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Es más, muchas de las grandes firmas del Viejo Continente que siguen controladas por la misma familia que las fundó atraviesan el mejor momento económico de su historia
Un anuncio de Juego de Tronos arrancaba con la pregunta: ¿Qué es el poder? Varios personajes daban su opinión, para que en la escena final Cersei Lannister dijera: "El poder es poder". Ese poder de decidir sobre la compañía que fundaron hace años es el que no han perdido algunas de las estirpes empresariales más importantes de Europa.
Es más, muchas de las grandes firmas del Viejo Continente que siguen controladas por la misma familia que las fundó atraviesan el mejor momento económico de su historia, como Inditex o Lvmh. En el caso del grupo creado por Amancio Ortega, éste ha dirigido un relevo generacional que ha situado como presidenta a su hija, Marta Ortega.
Es un proceso que también tendrá que acometer otra gran empresa nacional como Mercadona y para cuando se complete es bastante previsible que el poder en ambas compañías y también en El Corte Inglés, otro gran grupo familiar, esté exclusivamente en manos de mujeres.
El hombre que tejió el líder mundial del textil
De un pequeño taller a líder global del sector textil. El éxito de Amancio Ortega es uno de los más notables a nivel mundial entre las empresas familiares.
Todo empezó en A Coruña en 1963 con Confecciones Goa, un taller donde se elaboraban batas y vestidos, y siguió en 1975 con la inauguración de la primera tienda de Zara, la marca emblema del grupo. A partir de ahí, Inditex -que no se constituyó como tal hasta 1985- no ha dejado de crecer en todos los sentidos.
El grupo salió de Galicia en 1981 para conquistar España poco a poco y dio el salto exterior en 1988, con una primera tienda en Oporto a la que siguieron otras en Nueva York y París.
Ahora, Inditex suma más de 6.300 tiendas en el mundo y va camino de pulverizar este año su récord de ventas y beneficios, con una facturación que superará los US$31.000 millones y un resultado que rondará los US$4.000 millones.
El grupo parece más engrasado que nunca, pese a la salida de Pablo Isla, la mano derecha de Ortega en los últimos 17 años y el gran artífice de su expansión internacional.
Inditex, que capitaliza US$85.000 millones y lidera el Ibex 35 por tamaño, ha ejecutado un relevo generacional, con Marta Ortega, hija del fundador, como presidenta desde el pasado abril y Óscar García Maceiras como CEO. Amancio Ortega controla el 59,29% del grupo textil, mientras su otra hija, Sandra, es la segunda accionista con 6.99%.
El rey del lujo define su sucesión
A principios de la década de los 80, Bernard Arnault era presidente de Ferret-Savinel, empresa fundada por su padre y que, por la insistencia del por entonces joven empresario, había vendido su división industrial para centrarse en el sector inmobiliario.
El punto de inflexión en la trayectoria del francés dentro del mundo de los negocios llegó en diciembre de 1984, cuando se alzó victorioso en la puja por Boussac-Willot, conglomerado textil y minorista que atravesaba graves problemas económicos pero que tenía en Christian Dior una prestigiosa marca de lujo que no había perdido brillo.
Una vez que Arnault tomó el control del grupo, apenas tardó dos años en vender casi todos sus activos y despedir a 9.000 trabajadores, decisiones tras las que se le puso el apodo de 'Terminator'. No obstante, la rentabilidad de la marca se disparó de inmediato.
Su ambición por crear un imperio del lujo le llevó a continuación a lanzarse a por Lvmh, batalla en la que se acabó imponiendo en 1989, después de aprovechar la rivalidad entre las familias que controlaban Louis Vuitton y Moët Hennnesy.
Desde entonces han tenido lugar numerosas adquisiciones, como Loewe, Sephora, TAG Heuer o Tiffany. Es un grupo que ya cuenta con su próxima generación de dirigentes. En diciembre del año pasado, Arnault puso al frente del hólding Christian Dior, a través del que se controla Lvhm, a su hijo Antoine, y este mes de enero designó a su hija Delphine directora general de Dior tras años en Louis Vuitton.
