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Los adolescentes se proyectan dentro de 15 años en profesiones como medicina, derecho y otras
Al pensar en las carreras del futuro, muchos se imaginan profesiones como ingeniería de software, ingeniería informática u otras que están estrechamente relacionadas con las nuevas tecnologías. Sin embargo, los jóvenes hoy en día sueñan con desempeñarse en las mismas ocupaciones que hace 18 años (medicina, derecho y otras) para cuando tengan 30 años.
Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Dream Jobs? Teenagers’ career aspirations and the future of work’ de la Ocde. Según el estudio, dentro de las profesiones que quieren las niñas se destacan medicina (15,6%), docencia (9,4%) y empresarias (5%), mientras que los niños se inclinaron por ingeniería (7,7%), empresarios (6,7%) y profesionales de las TIC (6%).
Estas preferencias por parte de los jóvenes no son tan diferentes a las que entraron al top 10 en el 2000 (Ver gráfico). Hay que resaltar que este estudio es resultado de una investigación que se adelanta, a través de Pisa, desde el 2000, en la que la Ocde le pregunta a los jóvenes que 15 años de distintos países sobre el trabajo que esperan tener a los 30 años.
Teniendo en cuenta la conclusión anterior, Víctor Solano, consultor de GrandesGeniosU (la universidad de niños para niños), explicó que “los estudiantes siguen visualizándose en carreras del Siglo XX porque la oferta del mercado académico sigue siendo la misma. Los bachilleres creen que los únicos escenarios posibles de desarrollo son los programas académicos que ofrecen las universidades hoy”.
Además de la explicación anterior, la Ocde en la presentación del informe que se llevó a cabo en Davos, Suiza, resaltó que estas recientes inclinaciones evidencian que aún no se siente el impacto del uso de la inteligencia artificial en el lugar de trabajo y otros cambios que se dieron en el nuevo milenio.
Carlos Patarroyo, decano de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario, dijo que “hay que hacer muchas precisiones acerca del informe que lanzó la Ocde, porque el informe sí es muy cuidadoso en decir que esta tendencia que ellos identifican, donde los jóvenes menores de 30 se están inclinando por carreras más tradicionales, un grupo de 10. Esa tendencia está siendo jalonada por un grupo particular de estudiantes: los que vienen de entornos socio económicos difíciles y quienes tienen un mal desempeño en las pruebas Pisa”.
Al analizar el caso de Colombia, Patarroyo dijo que los estudiantes que vienen de familias con una capacidad adquisitiva moderada, son familias que quieren apostarle a las opciones seguras. Por ejemplo, “es seguro, desde hace muchos años, que un abogado suele ganar bien, es seguro que un médico tiene un buen resultado en ingresos. Estas carreras tradicionales desde hace mucho tiempo han demostrado su solidez y permiten recuperar la inversión, mientras que las carreras nuevas muchas veces se traducen en riesgo y quienes suelen inclinarse por estas son personas con mayores ingresos”.
No obstante, en el informe se evidencia que a pesar de que los alumnos con más recursos podrían apostarle a carreras nuevas. Ellos afirmaron que a los 30 años se veían ejerciendo como médicos, docentes e ingenieros. De acuerdo con Marcela Junguito, rectora del Gimnasio Femenino, más allá de las exigencias del nuevo mercado o de los retos que tienen las instituciones educativas, no hay que perder de vista que en ese proceso de decisión sobre la carrera, la opinión de los padres, es una de las que aún tiene mayor peso.
“Ellos, en su mayoría, estudiaron carreras tradicionales, por lo que aconsejan a sus hijos desde su experiencia y muchas veces desde el miedo o el proteccionismo, ya que prefieren que tomen un camino seguro y no algo incierto”, añadió la directiva.
Otro de los puntos que rescata el informe es que “los niños son quienes esperan trabajar más en ciencia e ingeniería que las niñas, incluso cuando ambos se desempeñan de manera similar en ciencia en las pruebas Pisa”, subraya el informe.
Este panorama es un reto para las instituciones educativas. Por ejemplo, “a las universidades les compete reinventarse y concebir programas académicos y modelos de formación más acordes al Siglo XXI”, aseguró Solano, quien también señaló que el gran insumo lo deben dar las empresas a las universidades, para que estas entiendan qué tipo de profesionales, técnicos y tecnólogos son los que necesitan hoy en día.
Con base a lo anterior, Lina María Echeverri, directora de Marketing de la Universidad del Rosario y experta en educación, señaló que “todo tipo de informe hay que evaluarlo desde diferentes perspectivas. Este sin duda nos muestra cómo están los conocimientos de los estudiantes, pero también nos da un panorama importante para reconocer cómo las nuevas generaciones tienen intereses distintos”.
De acuerdo con Echeverri las conclusiones de estos estudios, como el que presentó la Ocde ayer, le permiten a las universidades determinar cómo la demanda de programas novedosos, sin perder a los programas tradicionales, determina las tendencias hacia temas como el ambiental o lo social.
Además, evidencian que los jóvenes sí quieren estudiar, pero en formatos distintos, novedosos. “Esto le exige a los profesores y en general a las universidades incluir dentro de la formación el uso de las tecnologías aplicadas a la realidad”, dijo.
Otra visión de las profesiones que se destacan en Colombia
Según Carlos Roberto Peña Barrera, director de Sapiens Research, “las carreras más ofrecidas en nuestro país por las IES son Administración de Empresas, Derecho y Contabilidad. Y esto tiene total coherencia porque siempre se van a requerir por su importancia en la dinámica económica y social de cualquier país. Sin embargo, también es cierto que están emergiendo nuevas carreras, totalmente transversales a cualquier actividad económica, como programación, mercadeo y todo lo que está bajo el contexto de las TIC”.
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