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Las importaciones por parte del país europeo están en crecimiento pese al cerco diplomático que hay alrededor del Kremlin
A pesar del cerco económico de la UE a Rusia, España importa cada vez más gas de ese país, hasta el punto de batir récords en 2023.
La doble moral se ha instalado en el sector energético español con respecto a la guerra de Rusia contra Ucrania. A pesar de que desde la Unión Europea se han ido imponiendo normas económicas cada vez más restrictivas en relación a las importaciones de energía desde Rusia, como medida de presión para que este país pare su ofensiva militar a Ucrania, España está comprando cada vez más gas ruso.
Así se desprende de las distintas estadísticas que manejan Enagás (el grupo español que gestiona los grandes gasoductos y las regasificadoras donde descargan los metaneros en los puertos españoles), y Cores, la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos, que se encarga de mantener un stock permanente de hidrocarburos por seguridad nacional.
España cierra el año 2023 con un récord de compras de gas a Rusia, todas ellas vía metanero (gas natural licuado, GNL).
En concreto, España importó en noviembre de 2023 un total de 6.439 gigavatios hora (GWh) de energía en forma de gas desde Rusia. En el acumulado del año, de enero a noviembre de 2023, Rusia ha vendido un total de 67.209 GWh de gas, lo que supone un 18% más que en el periodo enero-noviembre de 2022. El GWh es la unidad estándar para poder comparar volúmenes de gas a nivel internacional.
Un GWh equivale a 85.000 metros cúbicos. Un metanero suma unos mil gigavatios. Solo en noviembre de 2023, en España descargaron seis metaneros, el doble que en abril de 2022, poco tiempo después de que empezara la guerra de Rusia contra Ucrania y se levantara un enorme revuelo porque se conoció que España compraba gran cantidad de gas ruso.
Lejos de parar, las importaciones han crecido. Los 67.209 GWh adquiridos entre enero y noviembre son un récord histórico y suman incluso más que todo lo comprado en 2022, que ya marcó una cifra sin precedentes, con 53.859 GWh. El GNL ha estabilizado precios en torno a los US$44 o US$55 por megavatio hora, cifras muy distintas de los US$333 a los que llegaron en el mercado mayorista del TTF, referencia en Europa. Incluso con precios moderados, España está importando gas de Rusia por más de US$3.336 millones anualmente.
Rusia se ha consolidado ya como tercer gran proveedor de gas para España, con una cuota actualmente de 18,1%, frente a 21,6% de Estados Unidos y 28,7% de Argelia. Rusia ha conseguido colocarse en el podio de los tres primeros en un tiempo récord. En 2018, Rusia era un suministrador de segunda fila, con una cuota de apenas 2,5% del total.
Ocupaba la séptima posición, por detrás de países como Nigeria y Qatar. En 2019, ya era quinto proveedor, y en 2020, el cuarto. Durante la guerra contra Ucrania, Rusia alcanzó la tercera posición, y este año se ha afianzado en ese puesto, ya a mucha distancia del cuarto, una plaza que ocupa Nigeria con 12%.
El 13 de diciembre, la UE aprobó medidas para bloquear la importación de gas ruso, impidiendo temporalmente que los exportadores rusos reserven capacidad en las terminales de descarga para vaciar metaneros.
El pasado 11 de diciembre, el gigante energético Gunvor, con sede en Ginebra, anunció la compra a BP de 75% de Bahía de Bizkaia Electricidad, una central eléctrica en el Puerto de Bilbao que funciona con ciclo combinado (quemando gas). Otro 25% sigue en manos del Ente Vasco de la Energía (EVE), dependiente del Gobierno vasco. Justo la misma semana, Naturgy consiguió que los tribunales le dieran la razón para cerrar una decena de instalaciones de ciclo combinado. El sector no salía de su perplejidad. ¿Cómo es posible que Gunvor, que no tiene actividad eléctrica en España, se lance a por centrales de gas para producir luz, mientras Naturgy, que es la primera gasista y la tercera eléctrica, quiera cerrar esas instalaciones?
El mercado sólo tiene una respuesta: la geopolítica. Gunvor es uno de los mayores traders de energía del mundo. Se le atribuyen grandes contratos de compra de gas ruso. Como grupo suizo, no está sujeto a la legislación de la UE en sanciones económicas a ese país para bloquear importaciones energéticas, entre ellas, las recientemente aprobadas para limitar las entradas de gas. El mercado atribuye a Gunvor contratos a mejor precio que los de Naturgy con la argelina Sonatrach. Operar ciclos de Naturgy con gas argelino es menos rentable que si Gunvor opera un ciclo con gas ruso, sin sufrir además ningún bloqueo de la UE por ser un grupo suizo.
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