La dinastía de los Kennedy italianos
La dinastía de los Agnelli se remonta a 1899, cuando Giovanni, exmilitar, participó en la fundación del grupo automovilístico Fiat. Parte del capital que tuvo que aportar para ello lo consiguió gracias al dinero que obtuvo su familia por la venta de gusanos de seda que crecían en las inmediaciones de su casa en Villar Perosa, al norte de Italia.
Actualmente, los principales negocios de los Agnelli poco tienen que ver con la industria textil, a pesar de que a través de la sociedad Exor están presentes en negocios industriales (CNH), de moda (Louboutin) o mediáticos (The Economist). Su participación en tantos negocios y el fallecimiento inesperado de varios integrantes de la familia han hecho que sean conocidos como los 'Kennedy italianos'.
El principal artífice de crear la fortuna que poseen fue Gianni Agnelli, nieto de Giovanni y conocido como L'Avvocato (El abogado). Bajo su gestión, Fiat llegó a tener más de 100.000 trabajadores y fabricar más de un millón de vehículos en Italia durante la década de los 70.
Su padre, Edoardo, fue quien convirtió a la otra joya de la corona familiar, la Juventus, en un club de fútbol con impacto nacional. Hoy, el líder de la familia es John Elkann, nieto de Gianni y quien ha impulsado la salida a Bolsa de Ferrari y la fusión de Fiat y PSA para crear Stellantis.
El líder de la distribución en España
Cárnicas Roig, la empresa fundada por Francisco Roig Ballester y Trinidad Alfonso, dio paso a Mercadona con la apertura de un ultramarinos en 1977. Aunque el momento clave en la historia del grupo llegaría cuatro años después, cuando sus hijos (Juan, Fernando, Trinidad y Amparo) se hicieron con la compañía. El negocio por entonces sumaba 8 tiendas.
La dirección de la compañía fue asumida por Juan Roig, que rápidamente disparó su actividad y estableció un modelo basado en la innovación. Mercadona fue la primera cadena en introducir el código de barras en España (1982) o en tener un bloque logístico totalmente automatizado (1988), pero también ha sido pionera por su modelo de negocio, basado en su marca propia e interproveedores, así como en lo que la empresa llama 'Siempre Precios Bajos', huyendo de las promociones del sector.
Juan Roig, el presidente de la empresa, y su mujer, Hortensia Herrero, ostentan desde 1990 la mayoría del capital de Mercadona, un grupo que ha ido creciendo con compras y aperturas hasta sumar en la actualidad más 25.000 millones de facturación y más de 1.600 tiendas en España -es el líder con una cuota del 25%- y Portugal.
El matrimonio tiene cuatro hijas, Carolina, Hortensia, Amparo y Juana, llamadas a liderar el futuro de la empresa.
La empresa que revolucionó los cosméticos
Con una fortuna cercana a los US$80.000 millones, Françoise Bettencourt Meyers es, según 'Forbes', la mujer más rica del mundo. Este patrimonio se debe principalmente al 33% del accionariado de L'Oréal, el gigante de los cosméticos y la higiene personal que su abuelo, Eugène Schueller, creó en 1909.
Este químico francés ideó una fórmula de tintes inofensivos para el cabello que triunfó entre las peluquerías de París. Para acelerar su crecimiento a nivel nacional, Schueller compró en 1912 la popular revista 'La Coiffure de París' y una vez terminada la Primera Guerra Mundial se expandió hacia otros países de Europa.
Por si fuera poco, fue un pionero en materia publicitaria. En 1931 colgó un telón gigante de uno de sus productos en un edificio parisino y sólo un año más tarde lanzó su primer anuncio cantado o 'jingle' en la radio.
Su hija, Liliane Bettencourt, la madre de Françoise, siempre estuvo muy unida a él y trató de hacer crecer la empresa a nivel mundial. Aunque delegó las principales funciones ejecutivas en François Dalle, apoyó operaciones clave en la expansión del grupo, como las compras de Garnier y Maybelline. En 1971 vio nacer el histórico lema de la marca: 'Porque yo lo valgo'.
