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Ante la escasez de reservas internacionales, el banco central de Argentina está recurriendo a una fuente de financiamiento inusual para esta época del año
Reponer las arcas del banco central es un paso clave para que el presidente Javier Milei pueda levantar los controles de capital de larga data y avanzar hacia la normalización de la economía argentina. El banco central tiene pocas reservas de divisas, lo que le deja con pocas municiones para defender la moneda del país en caso de ser necesario.
En Argentina, los dólares son difíciles de conseguir hacia fines de año, pero el banco central acaba de alcanzar en octubre su nivel más alto de compras de dólares en 15 años. Esto se debe en parte a un programa de amnistía fiscal y en parte a los exportadores de cultivos, a pesar de que la temporada de cosecha terminó hace meses.
Una oportunidad para generar jugosos retornos está llevando a los exportadores agrícolas a tomar prestados dólares y venderlos en el mercado oficial, poniéndolos a disposición del banco central, que a su vez ha aumentado sus reservas. Sin embargo, ese carry trade conlleva un riesgo para los exportadores, ya que dependen de que el banco central siga devaluando el peso a un ritmo constante.
Al vender soja, trigo y maíz, los exportadores de cultivos pueden pedir prestado dólares a sus bancos, a diferencia de la mayoría de los argentinos, que se ven obstaculizados por los controles de capital. Luego venden esos dólares e invierten los pesos que reciben a cambio en activos en moneda local de alto rendimiento.
Esto ha ayudado a que las transacciones en dólares del sector agrícola superen los US$120 millones por día en las últimas semanas, según la correduría PR Cambios, que recopila datos de la asociación de exportadores de granos argentinos Ciara.
Las tasas de interés de los préstamos en dólares, que van del 2,5% al 5%, han bajado, mientras que las inversiones en pesos siguen generando intereses de entre el 43% y el 51%. Suponiendo que Santiago Bausili, el presidente del banco central del país, mantenga el tipo de cambio de paridad móvil que devalúa el peso frente al dólar a una tasa del 2% mensual, se espera que los rendimientos en pesos se mantengan altos.
Los bancos argentinos han tenido más dólares a su disposición debido a la amnistía fiscal que termina el viernes, lo que se tradujo en unos US$12.000 millones en depósitos en los últimos tres meses, según datos oficiales. Eso ha impulsado su capacidad de préstamo.
Las compras de dólares en el mercado oficial están ayudando al banco central a aumentar sus reservas de divisas, que en lo que va de octubre suman más de US$1.200 millones. Aun así, el banco central sigue necesitando reservas urgentemente después de que los pasivos alcanzaran un mínimo de casi US$8.000 millones en septiembre, según el índice de precios al consumidor de la correduría local.
Los bancos han otorgado cerca de US$1.300 millones en préstamos denominados en dólares a exportadores de cultivos, un 25% más que en julio, según estimaciones del Banco Supervielle SA, uno de los bancos más grandes de Argentina.
El gobierno argentino suele enfrentar una sequía de dólares en la segunda mitad del año. En julio, la oferta de dólares provenientes de las ventas de soja comienza a disminuir y las salidas de dólares aumentan a medida que aumenta la demanda de importaciones de energía.
Pero este año, el banco central se está encontrando con una generosa oferta de dólares debido al impacto de la amnistía fiscal y el carry trade de los exportadores. “Todo el mercado estaba esperando que el banco central vendiera dólares en octubre, noviembre y diciembre. En cambio, está comprando”, dijo Fernando Marull, economista de la consultora FMyA Economía y Finanzas.
El banco central también está recibiendo dólares de las grandes empresas nacionales, que tienen que vender los fondos obtenidos de las recientes ventas de bonos en el mercado oficial a cambio de pesos. Las ventas de bonos de esos emisores superaron los US$4.000 millones hasta el 15 de octubre, el nivel más alto desde 2017, según datos compilados por Bloomberg.
Sin embargo, las condiciones que sustentan el carry trade no están escritas en piedra. El auge del dólar podría terminar si los bancos prestan menos a los exportadores o si el grano termina almacenándose en lugar de venderse.
“Los exportadores al final del día están adelantando las exportaciones del año próximo, o la cosecha de trigo y cebada de los próximos meses”, escribió Juan Manuel Truffa, economista de la consultora Outlier, en una nota a clientes. “Tenemos que ser cuidadosos al evaluar la cosecha del año próximo y su capacidad salvadora”.
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