Empleo y crecimiento, retos del nuevo presidente de Ecuador

El adiós de Correa se dio justo en el peor año para la economía ecuatoriana luego de conocerse que el crecimiento del país fue  negativo, pues según la proyección del FMI fue cercano a -2,5%. 

 La coyuntura económica hizo que el PIB del país empezara a caer desde hace varios meses y, además, la cotización a la baja del dólar le dio un fuerte golpe a los ingresos de la administración. Aunque el crudo intentó recuperarse, el terremoto ocurrido en Ecuador le costó, en términos de reactivación económica cerca de US$3.300 millones, según lo publicó el diario El País de España. A ello se sumó la caída del consumo, de la recaudación tributaria y las cifras de empleo a la baja. Y aunque el gobierno recaudó cerca de US$1.000 millones de forma extraordinaria mediante el aumento del IVA, la cifra no fue suficiente para activar la economía.

Hasta principios de diciembre del año anterior, el Estado ya tenía una deuda interna y externa cercana a US$13.000 millones, lo que equivale a 38% del PIB del país. A pesar de las cifras, el presidente saliente y el Banco Central esperan que la economía se recupere y alcance a crecer 1,42%. Sin embargo, el reto no es nada sencillo. 

Respecto al desempleo, durante sus diez años de mandato, Correa impulsó el trabajo mediante la generación de obras de infraestructura, que aunque significaban un gasto público elevado, le permitieron al mandatario crear varias vacantes. Sin embargo, con la baja del petróleo y la caída de los ingresos fiscales, el empleo se desaceleró y hoy registra una cifra aproximada de 5,4%.

Frente a ello, los candidatos más opcionados habían hablado de generar cerca de un millón de empleos en los próximos cuatro años.

Para entonces, Lenín Moreno había propuesto irse por la misma linea progresista de Correa mediante la estimulación de la agroindustria y el turismo. Mientras que Guillermo Lasso quería dar prioridad a la creación de empresa. Los demás candidatos se habían referido a una reforma menos clara.