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Nicolás Pascual de la Parte, eurodiputado por el Partido Popular de España, habló de la guerra ucraniana, la mediación de Trump y el papel de América Latina
A tres años del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el conflicto ha entrado en una fase crítica marcada por esfuerzos internacionales para alcanzar una paz duradera. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su papel, buscando mediar entre Putin y Zelenski para establecer un alto al fuego definitivo, a la par que Europa busca reforzar con US$868.390 millones su frente defensivo.
Sobre este tema, Nicolás Pascual de la Parte, eurodiputado por el Partido Popular de España y coordinador de las comisiones de defensa del Parlamento Europeo, habló para dar su diagnóstico sobre cómo ve la guerra ucraniana, la intermediación de Trump y el papel que juega América Latina.
Para nosotros es difícil responder a esa pregunta porque aún no conocemos la propuesta completa de Trump, sabemos que quiere un alto al fuego rápido y tiene mucha prisa, lo cual juega a favor de Putin, porque este no tiene ningún afán. Después vendrá la segunda parte, que es la negociación de un acuerdo de paz, el cual será muy complicado porque tiene muchos elementos. Por ejemplo, el estatus internacional de Ucrania, si será neutral o no, si se va a incorporar rápido a la Unión Europea o no; o cómo quedará el régimen de las aguas de su salida al Mar Negro.
Así que estamos en una fase preliminar que es conseguir un alto al fuego, hasta el momento ha sido para las infraestructuras energéticas. Por lo que es muy difícil prever cómo evolucionará.
En Europa hemos tomado conciencia de que tenemos que tomar las riendas de nuestro destino, no solo desde el punto de vista económico y comercial como está hasta ahora, sino también con miras a la consolidación política del proyecto europeo y nuestra dimensión de seguridad, defensa y política exterior. Europa tiene que ser un aliado fiable, autónomo y que contribuya a la creación de un nuevo orden mundial, si no somos capaces de hacerlo tenemos que asumir las consecuencias de ser sujetos pasivos del nuevo orden mundial y no activos.
Eso significa que tenemos que dotarnos de los recursos de seguridad y defensa para ser autónomos para no depender de nadie, ni de Estados Unidos como ha sucedido en los últimos 30 años.
Además incrementar la inversión en defensa y seguridad, pero también hablar con una sola voz, no permitir que nos dividan y defender nuestros valores y principios. Tenemos un ADN muy claro en Europa que son las libertades fundamentales, los derechos humanos, la democracia y la economía de mercado. Los defenderemos de la mano de nuestros aliados americanos o incluso solos si es necesario.
Por eso lo que estamos proponiendo es crear un pilar dentro de la Otan europeo de defensa que permita a Europa proyectar sus intereses, de la mano de EE.UU., o fuera por nuestra cuenta.
Son muchos los que piensan que el mundo se va a organizar en grandes naciones. Estados Unidos está con el mundo anglosajón, China está con los asiáticos; Rusia con los eslavos, y está Europa, pero, por qué no pensar en un espacio hispanoamericano. Es increíble pensar en que estamos divididos en 22 estados diferentes. Las grandes civilizaciones sí que están unidas, por qué los hispanoamericanos, que pertenecemos a la misma cultura, no nos unimos, Eso nos debilita mucho. Pero para construir esa reunificación hay que empezar con temas deportivos, culturales y después subir hacia la economía, el comercio y finalmente la política.
Tenemos un espacio muy fuerte y todos los predicamentos a nuestro favor para hacerlo. Hay que comenzar a edificar ese canino de integración.
Llama la atención que en esta guerra haya tantos mercenarios. Del lado de Rusia hay muchos de Corea del Norte y otras repúblicas exsoviéticas. Del lado de Ucrania hay otro tanto, no solo de colombianos sino de otros países iberoamericanos. Para mí es irregular estas guerras en las cuales los mercenarios tienen tanto protagonismo, esto privatiza el conflicto y lo hace menos previsible, y después lo hace mucho más cruel y humano.
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