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Accidente presidente de Irán
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Aunque Mohammad Mokhber se juramentó como nuevo líder de irán, se trata de un gobierno interino, su mandato no es definitivo, se decidirá en elecciones de junio
La repentina muerte del presidente iraní Ebrahim Raisí hace que el mundo se pregunte quién eventualmente lo reemplazará como el líder de facto de la República Islámica.
Por ahora, ese trabajo recae en Mohammad Mokhber, el primer vicepresidente y vicepresidente de Raisí desde 2021. La pregunta es si servirá como presidente sustituto o, en cambio, se jugará un papel más importante.
Considerado cercano al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, el máximo gobernante de Irán responsable de tomar todas las decisiones importantes, Mokhber se convirtió en presidente interino después de que se confirmara la muerte de Raisí en un accidente de helicóptero el lunes.
El hombre de 68 años encabezará un consejo de tres personas que organizará una nueva elección presidencial dentro de 50 días. Mientras tanto, tendrá “los poderes y funciones del presidente”, según la constitución de Irán. Lo que sucede a continuación no está completamente claro. Las elecciones definidas por los líderes del poder judicial para el 28 de junio podrían incluir a Mokhber en la papeleta para sustituir a Raisí de forma permanente.
“Es probable que nuevas elecciones demuestren la amplia insatisfacción y bajísima credibilidad del régimen, aunque no será un desafío serio para las fuerzas de seguridad”.
Además de los viajes regulares a casa para inaugurar proyectos gubernamentales en todo el país, Mokhber saltó a la fama más recientemente como uno de los principales funcionarios iraníes que lideró las conversaciones con Rusia después de la invasión de Ucrania en 2022 y, según se informa, viajó a Moscú para cerrar acuerdos para suministrar armas a Rusia.
La muerte de Raisí probablemente tendrá un efecto importante sobre quién reemplazará a Jamenei, de 85 años, como Líder Supremo. El difunto presidente había sido propuesto como uno de los principales contendientes junto con el hijo de Jamenei, Mojtaba, quien ahora es el único sucesor más probable. Sin embargo, la actitud de Irán hacia el gobierno dinástico es compleja, dada la asociación con la monarquía derrocada en la revolución de 1979.
Quien asuma el cargo de Líder Supremo debe ser un clérigo islámico de alto rango, lo que normalmente deja fuera de la carrera a políticos regulares como Mokhber. Al igual que Mojtaba, Raisí fue un teólogo experimentado antes de convertirse en jefe del poder judicial y más tarde en presidente.
Mokhber es un exoficial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, pero es más conocido por sus 14 años dirigiendo un fondo de dotación llamado Ejecución de la Orden del Imam Jomeini. El fondo, también llamado Setad, controla activos como propiedades confiscadas después de la Revolución Islámica y ahora es una potencia económica con intereses comerciales en sectores importantes como las finanzas, el petróleo, la construcción y los productos farmacéuticos.
El fondo fue enlistado por la Unión Europea y Mokhber fue sancionado directamente por Estados Unidos por gestionar el fondo a principios de 2021. Si bien es “supuestamente caritativo”, Setad “controla grandes sectores de la economía iraní, incluidos activos expropiados a disidentes políticos y minorías religiosas”, dijo en ese momento el Tesoro de Estados Unidos.
El gobierno iraní, tradicionalmente propenso a teorías de conspiración, ha sido claro en sus mensajes de que el accidente se debió al mal tiempo y no ha culpado a actores externos por el incidente. Esa es una señal de que Irán está dando prioridad a la estabilidad interna y a una sucesión ordenada en lugar de avivar las llamas de las tensiones regionales, según un alto diplomático extranjero que sigue a Irán.
Esto coincide con el pensamiento de Estados Unidos, pues su evaluación por ahora también es que el ministro Amirabdollahian estaba activo con representantes en Irak y el accidente no fue un acto de sabotaje.
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