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El objetivo, basado en años de evolución de restricciones comerciales, es frenar el desarrollo chino de semiconductores avanzados
La administración Biden reveló nuevas restricciones al acceso de China a componentes vitales para los chips y la IA, intensificando una campaña para frenar las ambiciones tecnológicas de Pekín.
El Departamento de Comercio impuso restricciones adicionales a la venta de memorias de gran ancho de banda y equipos para la fabricación de chips, incluidos los producidos por empresas estadounidenses en fábricas extranjeras. También incluyó en la lista negra a otras 140 entidades chinas a las que acusó de actuar en nombre de Pekín, aunque no las nombró en un comunicado inicial.
Según informó Bloomberg News la semana pasada, era probable que las normas, en fase de desarrollo desde hace tiempo, se quedaran cortas respecto a propuestas anteriores. Eso provocó una amplia movilización entre los actores de la cadena de suministro de semiconductores, desde Tokyo Electron Ltd. en Asia hasta Asml Holding NV en Europa.
El objetivo del gobierno, basado en años de evolución de las restricciones comerciales, es frenar el desarrollo interno de China de semiconductores avanzados y sistemas de inteligencia artificial que puedan ayudar a su Ejército. Las nuevas sanciones y las incorporaciones a la Lista de Entidades se detallarán en su totalidad más tarde el lunes, según un funcionario estadounidense.
EE.UU. “restringirá la capacidad de la República Popular China para producir tecnologías clave para su modernización militar o la represión de los derechos humanos”, dijo la Oficina de Industria y Seguridad en un comunicado.
Amplió la Lista de Entidades para incluir “fábricas de semiconductores, empresas de herramientas y empresas de inversión que actúan a instancias de Pekín para impulsar los objetivos de la RPC en materia de chips avanzados”.
Los funcionarios de Biden debatieron el mejor enfoque y negociaron con sus homólogos extranjeros durante casi un año. Las principales empresas de chips —incluidos los fabricantes estadounidenses de equipos Lam Research, Applied Materials Inc. y KLA, así como sus rivales Tokyo Electron y ASML— pasaron meses presionando a sus respectivos gobiernos, instando a un enfoque que preserve lo que cada uno considera un acceso justo al lucrativo mercado chino.
Los controles dados a conocer el lunes imponen restricciones a la venta a China de dos docenas de tipos de equipos de fabricación y tres herramientas de software, con exenciones para los países que tienen la capacidad de imponer tales controles por sí mismos, según un alto funcionario de la administración.
La idea, dijo el funcionario, es crear una vía para que esos países —como Japón y los Países Bajos— promulguen restricciones comparables. Ni Tokio ni La Haya han dicho públicamente que vayan a hacerlo.
El alcance de las medidas es “un alivio positivo a corto plazo para las preocupaciones de los inversionistas sobre la escalada de los controles a la exportación”, escribió la semana pasada Kevin Chen, analista de Citi. “Aun así, podría haber futuras restricciones bajo la administración Trump el próximo año”.
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