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Sin difundir cifras concretas, los canales de televisión C5N, América, Crónica TV y los diarios Clarín y La Nación dieron por ganador al empresario que, de confirmarse el resultado, desplazaría del poder al peronismo de centroizquierda que gobierna Argentina desde hace 12 años.
Algunos de los problemas principales con los que tendrá que lidiar Macri tienen que ver con los controles cambiarios que dificultan acceder a dólares para importar insumos y mantienen al peso argentino rezagado.
La inflación es otra de las cifras que preocupan a los especialistas, pues es mucho más alta que la depreciación de la moneda manejada por el Banco Central Argentino. Esta institución también atraviesa una crisis, pues tiene más deudas que activos.
Asimismo el tema del déficit fiscal como resultado del excesivo gasto público, política característica del periodo Kirchneriano, y que para este año alcanzará 7%.
Pero ahí no acaban los problemas. También hay inconvenientes legales, el Estado argentino tiene pleitos con un grupo de holdouts que impide el acceso del país al mercado de capitales internacionales desde 2001. Frente a una economía que en los últimos cuatro años no ha crecido, Macri tendrá que tomar medidas de fondo.
Sin embargo, analistas consideran que no se debe ser tan optimistas sobre grandes cambios, pues “los constantes problemas en relación con la inflación, pagos y desequilibrio de poderes en la historia de Argentina son síntomas de dificultades estructurales en el estado y la economía”, enfatizó Andrés Molano, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.
Macri y Scioli: compatibles
Aunque los contrincantes decían tener muchas diferencias ideológicas, sus propuestas económicas no distan mucho: los expertos creen que el país girará hacia políticas económicas más amigables con los mercados tras 12 años de fuerte intervención estatal, controles cambiarios y restricciones comerciales.
Con su propuesta de renovación de la política y combate a la corrupción, Macri, un ingeniero de 56 años, consiguió un amplio apoyo de los votantes pese a carecer de una gran estructura partidaria. En la primera ronda de octubre, sorprendió a propios y ajenos al quedar solo tres puntos detrás del entonces claro favorito, Scioli, un excampeón de motonáutica de 58 años.
Aunque originalmente proponía la apertura irrestricta de los mercados y austeridad fiscal, Macri tuvo que prometer que mantendrá los subsidios a los más pobres y la gestión estatal de la petrolera YPF, entre otras medidas, ante el apoyo que tienen algunas políticas de la centroizquierda gobernante. Scioli, un exempresario más conservador que la presidenta saliente Cristina Fernández, asegura que mantendrá los logros sociales del Gobierno, pero aplicará cambios graduales sobre la economía, que incluyen la flexibilización de un estricto control de cambios y de los controles a las exportaciones.
Los candidatos coincidían en reducir un impuesto que grava los salarios altos y medios y la tasa a las exportaciones agrícolas, principales fuentes de divisas del país.
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