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En el próximo cuatrenio, los países de América Latina tendrán que enfrentar retos en materia de comercio con las propuestas de alza de aranceles y las medidas antimigración
En el marco de la segunda edición del Sura Advisory Forum, organizado por Sura Investments, expertos analizaron cómo se impactará las relaciones entre Latinoamérica y EE.UU. con las políticas del mandato de Donald Trump, entre ellas se destacan los efectos en el comercio por sus propuestas de elevar los aranceles.
“La política de la nueva administración traerá ciertos desafíos en el ámbito comercial y relacionamiento con algunos países de América Latina pero no pensamos que se vaya a romper la relación comercial de ninguno de los países con EE.UU.”, dijo Joaquín Barrera, director de renta fija e inversiones de Sura Investments.
Acerca del panorama financiero en Colombia, dijo que van a primar más los factores locales que un evento exógeno por parte de la relación con el gobierno Trump. “El mercado financiero en Colombia está más impactado por lo que sucede con los bonos del Tesoro americano y la política monetaria por parte de la Fed”, añadió.
Idelfonso Guajardo, exsecretario de economía de México, afirmó que México tiene el mayor reto en América Latina con la presidencia Trump, señalando su cercanía geográfica a efectos de migración y la revisión del T- MEC (Tratado de Libre Comercio entre EE.UU., México, y Canadá) que se hará en 2026.
La presidenta de este país, Claudia Sheinbaum, posesionada hace un mes, reveló que ayer sostuvo una llamada telefónica con Trump, acerca de la buena relación que habrá entre los dos países.
La académica mexicana especializada en políticas públicas, Viridiana Ríos, señaló que los retos estarán alineados en el cambio en la visión de la apertura comercial, enfocada en volver a realizar los procesos de manufacturas en Estados Unidos y lidiar con un con un socio comercial más cerrado, y el rechazo a la migración ante una percepción de descontrol que se estuvo alimentado durante la campaña republicana. “Se debe pensar en cómo vamos a contener políticas migratorias y cómo vamos a ceder en algunas cosas para poder lograr una política más efectiva con Trump”, señaló Ríos.
En temas concretos de comercio, Guajardo, quien también fue negociador del T- MEC, señaló que algunas discusión que se presentarán cuando se revise el tratado serán las importaciones de maíz amarillo, las relacionadas al sector automotriz, y violaciones del tratado en materia energética, pero independientemente de los sectores, la discusión central será la presencia comercial de China en la región.
“El gobierno de México tiene que tener claridad en que China no puede invertir en áreas estratégicas para la seguridad de México y América del Norte, no pueden invertir en 5G, en la nube, eso es lo mínimo que le debe ofrecer a tus socios, que no va a ser utilizado como trampolín para romper su franja de seguridad. Segundo, que las inversiones chinas cumplan con las leyes mexicanas y con sus compromisos internacionales, y que México no sea utilizado triangularmente para incumplir los aranceles que le impondrá EE.UU.”, dijo el exnegociador.
Pero en tercer lugar dijo que México no debe seguir la política estadounidense frente el conflicto comercial con China. “Ese conflicto no es nuestro, si Estados Unidos se encarece su línea de producción eso no es nuestro problema, nosotros no podemos encarecer con aranceles esas importaciones. Debemos hacer una política de protección inteligente de importaciones para sustituir esos elementos estratégicos de la cadena de valor”.
En otro aspecto comercial, se analizó que el nearshoring se puede ver como un reto, pero a su vez una oportunidad de capturar los flujos de relocalización con el nuevo gobierno de Estados Unidos. “Estamos cerca y somos ideológicamente alineados a EE.UU. pero si hay otros países que aunque son más lejanos, son más eficientes en producción, van a ganar en atracción de inversión, esto puede mejorar en este nuevo periodo si se crean cadenas de valor internas”, dijo Ríos.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, estima que el nearshoring podría impulsar las exportaciones anuales de bienes y servicios en América Latina y el Caribe en cerca de US$ 78.000 millones en el mediano plazo, y entre las industrias que ve mayor potencial está la automotriz, textil, farmacéutica y de energía renovable, entre otras. Y los países que estarían mejor posicionados para aprovecharlo son Uruguay y Chile, mientras que Colombia está en el décimo lugar y México en el 11 a pesar de su cercanía a EE.UU.
En cuanto a las relaciones con los presidentes de Colombia y Chile, de un corte más progresista y opuesto a Trump, Guajardo señala que dependerá de la postura diplomática de estos gobiernos. “En Chile tiene un gobierno de avanzada en derechos humanos que es bien visto en el globo y se ha posicionado en contra de Venezuela y eso lo pone en otro nivel de conversación, sin embargo puede darse fricciones con gobiernos como el colombiano, dependerá del manejo del manejo diplomático y el aprovechamiento del TLC el cual, en principio, no es probable que haya riesgos”.
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