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El economista ha logrado presentarse de manera exitosa como algo nuevo para reemplazar a la elite política, a la que muchos votantes acusan del malestar económico
Con el cabello revuelto y llamativas patillas -a veces con una motosierra en sus manos- el economista ultraliberal Javier Milei se ha convertido en la imagen destacada de las elecciones presidenciales de Argentina y el candidato a vencer.
Un actor de reparto en la carrera electoral hasta hace solo unos meses, el incendiario comentarista de televisión de 52 años revolucionó el ecosistema político argentino tras sacar el mayor número de votos en las primarias abiertas de agosto y actualmente lidera las encuestas para los comicios del domingo.
Una campaña agresiva y colorida, que ha incluido la promesa de "prender fuego" el banco central como también el uso de una motosierra en actos para ilustrar sus planes de recorte de gastos, ha prendido entre millones de argentinos -mayormente jóvenes- enojados con una inflación anual de 138% y una creciente pobreza.
"Él logra recuperar algo que estaba medio perdido en este momento de la política argentina, que es que ofrece algún tipo de esperanza", dijo Juan Luis González, un periodista argentino que escribió un libro sobre Milei titulado "El Loco".
González, muy crítico de Milei, dijo que el economista ha logrado presentarse de manera exitosa como algo nuevo para reemplazar a la elite política, a la que muchos votantes acusan por décadas de malestar económico, que ha empeorado fuertemente en los últimos años.
"Es un líder inestable", dijo González, agregando que Argentina es a su vez "un país inestable".
Milei, cuyo histrionismo se asemeja al del expresidente estadounidense Donald Trump o del italiano Beppe Grillo, propone dolarizar la economía, eliminar controles de capitales, cerrar el banco central y un severo ajuste del gasto fiscal.
También apoya facilitar el acceso a la portación de armas y restringir el acceso al aborto.
"Es el cambio que Argentina necesita", dijo el votante de Milei de 28 años Ayrton Ortiz, en un reciente acto de campaña en los suburbios de Buenos Aires.
Milei, que entró al mundo de la política hace solo unos años aduciendo un llamado de Dios, se enfrentará al ministro de Economía peronista Sergio Massa y a la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, de la coalición conservadora Juntos por el Cambio (JxC).
Muchos de sus seguidores utilizan la frase "Las Fuerzas del Cielo" en gorras o en memes en internet, aunque las credenciales religiosas de Milei están mezcladas. Ha criticado al Papa acusándolo de socialista, se ha jactado de sus relaciones con Israel y ha tomado "viajes espirituales".
Como líder de la coalición libertaria La Libertad Avanza (LLA), Milei está en la cresta de una ola de popularidad en contra del 'establishment' que barre a la región.
"Para la lógica de la política, yo soy un error, porque justamente lo que vengo a hacer es a patear sus privilegios", dijo Milei a Reuters en una entrevista el año pasado, cuando comenzaba a crecer en las encuestas.
"No me importa quién sea mi rival en el balotaje, les gano a todos", señaló entonces.
Milei tiene un reducido círculo de confidentes, entre los que se destaca su hermana Karina, actualmente su directora de campaña y con quien bromeó que este año podría convertirse en su "primera dama".
Su otro compañero más cercano era su perro Conan, por el que pagó US$50.000 por su clonación luego de su muerte en el 2017, dijo su biógrafo González. Milei ahora tiene cuatro perros: Murray, Milton, Robert y Lucas, nombrados después de economistas liberales, incluyendo a Milton Friedman.
Milei pasó la mayor parte de su carrera profesional como un economista para empresas y medios. Trabajó para uno de los empresarios más ricos de Argentina, Eduardo Eurnekian, que lo apoyó al comienzo de su carrera política, pero que recientemente lo describió como un potencial dictador.
Su tempestiva manera de atacar a sus críticos, acusándolos de "comunistas" o de pertenecer a "la casta política", le ha ganado millones de seguidores en redes sociales, pero también les dio letra a quienes advierten que no está en condiciones de ejercer la presidencia.
Según el analista Federico Aurelio, presidente de la consultora Aresco, cerca del 70% de los votantes menores de 20 años respalda a Milei.
A pesar de su excentricidad, aquellos que trabajan en su campaña señalan que es su autenticidad lo que ha catapultado políticamente, especialmente con el 40% de la población argentina en la pobreza y aguardando una nueva voz.
"Puede gustarte o no, pero es él", dijo Fernando Cerimedo, un consultor político que trabaja en la campaña de Milei.
Algunos críticos señalaron que Milei es un populista que promete soluciones irreales a problemas complejos y que no podrá realizar sus promesas, especialmente debido a que el partido que lidera tendrá pocos gobernadores a nivel provincial y un Congreso fragmentado.
Fernando Morra, un exviceministro de Economía del actual gobierno peronista, admitió que Milei ha inyectado energía en parte de la población, aunque advirtió que muchas de sus propuestas son difíciles de implementar o que podrían empeorar la crisis, llevando de la esperanza al enojo.
"El votante de Milei es un votante que está ilusionado, es de los pocos que está yendo a la elección con una ilusión, pero el problema es cómo (nos) vamos a manejar si es que ocurre un desencanto", dijo Morra.
No obstante, muchos votantes de Milei dicen que están dispuestos a tomar el riesgo.
"En toda mi infancia a mi familia no le alcanzaba la plata. A fin de mes ves cómo cuentan monedas, ves cómo lloran a veces por no llegar", dijo Valentina Brites, una votante de Milei de 18 años. "Llegó Javi y dije: es algo diferente porque todos lo que hicieron lo mismo no cambian".
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