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La expectativa ahora es que el proceso continúe sin importar lo que suceda el 30 de octubre en la segunda vuelta electoral
El gobierno de Argentina y el de Brasil avanzan en un ambicioso y pionero plan de integración en el campo de la Defensa que excede las disputas electorales. Se trata de la forja de un Estado Mayor Conjunto Binacional que permita coordinar a futuro las fuerzas armadas de ambos países. La propuesta ya está encaminada pese a las fricciones políticas entre Jair Bolsonaro y Alberto Fernández.
La expectativa ahora es que el proceso continúe sin importar lo que suceda el 30 de octubre en la segunda vuelta electoral y si el país sigue en manos del actual mandatario o Luiz Inácio Lula da Silva vuelve al poder. Todavía no hay respuesta del otro lado de la frontera, pero la recepción de la idea fue auspiciosa a nivel de la cúpula militar.
Lo que se busca es generar un espacio de coordinación entre los altos mandos de las fuerzas que permita, por caso, pensar en conjunto estrategias binacionales tanto en el plano de los ejercicios militares como en las misiones conjuntas que las tropas pueden cumplir en el plano de las Naciones Unidas. Eso puede conducir a otros niveles mucho más profundos como los que algunos sueñan: una industria de la defensa integrada.
En la actualidad, existe ya un antecedente de integración a nivel de las fuerzas armadas de la Argentina con Chile en el patrullaje conjunto en las aguas australes que es el Panc, la Patrulla Austral Naval Combinada. Consiste en un mecanismo que reúne, desde 1997, a la Armada Argentina y la Armada Chilena para operaciones combinadas durante el verano en torno al patrullaje del Atlántico Sur. El desafío de integración con Brasil implicaría ir un paso más allá.
Como ejemplo, en el Gobierno piensan en el proyecto brasileño de Amazonia Azul, como un plan que hace foco en el país vecino sobre todo su litoral marítimo. Lo imaginan como un complemento de la propia estrategia de Defensa en Argentina en torno a su litoral -el Pampa Azul- y arriesgan que la integración a nivel del Estado Mayor Conjunto de los dos países permitiría no solo extender el rango de operatividad sino mejorar también su eficiencia en todo lo que tiene que ver con el patrullaje marítimo y operaciones de búsqueda y rescate.
Eventualmente, podría -y debería, sostienen- integrar también a Uruguay por una lógica geográfica, si bien todavía no hay tratativas al respecto. Paso a paso.
El vínculo militar entre Argentina y Brasil
En rigor, la relación entre Brasil y la Argentina en el plano de la cooperación militar no se alteró pese a las fricciones entre sus gobiernos. Al contrario, en Defensa destacan que es el país con el que mejor trabajaron en tiempos de pandemia, cuando gran parte de las agendas a nivel global entraron en pausa. En 2020, el único ejercicio militar que concretó el país con un aliado internacional fue con Brasil.
Una de las iniciativas en las que se trabaja con el objetivo de consolidar esta integración gira en torno a la compra de los blindados Guaraní que fabrica Brasil en su planta de Iveco, en Minas Gerais. Esta negociación se remonta a la gestión de Agustín Rossi y siguió con la actual, a cargo de Jorge Taiana.
Entre los múltiples modelos en estudio -desde los vehículos estadounidenses a los chinos- el brasileño tenía un elemento extra: la oportunidad de plantear una integración a nivel de producción con las fábricas en Córdoba de cara al futuro y en el marco de la ley del Fondo Nacional de la Defensa (Fondef) que persigue, precisamente, la transferencia tecnológica como el norte de los futuros acuerdos militares con el mundo.
El primer paso, no obstante, sería adquirir las primeras unidades y proseguir ese diálogo a nivel de los ministerios y con intermedio de la embajada en Brasilia con el fin de habilitar la segunda propuesta de una fabricación compartida. Según cuentan en el Gobierno, implicaría un enorme avance en torno a integrar el sistema de armas de ambos países, lo que redundaría, en el largo plazo, en estandarizar el sistema de defensas en el Cono Sur, cimentar la confianza mutua y pensar en estrategias conjuntas.
La iniciativa de confluir en un Estado Mayor Conjunto Binacional ya fue presentada a Brasil de forma oficial y se encuentra en una etapa de análisis respecto a cuan complementaria puede ser la operatividad de ambas fuerzas armadas. Brasilia tiene que responder aún, aunque esto no sucederá hasta tanto se consolide la continuidad del actual gobierno o -y en este caso puede demorar más tiempo todavía- se instale uno nuevo. De movida, la recepción de la idea fue positiva de parte de las autoridades militares vecinas.
Eventualmente, la confluencia demandaría, muy posiblemente, una adecuación legislativa si de integrar tropas se trata. Tal como sucede con Chile y las fuerzas binacionales australes. Hasta entonces, explican en Defensa, no es preciso en esta primera instancia de diálogo.
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