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Producción podría llegar a 1,2 millones de barriles de petróleo diarios en 2028, mientras que su PIB será el único que crezca a dos dígitos
Impulsar la economía, el desarrollo social y el crecimiento, podría ser, a grandes rasgos, el objetivo de cualquier gobierno y Guyana parece haber encontrado la receta adecuada para lograrlo. Este año, según las últimas proyecciones del Banco Mundial, será el único país de la región con crecimiento del PIB a doble dígito (25,2%) y la cifra podría extenderse hasta 28,2% en 2025.
Detrás de este buen desempeño aparece la industria petrolera, la cual, al igual que la economía ha crecido de forma exponencial. Guyana cuenta con 11.000 millones de barriles de reservas de petróleo, cerca de 0,6% del total mundial. Y según The Economist, la meta para 2028 es llegar a producir 1,2 millones de barriles, lo que sería 1,1% del suministro mundial. Para que se haga una idea de la magnitud, Colombia, actualmente, produce menos de 800.000 barriles al día.
Juan Pablo Fernández Marín, expresidente ejecutivo de la Confederación de Distribuidores y Minoristas de Combustibles energéticos, destacó que estas cifras ya lo ponen a nivel de país miembro de la Opep y pronto será el tercer productor de petróleo de toda América Latina por debajo de Brasil y México, “con al diferencia de que estos países tienen 215 y 128 millones de habitantes respectivamente y Guyana cerca de 800.000”.
Su nivel de producción per cápita es otro de los puntos destacados y por los que se ha llevado apodos como el país del “milagro petrolero” o la “Guyana Saudí”, además de los ingresos que le deja al gobierno. Cifras de Rystad Energy estiman que la producción nacional está cerca de superar la marca de US$1.000 millones este año y que podría llegar a US$7.500 millones anuales para 2030.
The Economist, por su parte, prevé que los impuestos y gravámenes que reciba el gobierno por el petróleo podrían sumar US$16.000 millones al año en 2036. Esto sería el doble del tamaño de la economía antes de la bonanza petrolera. Lo que se acompaña de inversión.
En mayo, el Gobierno de Guyana anunció que firmó un memorando de entendimiento (MOU) de US$150 millones con el Fondo Saudita para el Desarrollo con el fin de impulsar la infraestructura del país. Y también cuenta con un monto aprobado por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de US$360 millones para inversiones sociales, transporte y agricultura, así como la meta de desarrollo de “un estado verde”.
Pese a que el panorama petrolero del país pinta bien, la expectativa está puesta en cómo se verá reflejada en una mejora en la calidad de vida de los guyaneses, pues el país tiene niveles altos de pobreza y la expectativa de vida es menor a la de los otros países de la región.
El medio londinense dice que dejar los fondos que llegan del petróleo con un manejo directo y exclusivo del gobierno podría afectar la buena gobernanza y dar pie a la corrupción, pero, si en otro panorama se pensará en repartirlos a la población se correría el riesgo de desestabilizar la economía.
Esto haciendo cuentas de que a cada persona le tocarían US$10.000 anuales. ¿La recomendación? Buscar mayor escrutinio internacional de sus finanzas y luchar por un consenso bipartidista de su estrategia fiscal.
La expansión viene con energías limpias
El crecimiento petrolero de Guyana no dejaría de lado la tendencia mundial del mercado verde y las energías limpias. Según la consultora, Schreiner Parker de Rystad Energy, Brasil (que es el gran productor de Sudamérica con más de 3 millones de barriles por día) y Guyana pueden producir petróleo de forma rentable a US$35 el barril, menos de la mitad del precio actual, además la cantidad de CO2 equivalente emitido por barril es de 10 kg, en comparación con un promedio mundial de 26 kg, lo que los hace destacar de otros países con prácticas menos sostenibles.
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