De hacer trajes a dominar la automoción
Los orígenes de BMW tienen poco que ver con motores y carreras. La histórica marca de coches nació a raíz del éxito que tuvo Emil Quandt con una fábrica textil que fundó en 1883 y que suministraba uniformes al ejército prusiano.
Su hijo Günther transformó la empresa en un gigante industrial que en la década de los 20, entre otras cosas, comenzó a producir sus primeros coches y motocicletas.
Sus vínculos con el régimen nazi suponen una etapa oscura en la historia de la compañía, la cual legó en sus hijos Harald y Herbert cuando falleció en 1954. En esos años BMW atravesó por dificultades financieras, hasta el punto de que en 1959 estuvo cerca de caer bajo el control de Daimler Benz, pero Herbert Quandt logró reflotar el grupo y evitar la venta a sus rivales, pese al pesimismo de sus asesores.
Al morir en 1982, repartió sus acciones entre sus hijos, Stefan (17,4%) y Susanne (12,6%), y su viuda, Johanna (16,7%), que murió en 2015. Stefan Quandt tiene una fortuna de US$21.400 millones y ha invertido en negocios de medicina homeopática, tecnología y logística. Susanne, con un patrimonio de US$24.700 millones, se ha centrado en hacer crecer Altana, una empresa química que también fundó su padre.
El apellido Álvarez y El Corte Inglés
La mayor cadena de grandes almacenes de Europa tiene su origen en una sastrería de Madrid que fue adquirida en 1935 por Ramón Areces y su tío César Rodríguez. El Corte Inglés se constituyó como sociedad en 1940, con César Rodríguez como primer presidente, aunque Ramón Areces era el 'hombre fuerte' y posterior presidente de la misma entre 1966 y 1989.
Este periodo, que coincide con una etapa de crecimiento en centros y en filiales, dio paso a la etapa de Isidoro Álvarez, su sobrino, al frente. Isidoro Álvarez fue presidente de El Corte Inglés entre 1989 y 2014, y el responsable de la diversificación del grupo, hasta crear su estructura actual. Su etapa destaca, además, por la compra de su gran rival, Galerías Preciados, en 1995.
Siguiendo la tradición, su sucesor fue su sobrino, Dimas Gimeno, que presidió la compañía entre 2014 y 2018, aunque con una peculiariedad: por primera vez el presidente no tenía el control accionarial. Tras una etapa de transición con Jesús Nuño de la Rosa como presidente -el único que ha tenido la empresa sin pertenecer a la familia fundadora-, Marta Álvarez, hija de Isidoro Álvarez, fue nombrada presidenta en 2019.
Marta ostenta, junto a su hermana Cristina, el poder a través de Cartera de Valores Iasa, con un 18,4% del grupo, y el control 'de facto' de la Fundación Ramón Areces, primer accionista de El Corte Inglés con un 40%. Cada una de ellas tiene dos hijos.
De un aserradero a controlar Gucci e YSL
Cuando François Pinault derrotó a Bernard Arnault en la batalla por la compra de Gucci era un empresario desconocido para muchos franceses, aunque su trayectoria en los negocios ya podía calificarse de exitosa. Perteneciente a una familia que tenía un aserradero en el norte de Bretaña, abandonó el colegio a los 16 años porque sus compañeros se burlaban de sus orígenes rurales y a los tres años se alistó en el ejército, coincidiendo con la guerra de Argelia.
Cuando falleció su padre decidió vender el negocio familiar para luego recuperarlo con su propio enfoque. Procuró evitar todo tipo de intermediarios para estar en contacto directo con los proveedores y el cliente final. Durante esta época se hizo amigo de Jacques Chirac, años después presidente de la República.
Conforme la empresa de Pinault se hizo más grande, ésta fue adquiriendo firmas en dificultades que supo hacer rentables.
