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Lula da Silva, presidente de Brasil
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Los datos oficiales del gobierno mostraron que los precios al consumidor aumentaron un 5,48 % en marzo con respecto al año anterior
La inflación anual de Brasil alcanzó el nivel más alto en dos años y la actividad económica aumentó más de lo esperado según datos publicados el viernes, presionando a los banqueros centrales mientras reflexionan sobre el tamaño de su próxima subida de tasas.
Los datos oficiales mostraron que los precios al consumidor aumentaron un 5,48 % en marzo con respecto al año anterior, ligeramente por encima de la mediana estimada del 5,45 % por los analistas encuestados por Bloomberg. En términos mensuales, los precios aumentaron un 0,56 %, por debajo del 1,31 % de febrero.
El índice de actividad económica de Brasil, un indicador del producto interno bruto, superó las expectativas en febrero, con un avance del 0,44 % mensual, según un comunicado independiente del banco central. Este aumento superó el pronóstico del 0,3 %.
El aumento de la inflación ha llevado al banco central a elevar aún más la tasa de interés clave, actualmente en el 14,25%, para contener la presión sobre los precios. Sus esfuerzos por controlar el aumento del costo de vida se ven frenados por las fuertes fluctuaciones de la moneda brasileña y la fuerte demanda de los hogares.
Lo que dice Bloomberg Economics
“La inflación mensual de Brasil se moderó en marzo, pero eso no ofrecerá mucho alivio a las autoridades: la alta inflación subyacente y las expectativas desestabilizadas probablemente impulsarán al banco central a elevar la tasa de política al menos una vez más, en su reunión del 7 de mayo”.
Todos los grupos de bienes y servicios que monitorea la agencia de estadísticas se encarecieron en marzo. Los alimentos y bebidas impulsaron el aumento de precios, con un incremento mensual del 1,17 %.
La inflación anual sigue subiendo por encima del objetivo del 3%, a pesar de las tres subidas consecutivas de tipos de interés, equivalentes a un punto porcentual, del banco y las crecientes advertencias sobre una desaceleración económica mundial. Los banqueros centrales han prometido un aumento menor del coste de los préstamos en su próxima reunión de mayo.
La persistencia de los aumentos de precios en Brasil, sumada a la incertidumbre causada por la guerra comercial del presidente estadounidense Donald Trump, ha dejado a los inversores debatiendo cuánto más debe subir el índice de referencia Selic.
Un mercado laboral sólido y el aumento de los salarios impulsan los indicadores subyacentes de inflación, que excluyen productos volátiles, como alimentos y combustibles, y son monitoreados de cerca por los bancos centrales. Las presiones persistentes "mantendrán a los responsables de las políticas monetarias del banco central en una postura restrictiva", escribió Jason Tuvey, economista jefe adjunto de Mercados Emergentes de Capital Economics, en una nota de investigación.
En la práctica, la combinación de los elevados costos de los préstamos y el aumento desmesurado de las facturas de comestibles, agravados por el mal tiempo, ha enfurecido a los consumidores brasileños con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. A pesar de los esfuerzos del gobierno por suavizar el golpe, la aprobación del líder izquierdista se ha desplomado en los últimos meses.
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