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El banco de inversión estadounidense envió este lunes un informe a sus clientes analizando los puntos de la propuesta fiscal que pretende recaudar 4,1% del PIB
La reforma tributaria, con la que el gobierno apunta a recaudar 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB) en cuatro años, no pasa inadvertida. Una de las advertencias que más se repitió durante el fin de semana fue que la propuesta podría afectar a la inversión, en un año en que el Banco Central espera que la misma se contraiga un 4,8%, una inquietud que comparte JP Morgan.
El banco de inversión estadounidense envió este lunes un informe a sus clientes analizando los puntos de la propuesta fiscal, y alerta que “el principal lastre para la recaudación del impuesto sobre la renta, si se compara con las medias de la Ocde, parece estar más relacionado con la relativa reducción de la base de contribuyentes, que no se aborda en esta reforma”. En la propuesta, se aumenta la tasa marginal del impuesto a la renta desde el quinto tramo del Global Complementario, o sea para quienes reciben desde $ 4.030.000 mensuales.
El reporte también resalta que el gobierno apunta a desintegrar el sistema, separando la tributación de las empresas de la de sus propietarios - dejando fuera de esta medida a las firmas de menor tamaño-, y recuerda que se busca aplicar un impuesto a los dividendos, equivalente a 22%, a las sociedades anónimas cuando los distribuyan a personas físicas o no residentes.
El informe elaborado por el economista Diego Pereira alerta que la propuesta de desintegración y el impuesto a los dividendos “elevarían significativamente las tasas impositivas efectivas para una amplia gama de accionistas, con un potencial impacto en la inversión”.
El documento también desmenuza el impuesto a los altos patrimonios, que gravaría a 6.300 contribuyentes que cuenten con más de US$ 4,9 millones, divididos en dos tramos. Al primero, entre US$ 4,9 millones y US$ 14,7 millones, se le aplicaría una tasa marginal del 1%, y para el segundo, sobre el techo del tramo inicial, el cobro sería del 1,8%, con lo que se espera recaudar un 0,5% del PIB. El análisis afirma que las tasas previstas “parecen relativamente altas, así como la recaudación esperada para un impuesto cuyo control es difícil de aplicar”.
Tímido incentivo
La propuesta de reforma también considera disminuir el impuesto a las sociedades a 25%, desde el 27% actual, si esa diferencia de 2% se invierte en inversión y desarrollo (I+D). Pereira detalla que, con la rebaja, la nueva tasa seguiría por sobre el 22,8% que promedian los países de la Ocde que tienen un sistema tributario no integrado. Si bien destaca que la medida de invertir en I+D y fomentar la productividad “va en la dirección
correcta”, repara en que, como incentivo a la inversión “todavía parece tímido”.
El gobierno también presentará indicaciones al proyecto de royalty a la minería actualmente en el Senado. El reporte recuerda que las críticas señalan que el canon ad-valorem aparece como regresivo, ya que afecta más a los mineros pequeños y de mayor costo, reduciendo la competitividad del sector, a lo que el economista jefe para el Cono Sur añade que el componente sobre la rentabilidad, que aumenta con el precio del cobre y no según los márgenes, “también perjudicaría la competitividad del sector”.
Ad portas de que comience el trámite legislativo, Pereira advierte que “la combinación de efectos debidos al nuevo debate constitucional y al plebiscito que se avecina, la altísima inflación agravada recientemente por el comportamiento de la moneda y el riesgo de un aterrizaje duro material de los riesgos de recesión mundial crean un escenario complejo para la discusión legislativa tributaria”.
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