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Esto provocaría un descenso del 3,3% en la cifra de llegadas, respecto a los 83,7 millones de 2019, según Simon-Kucher & Partners
En España, el turismo está en primera línea de impacto por coronavirus. No porque sea más letal que otros brotes extendidos en el pasado. Tampoco porque España sea el país más afectado. Son la incertidumbre y el pánico social los que amenazan con golpear a una industria que cuelga de la confianza del consumidor.
Hasta la fecha, los actores españoles contienen la respiración y trasladan cautela. "Todavía hay tiempo hasta que comiencen Semana Santa y la Feria de abril", confía Manuel Cornax, presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla, aunque reconoce que "ya hemos tenido algunas cancelaciones y se ha ralentizado el ritmo de reservas". En las últimas semanas, las reservas de viajes para toda España acumulaban un descenso del 20%, según adelantó este diario por fuentes sectoriales el pasado lunes.
Pero si se cumplen los peores augurios y la alerta sanitaria se prolonga hasta Semana Santa, es decir, en poco más de un mes, España podría perder 2,7 millones de turistas en el conjunto del año. Esto provocaría un descenso del 3,3% en la cifra de llegadas, respecto a los 83,7 millones de 2019, según las previsiones de la consultora Simon-Kucher & Partners, a las que ha tenido acceso EXPANSIÓN. Ya enero arrancó con una caída de turistas del 1,3%.
"Ahora estamos en temporada baja, pero con el peso que tienen Semana Santa y verano, nos lo jugamos el todo por el todo en los próximos cuatro meses", explica Carles Munich, manager de Simon-Kucher & Partners y encargado de elaborar las previsiones junto a Miguel Afán, socio de la consultora. De hecho, si no se logra cortar la propagación del virus antes de la temporada alta, el turismo se hundiría en España un 7,4%, con 6,1 millones de entradas menos.
En ambos casos, el impacto económico será relevante, ante las medidas para restringir viajes y evitar aglomeraciones que están tomando varios países, la pérdida de conectividad y la paranoia social. La Comisión Europea cifró el shock a nivel comunitario en 1.000 millones de euros al mes por el prolapso en las llegadas de turistas chinos desde enero, cuando saltó la alarma.
En ese sentido, explica Munich, "es cierto que España va a sufrir menos que otros destinos más dependientes de turistas de largo radio, como Francia o Italia". Sin embargo, matiza, "si esto se extiende, el impacto puede ser crítico, ya que la contribución del turismo a la economía es mucho mayor que en otros países". Más del 12% de la economía española depende del turismo. "Si esto llega a verano, también lastrará el empleo... entraríamos en un bucle", avisa Munich.
La secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, reconoció esta semana que el virus tendrá "un impacto directo sobre el turismo y sobre la economía de toda España", y el Ministerio ha empezado a reunirse con actores del sector para coordinar una respuesta junto con Sanidad.
China apenas supone el 0,8% de los turistas que visitan España. Así, aunque las llegadas de este mercado se hundirían un 56% si el coronavirus dura hasta verano; en valores absolutos, el impacto sería más limitado. Hay ciudades concretas que sí lo notarán. "El turista asiático no viene a España a la playa", añade Munich. La Asociación de Hoteleros Madrileños ha cifrado en un 24% la caída media diaria en las reservas hoteleras. Además de la capital, Barcelona y Sevilla también serían de las más afectadas a corto plazo, y el turismo de ferias y congresos, el segmento que más sufre por ahora, con cancelaciones como el Mobile World Congress, en Barcelona, o Alimentaria, la feria de alimentación que se celebra en Valencia, y que producirán importantes pérdidas económicas.
Pero conforme se extiende el foco, el golpe será mayor, y ya hay más de 70 países en alerta, e Italia, cuarto mercado emisor más importante para España, es uno de los más afectados, por lo que las llegadas podrían retraerse un 11,8% (ver gráfico). En el caso de Reino Unido, el que más turistas envía a España, el gobierno británico ya ha advertido a sus ciudadanos de medidas preventivas si visitan España. En ese sentido, la gestión de comunicación por parte del Gobierno ha recibido críticas. "La gestión comunicativa de lo ocurrido con el Hotel H10 de Tenerife ha hecho mucho daño", explican fuentes del sector.
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