El presidente argentino Milei intervendrá en un mitin de extrema derecha en Brasil

Los esfuerzos de Javier Milei por forjar alianzas con aliados de derecha en toda Europa revelan una dura verdad sobre su presidencia: en una América Latina dominada por izquierdistas, el argentino libertario está completamente solo.

Este fin de semana, visitará Brasil con el objetivo de impulsar un resurgimiento de la extrema derecha que le proporcione amigos más cerca de casa.

Milei encabezará un mitin conservador en el sur de Brasil el domingo junto al expresidente derechista Jair Bolsonaro, la mayor apuesta hasta el momento en una política exterior poco ortodoxa que ya ha hecho estallar las relaciones de Argentina con España.

El viaje amenaza con convertir su disputa con el líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en una crisis en toda regla, y cualquier conflicto con Brasil (el principal socio comercial de Argentina) podría extenderse a la ya golpeada economía que Milei está intentando resucitar.

Pero la visita es también la última señal de que Milei apuesta por una reorientación total de la política global, en un momento en que los partidos de extrema derecha ganan terreno en Europa y Donald Trump aspira a regresar a la Casa Blanca. Y en un momento en que la debilidad de la economía está afectando a líderes como Lula y el chileno Gabriel Boric, el argentino se está posicionando a la vanguardia de un movimiento que también pretende hacer que América Latina vuelva a la derecha.

Milei será recibido como un héroe en la CPAC Brasil, una rama de la Conferencia de Acción Política Conservadora anual en Estados Unidos, donde los aliados y partidarios de Bolsonaro lo ven como una inspiración para su batalla contra Lula.

Antes del evento principal, el centro de convenciones de Balneario Camboriu estaba lleno, pero no demasiado concurrido. En la entrada, los puestos vendían libros de autores conservadores junto con productos de Bolsonaro, desde tazas hasta camisetas, cuadernos e incluso vino. Se repartieron pegatinas contra el aborto y una brasileña parecida a Milei posó para fotos con los asistentes.

El sábado, Bolsonaro defendió en el escenario la unidad de la derecha para fortalecerla. Los oradores repitieron el lema de Milei “¡Viva la libertad, carajo!” para el deleite del público, que gritó “¡Vuelve Bolsonaro!” y aplaudió cada vez que criticaban a Lula.

Las próximas elecciones presidenciales de Brasil no se celebrarán hasta 2026, pero la derecha apunta a las elecciones municipales de octubre para demostrar su fuerza. El movimiento, que todavía se está recuperando de la derrota de Bolsonaro y de la prohibición de ocho años de postularse a cargos públicos, ha comenzado a sumarse a Milei, y ve sus esfuerzos autodenominados “anarcocapitalistas” para reconstruir la economía argentina como combustible para sus propios argumentos contra el enfoque izquierdista de Lula.

“Milei es una seria amenaza para el proyecto de poder de Lula, ya que los resultados económicos positivos de Argentina, incluso obtenidos con altos costos sociales, pueden ser utilizados como propaganda político-ideológica por los principales opositores de Lula en Brasil”, afirmó Uria Fancelli, especialista brasileño en relaciones internacionales y experto en populismo.

José Antonio Kast, un ex legislador de extrema derecha que perdió contra Boric hace tres años, también habló en la CPAC Brasil. Con la popularidad de Boric en caída y los votantes chilenos volviendo bruscamente a la derecha el año pasado, Kast ahora busca una revancha con el joven izquierdista en 2025.

Milei se ha convertido en una actividad habitual para reunirse con rivales acérrimos de sus homólogos internacionales, ya que respaldó a Trump durante un viaje a Estados Unidos en febrero que incluyó reuniones no programadas con Joe Biden ni otros funcionarios de la Casa Blanca. En mayo, provocó la ira del presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, al asistir a un evento del partido de extrema derecha Vox justo antes de las elecciones parlamentarias europeas.

Esa estrategia conlleva un riesgo sustancial, como puede atestiguar Lula. La disputa entre los líderes vecinos comenzó durante las elecciones argentinas, cuando Lula envió un equipo de veteranos de campaña a trabajar para el oponente de Milei. Las relaciones con Milei, que llamó al brasileño " comunista " durante la campaña, solo se han deteriorado aún más desde entonces.

El Mercosur no se presenta

Hasta ahora, eso no ha afectado los lazos comerciales y económicos de larga data. Brasil envió un cargamento de emergencia de gas natural a Argentina en medio de una escasez invernal. Las conversaciones entre los gobiernos sobre la construcción de gasoductos para importar gas de la región argentina de Vaca Muerta, rica en recursos, también han continuado en medio de la disputa.

Pero la paciencia de Brasil parece estar agotándose. Milei canceló sus planes de asistir a la cumbre de líderes del Mercosur que se celebraría el lunes en Paraguay, la última señal de que el bloque aduanero del que Argentina y Brasil son los dos miembros más importantes ha quedado relegado a un segundo plano en su lista de prioridades.

"Esta ausencia no cambia la cumbre, pero políticamente es lamentable", dijo la semana pasada a los periodistas la embajadora Gisela Padovan, secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

Mientras tanto, Lula sigue de cerca la incursión de Milei en su patio trasero. Las críticas del argentino a Sánchez durante su viaje a Madrid en mayo llevaron a España a retirar a su embajador de Buenos Aires, una crisis diplomática que aún no se ha resuelto.

Los funcionarios brasileños han discutido la posibilidad de convocar al embajador del país en Argentina nuevamente a Brasilia para consultas como una posible respuesta a cualquier discurso o acción que consideren ofensiva, según dos personas familiarizadas con la situación que pidieron el anonimato para discutir asuntos internos.

Esa medida sigue siendo poco probable, dijeron las fuentes, pero el hecho de que se esté considerando es una señal de que las continuas provocaciones pronto podrían representar amenazas reales a las relaciones entre las dos mayores economías de Sudamérica.

“Lo último que uno quiere es pelearse con su principal socio comercial”, dijo Lucas Romero, director de Synopsis, una consultora política de Buenos Aires. “Eso es lo que resulta tan incomprensible de este conflicto”.