reestructuración de la deuda, algunos inversionistas citados por Bloomberg indican que si gana González se desestabilizaría un país que “finalmente ha controlado la inflación, ha aumentado la producción petrolera y ha logrado un mínimo de crecimiento económico después de años de lucha”, de forma que, con Maduro en un nuevo periodo, se apostaría establecer legitimidad y que Venezuela sea recibida nuevamente por la comunidad internacional.
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