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Las medidas de aislamiento y la cuarentena han golpeado sobremanera los precios del combustible y el transporte
La inflación de Brasil se desaceleró en abril a su menor nivel en más de 20 años según las comparaciones mensual y anual, mostraron datos el viernes, indicando que la crisis del covid-19 y una inminente recesión aplastarán las presiones inflacionarias y despejarán el camino a nuevos recortes de tasas de interés.
Profundas caídas en los costos del combustible y el transporte lideraron la baja de los precios al consumidor a -0,31%, dijo el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), debido a que las medidas de aislamiento social y cuarentena para combatir la pandemia han golpeado la demanda.
Los costos del transporte bajaron un 2,66% en el mes, dijo el IBGE, debido al desplome de casi un 10% de los precios del combustible, particularmente la caída de un 9,3% de los valores de la gasolina.
La lectura general de -0,31% del Índice de Precios al Consumidor IPCA el mes pasado representa una caída mayor que la estimación de -0,2% prevista en un sondeo Reuters entre economistas, y la mayor baja mensual desde agosto de 1998.
La inflación anual se desaceleró a 2,40%, por debajo de la estimación de 2,49% del sondeo de Reuters y un fuerte descenso respecto al 3,3% de marzo. También fue la lectura más baja desde febrero de 1999.
"La baja inflación subyacente y de servicios debería dar tranquilidad al banco central en el corto plazo", escribió el viernes Alberto Ramos, jefe de investigación en América Latina de Goldman Sachs, en una nota.
La cifra estuvo muy por debajo del objetivo oficial del banco central de un 4,00% para el año. Previamente esta semana, el banco recortó las tasas en 75 puntos básicos, más que lo esperado, a un nuevo mínimo de 3,0% e indicó que podría repetir la medida en su próxima reunión.
Ramos dijo que eso probablemente pasará, dado el esperado "significativo" impacto económico negativo del covid-19, la fuerte caída de los precios de las materias primas, el duro ajuste de las condiciones financieras domésticas y el cambio a una política monetaria expansiva a nivel global.
Los precios de los alimentos y bebidas siguieron subiendo, sin embargo, debido a que las medidas de confinamiento significaron que la gente compró más comida para cocinar en casa, dijo el IBGE. Los precios de alimentos y bebidas treparon un 1,79% en el mes, por mucho el mayor incremento.
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