Joe Biden prohibirá nuevas prospecciones petrolíferas en las aguas estadounidenses

El Presidente Joe Biden se dispone a prohibir la explotación de petróleo y gas en alta mar en unos 625 millones de acres de territorio costero estadounidense, descartando la venta de derechos de perforación en las aguas del Atlántico y el Pacífico, así como en la zona oriental del Golfo de México.

Se trata de una medida radical para proteger permanentemente las aguas costeras -y a las comunidades que dependen de ellas- de la explotación de combustibles fósiles y del riesgo de vertidos de petróleo.

Al mismo tiempo, Biden mantiene abierta la puerta a nuevos arrendamientos de petróleo y gas natural en las zonas central y occidental del Golfo de México, donde se han realizado perforaciones durante décadas y donde actualmente se produce alrededor del 14% de estos combustibles, según personas familiarizadas con el asunto que pidieron no ser citadas porque la decisión aún no se ha hecho pública.

La decisión de Biden, que se anunciará el lunes, reforzará aún más sus credenciales en materia climática, profundizando en su historial de fomento de la conservación y la energía de emisiones cero. Se suma a una serie de medidas de última hora de la Casa Blanca para salvaguardar tierras y consagrar protecciones medioambientales antes de que el presidente electo, Donald Trump, tome posesión de su cargo.

Los portavoces de la Casa Blanca no respondieron de inmediato a las peticiones de comentarios realizadas fuera del horario laboral.

A diferencia de otras medidas que ha tomado Biden para limitar el desarrollo de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático, ésta podría tener una larga duración, complicando la intención de Trump de reforzar la producción nacional de petróleo y gas.

Esto se debe a que la proclamación prevista por Biden se basa en una disposición de 72 años de la ley federal que otorga a los presidentes una amplia discreción para retirar las aguas estadounidenses del arrendamiento de petróleo sin autorizar explícitamente las revocaciones.

Presidentes de ambos partidos -incluido Trump- han invocado el mismo estatuto para proteger arrecifes de coral, zonas de alimentación de morsas y otras aguas estadounidenses desde Florida hasta Alaska. Y aunque los presidentes han modificado decisiones de predecesores para eximir zonas del arrendamiento petrolífero, los tribunales nunca han validado una revocación completa.

Los congresistas demócratas y los grupos ecologistas habían presionado a Biden para que maximizara las protecciones permanentes contra las perforaciones en alta mar para salvaguardar las comunidades costeras vulnerables, proteger los ecosistemas marinos de los vertidos de petróleo y luchar contra el cambio climático. Algunos activistas ecologistas se mostraron divididos sobre el mejor enfoque, preocupados por la posibilidad de que una declaración demasiado amplia pudiera poner en peligro una herramienta legal que se ha utilizado para conservar zonas marinas especiales desde 1953.

Sin embargo, la proclamación prevista es a la vez enérgica y estratégica, ya que protege indefinidamente algunas zonas que los políticos republicanos y demócratas han presionado conjuntamente para mantener libres de perforaciones, sin invadir territorio activo desde hace tiempo en el Golfo de México, que es la base de la producción de petróleo y gas de Estados Unidos.

La declaración no afectará a la perforación ni a otras actividades en los contratos de arrendamiento existentes. También deja abierta la vía para que los legisladores republicanos ordenen más ventas de arrendamientos petrolíferos en el centro y el oeste del Golfo como forma de recaudar ingresos que podrían compensar el coste de ampliar los recortes fiscales.

Los ecologistas afirmaron que la medida de Biden garantiza que las petroleras no puedan explotar las reservas del Golfo Pérsico oriental y el Pacífico meridional, que durante tanto tiempo han atraído a la industria. Añadieron que las protecciones responden al creciente interés público por limitar las perforaciones petrolíferas en alta mar.

Joseph Gordon, director de campaña de la organización ecologista Oceana, afirmó que el presidente conseguiría una «épica victoria oceánica» y «contribuiría a la tradición bipartidista de proteger nuestras costas» al consagrar las protecciones.

Los defensores de la industria petrolera señalaron que la medida prevista limita el poder energético de EE.UU., incluso cuando el país se encuentra en la cúspide de un esperado aumento de la demanda de electricidad de los centros de datos, la inteligencia artificial y la fabricación.

El desarrollo de la energía en alta mar impulsa una larga cadena de actividad económica que se extiende lejos de las costas de EE.UU., argumentan, y el petróleo y el gas extraído en América produce menos contaminación que calienta el planeta que en otras partes del mundo.

«Los votantes dejaron clara su opinión sobre la importancia de la energía estadounidense, pero el enfoque erróneo de la administración Biden sigue socavando la ventaja energética de nuestro país», declaró Dustin Meyer, vicepresidente senior de política del American Petroleum Institute.

Trump podría ordenar una revocación de la acción de Biden, al igual que intentó revocar las retiradas del presidente Barack Obama durante su primer mandato. Pero el anterior intento de Trump fue rechazado por un tribunal federal de distrito en 2019.

Además, algunas de las aguas que Biden tiene en la mira se superponen con el territorio cerca de Florida y el sureste de Estados Unidos que el propio Trump retiró temporalmente del arrendamiento de petróleo y gas durante las últimas semanas de la campaña presidencial de 2020. Por lo demás, las retiradas de Trump expiran en 2032.