En 1998 compró el equipo de fútbol Stade Rennais y sólo un año más tarde, Gucci. Antes de esta operación, Pinault ya había dado pequeños pasos para entrar en el mundo del lujo, pero una vez adquirió una gran insignia no tardó en hacerse con otras marcas de prestigio como Yves Saint Laurent, Balenciaga o Bottega Veneta.
En 2003 decidió nombrar heredero de un grupo que factura más de 60.000 millones al año a su hijo mayor, François-Henri Pinault, marido de Salma Hayek.
Los suéteres que llenaron Europa de color
La Europa de la posguerra necesitaba de colores vivos que le devolviesen la alegría. Así lo percibía Luciano Benetton, que ahorró todo lo que pudo para comprarle una máquina de coser a su hermana Giuliana, con quien se había embarcado en la confección de suéteres con tonalidades alegres.
Las prendas tuvieron éxito en los comercios locales, por lo que los otros dos hermanos, Carlo y Gilberto, se sumaron a una aventura empresarial que abrió su primera tienda en 1965. Sólo cuatro años después, el apellido Benetton ya lucía en las calles de París.
Que esta marca acabara teniendo más de 5.000 tiendas repartidas por todo el mundo se debió a la combinación de unas prendas coloridas y diseños tan simples como atractivos, así como a una innovadora y, muchas veces polémica, estrategia de márketing en la que jugó un papel fundamental Oliviero Toscani como director creativo.
Para invertir parte del patrimonio logrado gracias a su tienda de ropa, los Benetton crearon en 1981 Edizione, el hólding desde el que gestionan todas sus inversiones. Su principal activo es Atlantia, constructor y gestor de autopistas, y también está presente en Cellnex, aunque en el último lustro su participación ha quedado diluida hasta el 8,5%. En la asamblea de la firma en enero del año pasado se nombró presidente a Alessandro Benetton, hijo mayor de Luciano.
El líder discreto del sector lácteo
A pesar de controlar Lactalis, el tercer mayor productor de lácteos a nivel mundial, la familia Besnier es conocida por su discreción. Éste es un rasgo que ha caracterizado desde niño al máximo responsable del grupo, Emmanuel Besnier, cuya fortuna alcanza los 19.000 millones de euros.
Él y sus hermanos, Jean-Michel y Marie, se reparten el 100% de un conglomerado que factura 22.000 millones de euros al año y controla marcas como Puleva, President o El Ventero.
La fundación de la compañía se remonta a 1933, cuando André, abuelo de los actuales propietarios, comenzó a elaborar quesos camembert que gozaron de una gran acogida. Gracias a una buena evolución del negocio, la empresa diversificó su oferta y empezó a vender leche, nata y mantequilla.
En 1955 tomó las riendas de la empresa Michel Besnier, hijo del fundador, también famoso por evitar su exposisición pública y con quien Lactalis vivió un ciclo de intenso crecimiento e internacionalización.
Para ello fueron clave los avances que logró el grupo para prolongar la vida de sus alimentos perecederos. De hecho, fueron los primeros en Francia que vendieron la leche envasada en 'tetra brik'.
En la década de los 70 dieron el salto a Estados Unidos, donde empezaron comercializando queso brie y se asentaron definitivamente en 1987 con la construcción de una fábrica en California.
Los bloques de la felicidad
Ole Kirk Kristiansen comenzó a hacer juguetes de madera en 1934. Apenas contaba con seis empleados, a los que ofreció una botella de vino casero para que le ayudasen a ponerle un buen nombre a la empresa. Acabaría siendo él mismo el que bautizaría su negocio como Lego, contracción de la frase danesa "leg godt" (juega bien).
Apostó por el plástico como sustitutivo de la madera en 1949, pero no fue hasta 1957, ya con su hijo Godtfred al mando, cuando mejoraron el diseño de sus bloques para darles una mayor potencia de encaje. Arrancó entonces una época de crecimiento para Lego que se extendió hasta principios del siglo XXI, cuando la compañía registró dos ejercicios de fuertes pérdidas (2003 y 2004).
