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El Grupo de los 20 “podría proporcionar una plataforma para que los responsables de política económica trabajen juntos”, dijo Yellen
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, instó a las principales economías del mundo a coordinar la política sobre el cambio climático para evitar que las disputas sobre políticas que “no están bien alineadas” se extiendan a otras áreas.
El Grupo de los 20 “podría proporcionar una plataforma para que los responsables de política económica trabajen juntos”, dijo Yellen el viernes en un discurso en la reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Venecia, Italia.
Mientras los ministros se disponen a aprobar un acuerdo global sobre el impuesto a las sociedades, el foco de atención en Venecia se traslada a otras áreas como el cambio climático y la forma de abordarlo.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, propuso un piso global para la fijación de precios del carbono. Se trata de un nuevo giro en la antigua ambición de Francia de establecer un estándar mundial sobre el costo de la contaminación, algo que Le Maire reconoció que no está previsto por el momento.
“Todos conocemos las dificultades políticas para establecer un precio global del carbono fijo en todo el mundo, así que olvidémonos de eso por el momento”, dijo Le Maire. “Proponemos tener un piso global de precio del carbono. Ese podría ser un buen punto de partida para que todos los Estados miembros del G20 se comprometan con la fijación del precio del carbono”.
Los comentarios subrayan la complejidad de convencer a cualquier grupo de países de que adopten medidas de fijación de precios del carbono, una herramienta diseñada para obligar a los contaminadores a pagar por sus emisiones y utilizar las fuerzas del mercado para empujarlos hacia tecnologías más limpias. Si bien unas 40 naciones ya cuentan con algún tipo de mecanismo de precios para el carbono, la aplicación de un sistema único a nivel mundial generaría grandes diferencias en el costo de la energía.
“Que esto pueda traducirse alguna vez en un precio global del carbono, o incluso en un precio mínimo global del carbono, seguiría siendo extremadamente difícil”, dijo Peter Vis, antiguo funcionario de la Comisión Europea para el clima que ahora asesora a Rud Pedersen Public Affairs.
Las declaraciones de Yellen minutos antes de que hablara Le Maire también parecieron echar agua fría al planteamiento francés. La funcionaria hizo hincapié en que cualquier sistema internacional para reducir las emisiones de carbono debe reconocer que los países pueden utilizar diferentes métodos como métodos para sustituir la fijación de precios del carbono.
Es uno de los temas clave que se debatirán en la ronda anual de conversaciones sobre el clima de las Naciones Unidas, que se celebrará este año en Glasgow, Escocia. Las diferencias sobre cómo redactar las normas que rigen el intercambio global de créditos de carbono desbarataron una conclusión firme sobre el tema en las últimas conversaciones hace dos años en Madrid, a fines de 2019.
“Yellen tiene razón al cambiar el enfoque de los mecanismos de ajuste de carbono desde la fijación de precios a las políticas climáticas efectivas”, dijo Luca Bergamaschi, cofundador de Ecco, un grupo independiente de investigación sobre energía y clima en Italia. “Generar la confianza y la alineación dentro del G20 en torno a un enfoque compartido para medir, rastrear y reducir el contenido de carbono es ciertamente más útil que los clubes climáticos divisivos o las medidas proteccionistas”.
Yellen reconoció que los diferentes enfoques y plazos para descarbonizar “podrían crear fricciones en términos de competitividad global”, que el G20 debería tratar de abordar.
También se espera que los responsables de finanzas del G20 discutan este fin de semana el estado de la economía mundial mientras se recupera de la pandemia de coronavirus y cómo sigue siendo vulnerable a la aparición de nuevas variantes del virus.
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