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El bloqueo a Cuba, otra reforma tributaria y el muro de la frontera pueden quedar en vilo
La jornada de hoy puede marcar un antes y un después en el gobierno de Donald Trump. Con las elecciones de mitad de periodo, que renovarán 87% del Congreso de Estados Unidos, quedan en vilo las propuestas económicas que aún debe sacar adelante y que se pueden ver frenadas si el Partido Demócrata logra obtener la mayoría de escaños tanto en el Senado como en la Cámara.
Precisamente, el panorama electoral contempla esta posibilidad en la baraja de opciones. Según datos de Cook Political Report, los demócratas tendrían asegurados 182 escaños de los 435 de la Cámara, así como 14 asientos en el Senado. Por su parte, los republicanos se quedarían con 147 en el primero y tres en el segundo. Para tener una mayoría dominante en el Congreso, se necesitan 51 sillas en el Senado y 218 en la Cámara.
Para que los demócratas obtengan la mayoría en el Congreso a partir del próximo 20 de enero, necesitan obtener 23 sillas más de las que ya tienen y que en este momento están en poder del partido del mandatario estadounidense.
De darse este escenario, tres de las iniciativas económicas clave de Trump pueden verse afectadas: el bloqueo comercial a Cuba, la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México, además de la segunda reforma tributaria que el mandatario planea implementar para la clase media.
Además, el profesor de Economía de la Universidad de Harvard, Richard Cooper, destacó que “no hay fondos asignados para un muro fronterizo mexicano ni para la llamada reforma fiscal. Además, es probable que no haya cambios en la situación con Cuba”.
El asunto adquiere importancia si se tiene en cuenta que el panorama de cada uno de estos asuntos tiene al Congreso como un actor determinante en la resolución de los mismos. En el caso del muro, la discusión fue aplazada para después de conocerse los resultados de las elecciones, y en el caso del embargo Cuba, los parlamentarios tienen la última palabra si deciden someter el tema a votación, a pesar del rechazo a esta medida manifestado por las Naciones Unidas en la votación del pasado jueves.
La bonanza económica no ayuda
Una de las principales fortalezas de Trump y del Partido Republicano es el estado actual de la economía estadounidense. Además de que la inflación alcanzó el objetivo de 2% impuesto por la Reserva Federal, el desempleo se encuentra en mínimos históricos para latinos y afroamericanos.
Sin embargo, factores como el estado actual de la guerra comercial con China, país al que Trump ya ha impuesto aranceles por US$250.000 millones, no tiene tranquilos a los legisladores. Asimismo, su popularidad es un problema, pues solo 40% de los ciudadanos estadounidenses aprueba su gestión como presidente. Según destacó el profesor de Economía de la Universidad de Stanford, Michael Boskin, la economía de EE.UU. se encuentra en su mejor condición en más de una década.
El académico aseguró que “cuando la economía tiene un bajo desempeño, tiende a ser casi el único problema en el que se enfocan los votantes, pero en este caso, el mismo Trump es un gran problema en estas elecciones por sus políticas y la forma en que hace las cosas”.
“Muchos votantes están realmente asustados por Donald Trump, por lo que su interés principal es frenar al mandatario”.
“Cuando ha habido un gobierno dividido, un partido controla el Congreso y el otro la Presidencia. Incluso pueden trabajar juntos”.
Las predicciones de los encuestadores reflejan una victoria demócrata estrecha en la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos retendrían el control del Senado. Si se da este escenario, Boskin agregó que “sería muy difícil” para el Partido Demócrata promulgar sus políticas, pero estarían en una posición más fuerte para detener o bloquear las iniciativas del presidente Trump o del Partido Republicano en el Senado.
Por otro lado, en caso de que los demócratas ganen el control de la Cámara de Representantes y el Senado, el experto destacó que “aprobarían muchos proyectos de ley y desafiarían a Trump a que los vetara”.
Ante ese escenario, sería más difícil para el mandatario obtener una legislación que promulgue sus políticas económicas, lo que llevaría a un incremento en la emisión de órdenes ejecutivas, al igual que hizo el expresidente Barack Obama en su momento para tratar de obtener algunas victorias parciales.
Los gobernadores también entran al juego electoral
A demás del Senado y la Cámara, 36 de los 50 estados del país también están en juego ante la elección de sus gobernadores. Actualmente, 26 de los puestos en disputa están en manos del Partido Republicano, y su importancia radica en que son aliados estratégicos para impulsar el apoyo dentro de sus territorios al candidato presidencial de su partido, ya sea buscando donantes o movilizando a los voluntarios de la campaña. En caso de que Trump busque la reelección para 2020, un panorama con mayorías demócratas dificultaría sus aspiraciones.
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