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Hasta 2004, Manhattan acogía 28 edificios de más de 213 metros de altura, pero la cifra se ha incrementado hoy en 47.
Aunque parece imposible, sigue habiendo espacio y presupuesto para nuevos rascacielos en Nueva York. Hasta 2004, Manhattan acogía 28 edificios de más de 213 metros de altura. La cifra se ha incrementado hoy en 47, incluyendo los que aún están en construcción. Para levantar un nuevo rascacielos, tan importante como la adquisición del suelo es la compra del trocito de cielo que va a ocupar.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pagó US$5 millones por los derechos de vuelo del inmueble que acoge la tienda Tiffany's, justo al lado de la Torre Trump, para evitar que se construyera un edificio de mayor altura que le hiciera competencia.
Como alternativa a los nuevos rascacielos, figura la compra de los que ya están asentados. Para los interesados, el icónico edificio Chrysler está en venta.
El Chrysler está en manos en 90% del fondo Mubadala, propiedad del Gobierno de Abu Dabi, desde 2008, cuando pagó US$800 millones (700 millones de euros) por un edificio intrínsecamente ligado a la historia de Nueva York. La firma estadounidense Tishman Speyer controla 10% del capital restante.
Diez años después de convertirse en el mayor propietario de un inmueble que ha sido escena de películas como Spiderman, el emirato ha decidido sacarlo al mercado por los elevados costes de mantenimiento y la creciente competencia de nuevos y más modernos rascacielos, según ha asegurado The Wall Street Journal, periódico que adelantó la noticia.
Los expertos advierten, sin embargo, de que será difícil que sus actuales propietarios recuperen la inversión inicial, a la que se añaden los elevados gastos de renovación y mantenimiento que se han destinado a un edificio que terminó de construirse en 1930.
Para añadir complicaciones al proceso, los terrenos sobre los que está construido el Chrysler son propiedad de la escuela Cooper Union, que en 2018 cobró un alquiler de US$32,5 millones. Según los términos del acuerdo, la cifra irá ascendiendo hasta los US$41 millones en los próximos diez años.
Abu Dabi confía, sin embargo, en atraer el interés de inversores internacionales dispuestos a tener en sus manos parte del slyline de Nueva York. Inversores indios e chinos han abordado grandes operaciones de compra de edificios representativos en la ciudad en los últimos años. La búsqueda de nuevo dueño para el Chrysler está en manos de la inmobiliaria Cbre.
Como alternativa a la venta directa a un gran inversor, siempre figura la salida a Bolsa, un proceso por el que ya han pasado otros icónicos inmuebles. El Empire State Realty Trust,fondo que engloba el emblemático rascacielos y otras 20 propiedades de Nueva York y alrededores, debutó en Wall Sreet en 2013 en una operación con la que captó algo más de US$1.000 millones.
Wall Street
La venta, sin embargo, no fue fácil. La familia Malkin, propietaria de la mayor parte del Empire desde que se lo compró a Trump en 2002, se acercó por primera vez a los reguladores de los mercados en 2011 para poner en marcha la OPV. Varios de los más de 2.000 accionistas del fondo bloquearon la operación, que finalmente logró reactivarse dos años después.
Desde su estreno en Bolsa, el Empire State ha sufrido vaivenes al son de la montaña rusa inmobiliaria. La capitalización del fondo supera hoy los US$4.500 millones, por debajo de los más de US$6.700 millones que llegó a alcanzar en 2016, pero muy por encima de los US$1.650 millones en los que lo valoraron los analistas en 2011.
Más de 3,5 millones de personas visitan cada año el Empire State, que alquila oficinas a empresas como Bank of America, LinkedIn y Walgreen.
La mayoría de los edificios más icónicos de Manhattan está en manos de imperios familiares o de grandes fondos de inversión inmobiliaria. Además de la Torre Trump y otros rascacielos en la ciudad, la familia del presidente de Estados Unidos ha sido propietaria de edificios tan neoyorquinos como el Empire State Building o el Hotel Plaza.
El gigante Tishman Speyer controla, por su parte, 10% del Chrysler y también es el dueño del Rockefeller Center, complejo que compró de manos de la famosa familia de multimillonarios.
Tishman fue uno de los primeros grandes fondos inmobiliarios estadounidenses en crecer en Europa, donde construyó una torre de setenta plantas en Alemania en 1988. En España, Tishman trató de comprar Torre Picasso, que finalmente acabó en manos de Amancio Ortega, y el año pasado se alió con Metrovacesa para promover oficinas en Madrid.
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