MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Pedro Castillo o Keiko Fujimori asumirán un cargo manchado por la corrupción, que ha salpicado a los seis últimos mandatarios
Perú escogerá el domingo a su presidente entre un profesor socialista desconocido hasta hace poco y una candidata derechista que ha prometido indultar a su padre condenado por violar los derechos humanos, para tratar de cerrar cuatro años de tormenta política que hundió a tres gobernantes.
Pedro Castillo o Keiko Fujimori asumirán un cargo hasta ahora manchado por la corrupción, que ha salpicado a los seis últimos mandatarios electos y a la propia candidata de derecha.
La desconfianza y la decepción con los políticos campea entre gran parte de la población, cuando además la economía del país minero se ha visto gravemente afectada por uno de los brotes de coronavirus mas agresivos y con la mayor tasa de mortalidad del mundo.
Castillo, un profesor de primaria sin experiencia en la gestión pública, propone un nuevo comienzo reemplazando la Constitución, pero su ventaja de apenas dos puntos porcentuales en las encuestas está dentro del margen de error en una elección que camina hacia una final de fotografía.
La candidata Fujimori, la hija mayor del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, de a poco ha recortado la distancia con Castillo, que lideraba ampliamente los sondeos tras ganar sorpresivamente la primera ronda electoral de abril.
En la anterior elección presidencial del 2016, Fujimori, que intenta por tercera vez llegar a la presidencia, perdió por apenas un 0,24% de votos tras haber estado arriba en todos los sondeos en la semana previa a los comicios.
Un desenlace electoral demasiado estrecho podría ahora ser puesto en duda por ambos candidatos, dijeron analistas.
"Si hay, como parece, un resultado ajustado, yo me temo que el perdedor no lo va a aceptar. El mejor escenario sería que quién gane, lo haga con una diferencia de por menos 4%, 5% para que no sea cuestionado", dijo el analista Fernando Tuesta. "De allí podría venir aquello del problema de estabilidad", agregó.
País polarizado
El clan Fujimori es odiado por unos y querido por otros. Muchos dicen que el patriarca del clan, Alberto Fujimori, derrotó a los rebeldes y sentó las bases para el crecimiento de la economía, tras años de crisis e hiperinflación en el país.
Otros condenan el estilo autoritario del Gobierno del expresidente en la década del 1990 al 2000, que cometió crímenes en su lucha contra los insurgentes maoístas de Sendero Luminoso que querían tomar en poder por la fuerza.
"Producto del gobierno de Fujimori tenemos una Constitución de 1993 con un modelo económico neoliberal en beneficio de las transnacionales y en perjuicio para el pueblo", dijo un joven universitario en una marcha "antikeiko" del martes.
A esta polarización se suma la pavorosa cifra de más de 180.000 muertos por el coronavirus, otro punto de presión y con la pandemia lejos de terminar sin una vacunación masiva en marcha.
"Los desafíos de gobernabilidad serán significativos, gane quien gane", comentó esta semana la consultora internacional Teneo, sobre las consecuencias de las elecciones en Perú.
La agitación política no solo tendrá un escenario en las calles, también en el Congreso, que seguirá muy atomizado y que demandará arduos esfuerzos del nuevo gobernante para encontrar consensos y evitar la lucha de poderes de los últimos años.
Los mercados financieros, la moneda y la bolsa, han transitado por una montaña rusa en el último tramo electoral, con el sol tocando varias veces mínimos históricos.
ChatGPT no está disponible en China, lo que obliga a la empresa estadounidense a buscar socios locales para sus funciones de IA
Los líderes más poderosos de la industria tecnológica están probando una nueva estrategia para atraer a Donald Trump, quien históricamente se ha opuesto a su dominio: las cenas en persona
El banco central ha intervenido casi todos los días durante la última semana, vendiendo US$8.000 millones en subastas