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La autorización del Gobierno también se extendería al derecho de la operadora saudí, controlada en 62% por el fondo soberano
La entrada de la operadora saudí STC en el capital de Telefónica con 9,9% ha quedado resuelta. La reunión del consejo de ministros ha aprobado el aumento de la participación de STC desde 4,9% que ahora mantiene a 9,9% que compró en un principio mediante la conversión de los derivados financieros por valor de otro 5% que mantenía sin ejecutar.
Además, la autorización del Gobierno también se extendería al derecho de la operadora saudí, controlada en 62% por el fondo soberano del país árabe, a nombrar un vocal en el consejo de administración de la operadora de telecos española, según señalan a Expansión fuentes conocedoras del proceso.
STC removió los cimientos corporativos de Telefónica el 5 de septiembre de 2023, cuando anunció haber reunido un paquete de 9,9% del capital de la operadora española. Compró directamente en acciones 4,9% y 5% restante en derivados pendientes de ejecutar, en una operación coordinada por Morgan Stanley.
En la compra de esa participación STC invirtió 2.100 millones de euros (US$2.214 millones), un paquete que hoy, con la capitalización de Telefónica en US$26.028 millones, vale US$2.602 millones, 17,5% más.
Esa estrategia de desembarco en dos fases obedecía a la peculiaridad de la ley española que establece que un inversionista extranjero que quiera tomar una participación en cualquier compañía que sea suministradora estratégica de la defensa nacional, -como es el caso de Telefónica que es el principal proveedor de comunicaciones del Ejército español- no puede superar 5% del capital o solicitar representación en el consejo mediante un vocal, sin antes recibir la autorización del Gobierno a través del Ministerio de Defensa.
En su momento, en septiembre de 2023, STC señaló en un comunicado que no pretendía adquirir el control o una participación mayoritaria de Telefónica. El propio Olayan Alwetaid, explicó que la inversión en la operadora española era una muestra de su "confianza en el equipo directivo de Telefónica, en su estrategia y en su capacidad para crear valor".
El grupo saudí afirmó entonces que como "accionistas a largo plazo, apoyamos a la compañía y estamos comprometidos a desarrollar y fortalecer nuestra relación estratégica. No tenemos intención de adquirir el control o una participación mayoritaria en Telefónica".
La principal consecuencia de la entrada sorpresiva de STC en Telefónica ha sido que, un año después, el accionariado de la operadora está mucho más concentrado y controlado en pocas manos.
Antes de STC, el capital estaba bastante disperso con sólo dos accionistas de referencia, Caixa y Bbva, ambos con participaciones de alrededor de 5% y presentes en el consejo, como herederos de aquel núcleo duro que se forjó en los años noventa.
Pero la entrada de STC sirvió al Gobierno socialista la ocasión de volver a tomar un paquete significativo en una operadora que había sido totalmente privatizada en 1997.
El Gobierno decidió usar a la Sepi para llegar a 10% del capital en una operación que se culminó el 20 de mayo pasado, tras el desembolso de US$2.408 millones, y el nombramiento de Carlos Ocaña, un directivo muy cercano a Pedro Sánchez, como nuevo vocal.
Las iniciativas de STC y Sepi llevaron a CriteriaCaixa a igualar en julio pasado esas participaciones invirtiendo US$1.159 millones adicionales a su participación anterior. Los observadores señalan que esta situación provocará una mucho mayor influencia de estos inversionistas en la gestión que en las últimas décadas, dado que entre los 4 primeros -incluyendo 4,83% de Bbva- rozan 35%.
Además, el Gobierno ha insinuado que puede pedir un segundo vocal lo que, lógicamente, podría provocar una demanda similar por parte de STC y Criteria, con lo que el peso del trio de primeros accionistas sería enorme.
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