Supo reponerse de estas dificultades vendiendo sus parques temáticos y reduciendo la variedad de sus piezas para reducir los costes, a la vez que forjó exitosas alianzas con producciones de cine como Star Wars o Harry Potter. En 2019, Kjeld Kirk Kristiansen, nieto de Ole, cedió su puesto en el consejo de la compañía, haciendo que su hijo Thomas pasase a ser el miembro de la familia más implicado en la gestión de Lego.
El éxito del católico mal estudiante
Gérard Mulliez nació en 1931 en el seno de una familia acomodada y muy católica que controlaba Phildar, una empresa textil. Pese a ir a buenos colegios, los estudios nunca fueron su fuerte, y no fueron pocas las veces que volvió de clase con un suspenso bajo el brazo. En los años 50 empezó a implicarse en el negocio familiar hasta ser director comercial, cargo por el que decidió viajar a Estados Unidos para aprender las últimas técnicas de venta.
En 1961 abrió el primer Auchan en su localidad natal, Roubaix, y pese a un mal comienzo no tardó en ganar cuota de mercado en la zona y abrir una segunda tienda en Roncq. A partir de ahí empezó a planificar la expansión de la cadena, pero como no quería recurrir a los bancos, acudió a su familia para captar la financiación que necesitaba.
A raíz de ello creó el actual hólding familiar de los Mulliez. Con él, la familia controla la popular cadena de hipermercados que llegó a España en 1981 con el nombre de Alcampo, Leroy Merlin, Decathlon, Kiabi y Boulanger. También están presentes en el sector de las residencias de mayores a través de Maisons de Famille, dueña de la española Amavir.
La familia más misteriosa de Alemania
Si busca Dieter Schwarz en Google apenas le saldrán fotos en las que aparezca este empresario alemán, poseedor de una fortuna de 37.000 millones de dólares gracias, principalmente, a Lidl. El dueño de la famosa cadena de supermercados ha cuidado de su compañía tanto como de su privacidad, ya que apenas se conocen detalles de su vida o la de sus dos hijas.
Su dirección al frente de la empresa empezó en 1977 tras el fallecimiento de su padre, Josef Schwarz. Éste había llevado durante décadas un almacén de frutas con un socio que se apellidaba Lidl que estaba orientado al mercado mayorista. Una vez se hizo cargo del mismo, Dieter cambió el modelo de negocio, pero quiso mantener el nombre de Lidl en lugar de Schwarz, que significa negro en alemán.
Eso sí, tuvo que pagar 1.000 marcos a Ludwig Lidl, un pintor y maestro jubilado, para evitarse problemas de derechos de autor. Bajo su gestión la empresa vivió un fuerte crecimiento a nivel nacional que le llevó a convertirse en el principal rival de Aldi. Ya se ha retirado de la gestión activa y se dedica a ejercer de mecenas con su fundación en Heilbronn, su ciudad natal.
200 años de un gigante multifacético
El origen del grupo Bolloré se remonta a 1822, cuando Nicolas Le Marié fundó una empresa para fabricar papel de cigarrillos. A partir de 1863 fue dirigida por Jean-René Bolloré, sobrino político del fundador que llevó su apellido a la cúspide de este conglomerado. Aunque el principal responsable de convertirlo en un gigante con participaciones en empresas energéticas, de telecomunicaciones o publicitarias fue Vincent Bolloré.
Este francés tomó las riendas de la firma en 1981 tras una etapa en Edmond de Rothschild. Por aquella época el hólding no atravesaba su mejor momento, pero él y su hermano Michel-Yves diversificaron su actividad hasta lograr mover cerca de 20.000 millones de euros al año. Dos de sus hijos, Yannick y Cyrille, se han repartido el control de la firma familiar, que tiene entre sus empresas participadas a Vivendi, Canal+ y Universal Music.
Para su cuenta de resultados también es fundamental la aportación de los negocios de transporte, logística y, en menor medida, almacenamiento de energía.
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