El presidente del BCE alerta del peligro de inestabilidad financiera

"Dado que el uso de estos nuevos instrumentos puede tener distintas consecuencias a las de la política monetaria convencional, con respecto a la distribución de riqueza y la asignación de recursos, es importante tener presentes estas consecuencias" aseguró Draghi en Washington.

Los bancos centrales se enfrentan a numerosas críticas de los que creen que su respuesta a la crisis financiera es una burbuja en el precio de los activos y un aumento de las desigualdades. No obstante, esta es la primera vez que Draghi habla en profundidad de las dudas sobre la acción de los bancos centrales. El presidente del BCE defendió la decisión de lanzar el QE y aseguró que no hay motivo para pensar que haya desequilibrios en el sistema financiero. No obstante, apuntó que todas las políticas monetarias tenían efectos en la distribución de la riqueza y que la falta de acción del BCE habría perjudicado sobre todo a la población más joven. Draghi apuntó que, aunque el impacto del QE en los precios de los activos y la confianza en la economía ha sido muy fuerte, lo más importante es la evolución de la inversión, el consumo y la inflación en la eurozona.

En un intento de minimizar los rumores de que el BCE podría ralentizar el plan de compra mensual de deuda púbica por valor de 60.000 millones de euros antes de la fecha planeada de septiembre de 2016, dijo: "aplicaremos en su totalidad nuestro programa de compra como había sido anunciado y, en cualquier caso, hasta que veamos un ajuste en la evolución de la inflación".

En lo que va de año, no ha habido inflación en la eurozona. El objetivo del BCE apunta a un nivel por debajo pero cercano al 2%. El BCE ha reiterado su compromiso con el QE incluso después de que en las últimas semanas la deuda pública alemana haya sufrido cierta volatilidad. Las cifras publicadas esta semana mostraron que la economía de la región superó a la de sus competidores en EE.UU. y Reino Unido en el primer trimestre respaldada por el aumento del gasto fomentado por los bajos precios de la energía y la baja inflación.

"Después de casi siete años de una serie de crisis, las empresas y los hogares evitan asumir riesgos", afirmó Draghi. "Por esta razón se necesita bastante tiempo antes de que podamos anunciar el éxito de nuestra política; los estímulos estarán en vigor tanto tiempo como sea necesario".