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El índice de precios al consumidor IPCA-15 subió un 1,11% en el mes
La tasa de inflación de Brasil subió de vuelta al rango objetivo del banco central a mediados de junio, luego de que la protesta nacional de camioneros generó una escasez generalizada de productos, elevando los precios al consumidor a un máximo de más de dos años.
Pero los economistas afirman que es improbable que el alza de corto plazo en los precios lleve al banco a subir los costos del crédito en el futuro próximo, dado que una tasa de desempleo de dos dígitos mantiene contenidas las presiones inflacionarias.
El índice de precios al consumidor IPCA-15 subió un 1,11% en el mes hasta mediados de junio, dijo el jueves el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El mercado proyectaba que un alza de 1,0%, según un sondeo de Reuters.
Precios más altos de los alimentos y el combustible fueron los mayores factores detrás de la inflación durante el mes. El paro de los camioneros bloqueó las principales autopistas, llevando a una paralización en sectores claves y obligando a los productores a sacrificar animales y desechar leche.
Un alza en las tarifas de la electricidad también ayudó a conducir la tasa de inflación a 12 meses a 3,68%, bastante más alto que la lectura de 2,86% de fines de mayo.
Eso debería dar cierto alivio al banco central, que ha tenido problemas para regresar la inflación al rango objetivo de 4,5%, más o menos 1,5 puntos porcentuales, luego de que el año pasado el indicador quedó bajo el rango por primera vez desde que existen registros.
Sin embargo, no es probable que el alza altere significativamente las expectativas del mercado de que el banco se abstendrá de subir las tasas de interés hasta el año próximo.
El miércoles, el banco mantuvo la Selic en mínimos pese a que la moneda local tocó su menor nivel en más de dos años.
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