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Entre los países de la CAN, Perú y Ecuador registran mayores accidentes de tránsito. En 2022, se reportaron más de 123.000 casos
Los retos en materia de seguridad vial, incremento del tráfico, estado de las vías y comportamiento de los conductores en las carreteras se han convertido en puntos determinantes para las cifras de accidentes de tránsito en la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Según datos registrados en su Tablero Virtual de Seguridad Vial, en el último año hubo 123.397 accidentes viales, por cuenta de esa cifra más de 86.000 personas resultaron heridas y 7.000 muertas.
Perú fue el que más casos registró entre las naciones del bloque. El país vecino terminó 2022 con 83.897 personas accidentadas y representó 68,04% de todos los casos de la CAN. En segundo lugar se ubicó Ecuador con 19.000 accidentes y luego estuvo Bolivia con más de 17.000, pero ¿cómo se ocasionaron estos incidentes?
Al hablar de accidentalidad vial no se puede dejar por fuera la imprudencia de algunos conductores y fue, precisamente, esta actitud la que ocasionó casi 35% de los accidentes en los países de la CAN durante el año pasado. Bolivia, según las cifras, sería el que cuenta con las personas más problemáticas para manejar en las vías, con un contundente 62,7% entre las causas que generan los accidentes.
En el caso de Colombia, el profesor y analista de transporte en la Pontificia Universidad Javeriana, Darío Hidalgo, explicó uno de los principales motivos de los accidentes, en los que no solo se ven afectados otros conductores sino también peatones es el exceso de velocidad.
“El control de velocidad es la forma más efectiva de reducir las muertes y heridas graves. En Colombia contamos con legislación que exige máximo 50 kilómetros por hora en zonas urbanas, que es necesario señalizar y controlar. Allí son muy útiles los equipos de foto detección o cámaras salvavidas”, señaló.
Para Hidalgo, es clave que las autoridades locales, “ojalá con apoyo nacional” avancen en sus planes de gestión de velocidad para lograr sus objetivos de seguridad vial.
“Los principales siniestros están asociados con el incremento del uso de la motocicleta, que si bien es económica, ágil, y para muchos una herramienta de trabajo, trae consigo alto riesgo”.
“El contexto de Latinoamérica está enfocado en la penalización de la conducta, más que en la consciencia del autocuidado, por lo que no afecta culturalmente”.
Las cifras que obtuvo el país muestran que, al igual que en Perú, la principal causa de los accidentes fue imprudencia ocasionada por el conductor, representando 63,2% de los casos de 2021 (pues no se cuenta con registros para 2022); seguido por otras complicaciones (26,5%); mal estado de las vías, 3%; embriaguez o uso de drogas, 2,1%; e imprudencia ocasionada por el peatón, 2%.
Precisamente, este último dato da cuenta de que los accidentes no solo recaen en quienes manejan automóviles, sino también sobre los peatones. A pesar de que las cifras, al compararlas, son más bajas, sí sumar al total.
Ecuador tiene los peatones más imprudentes a la hora de generar accidentes, asumiendo 5,7% de los casos registrados. A estos le siguen Perú (3,2%) y Colombia con su 2%, respectivamente.
Si se enfatiza sobre el tipo de personas que pueden llegar a vivir estas tragedias, los datos de la CAN acercan este hecho a quienes posean un automóvil (40,9%) o un vehículo de automotor menor (25,7%), tanto para el sector rural como para el sector urbano.
El año pasado, los choques con carros particulares crecieron de 29,4% a 32,0%, frente a lo que se evidenció para 2021. La cifra pesa, puesto que, es uno de los medios de transporte más comunes entre la gente.
Otras de las categorías que tuvieron altos niveles de accidentalidad fueron las camionetas y las tipo ‘pickup’, que representaron 9,1% de los casos, sobre rivales como la camioneta rural (5,3%) los camiones normales (4,6%) y el omnibus (3,7%).
Sobre las cifras, el coordinador de área Movilidad y Territorio de la Universidad EIA, Andrés Pava Restrepo, destacó alternativas del sector público que pueden ayudar a reducir el número de casos mortales entre ambas partes.
“Revisando el reporte de la seguridad vial una de las causa que tienen mayor peso en los incidentes, es la mala conducta, la cual se maneja con medidas restrictivas, donde el uso de la tecnología, como cámaras, sensores e instrumentación de la infraestructura aporta significativamente al control utilizando herramientas de base tecnológica”, señaló.
Para Restrepo dijo que este tipo de herramientas se han masificado, lo que ha hecho que se regule más la conducta del usuario. Sin embargo, señala que el contexto en la región se enfoca más en el castigo o penalización, por ejemplo, por medio de multas, y no en el autocuidado.
En el proceso de reducir la accidentalidad, no se pueden dejar por fuera aspectos como el mejoramiento de los elementos y especificaciones de la infraestructura vial, por ejemplo, con el desarrollo de vías de 4G y 5G. Esto, recordando que más de 1.500 accidentes han sido por cuenta de vías en mal estado (1,3%) del total.
Aparte del estado de las calles para desplazarse eficientemente, también se requiere tener una buena señalización, que permita ofrecer indicaciones claras a quienes se encuentren manejando.
En algunos casos, los accidentes viales se ocasionaron porque los conductores no lograron identificar adecuadamente un cambio de dirección en algún punto del camino. Esto se refleja en 0,20% de accidentes de la CAN. A pesar de que es la causa de siniestralidad vial más baja, sí suma a los problemas que aquejan a los conductores y que terminan influyendo en la cifra total de siniestros.
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