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Abundantes reservas, la liquidez y la nueva metodología para calcular el euríbor son las dificultades originarias en las operaciones
El euríbor a plazos cortos, de hasta tres meses, está en el foco de los mercados. Este tradicional indicador ha estado marcando niveles considerados poco racionales para el entorno de tipos en el que se mueve y comportándose de forma errática. Así se lo ha hecho saber la banca al Banco Central Europeo (BCE) en una de sus tradicionales reuniones.
Las entidades, en esa cumbre, han puesto sobre la mesa el temor de que se esté perdiendo el control sobre esta parte del mercado. El euríbor, que se utiliza como referencia para las operaciones de préstamo sin colateral, no está recogiendo bien las subidas de tipos llevadas a cabo por el BCE, marcando niveles más bajos de lo que debería y añadiendo presión sobre las cañerías del sistema financiero y su capacidad de transmitir con éxito la política monetaria.
Para estos bancos, que componen el grupo de consulta sobre el mercado monetario del BCE y que incluyen a Santander y CaixaBank, los problemas se originan por tres grandes motivos: las abundantes reservas, los requerimientos regulatorios respecto a la liquidez y la nueva metodología implementada para calcular el euríbor.
En primer lugar, las entidades tienen incentivos para realizar operaciones de financiación cuando necesitan liquidez para prestar, algo que no está ocurriendo por las amplias reservas que aún mantiene el sector y por el frenazo en la concesión de crédito, que se contrajo en el último trimestre de 2022 a niveles récord. Como consecuencia, el número de operaciones es menor.
Junto a ello, las entidades también captan recursos por motivos regulatorios para cumplir con los requerimientos mínimos de liquidez que se plasman a través de las ratios de cobertura de liquidez (LCR) y de financiación estable neta (Nsfr). El problema es que estas ratios sólo reconocen como liquidez la financiación captada con una madurez de más de 30 días, en el caso de la LCR, y con más de 180, en la Nsfr.
Esto está limitando el número de operaciones reales que se están produciendo en el mercado interbancario, lo que dificulta la formación de precios en el euribor y lleva a que se muestre inconsistente como índice. De hecho, cotiza a niveles que se sitúan 16 puntos por debajo del índice ester, proporcionado por el propio BCE y que debería ser casi equivalente.
Metodología dudosa
Y todo ese río de turbulencias que causa la poca actividad del mercado interbancario desemboca en problemas para la nueva metodología de cálculo del euribor, que desde hace unos años se hace necesariamente con operaciones reales para evitar episodios de fraude como los que se conocieron tras la crisis financiera.
Con tan pocas operaciones para dar precio a un índice que se supone que debe marcar la media a la que los bancos están dispuestos a prestarse dinero, el euribor está tirando de los sistemas de seguridad que tiene para la fijación de precios, como recurrir a operaciones de días anteriores o de otros mercados que sirven como proxy.
"El problema viene cuando la mayor parte de las operaciones que dan sentido al euribor no vienen del mercado principal, sino de las salvaguardas, lo que en la práctica lo convierte en una referencia algo ficticia, pero sobre la que se basan billones de euros en contratos, especialmente derivados", señalan fuentes financieras.
De esta forma, las deficiencias que se están produciendo en el mercado interbancario acaban afectando a las empresas de la zona euro, que están logrando hacerse con financiación, coberturas y derivados ligados a la evolución del euríbor a corto plazo a un coste inferior a lo que sería habitual con los actuales tipos de interés. Esto dificulta la capacidad del BCE de endurecer las condiciones de financiación de la economía para tratar de controlar la inflación.
La inconsistencia del euríbor en plazos inferiores a los tres meses, sin embargo, no está afectando en gran medida a las hipotecas, que se rigen por duraciones mayores en las que sí existe una mayor actividad interbancaria.
Medidas de choque
La incapacidad del mercado interbancario de recoger las subidas de los tipos de interés es otro de los motivos que ha llevado al BCE a forzar a la banca a una devolución anticipada de las inyecciones de liquidez que les realizó durante la pandemia. En los últimos meses, la institución monetaria ha drenado más de un billón de euros en liquidez y continúa su trabajo para reducir el exceso de reservas, lo que podría atajar uno de los males de este mercado y forzar una mayor actividad.
Según Christoph Rieger, responsable de tipos y crédito en Commerzbank, las fallas sobre el euríbor a corto plazo están directamente relacionadas con el hecho de que la remuneración de los depósitos por parte de las entidades siga deprimida pese a la fuerte subida de los tipos de interés.
"Se espera una normalización de la situación de los depósitos y del mercado interbancario cuando termine de drenarse el exceso de liquidez y es algo que debe pasar para que el BCE esté contento. De lo contrario, podría tomar medidas más contundentes", indica el experto, que prevé que alrededor del verano se pueda haber corregido la situación.
Fuentes financieras también señalan que el BCE también ha solicitado a la banca que se ponga las pilas a la hora de desempolvar sus mesas de negociación y creación de mercado. Las tareas de intermediación en deuda quedaron reducidas a su mínima expresión en la era de los grandes estímulos de la autoridad monetaria, pues, con el banco central comprando casi todo lo que se movía en el mercado, el valor añadido de ese negocio se redujo. Sin embargo, ahora el cambio de paradigma en los tipos de interés requiere su reactivación.
El BCE sigue tratando de afinar la transmisión de su política monetaria después de años de expansión y tipos negativos, con fallas en algunos aspectos del mercado que pueden trabar su batalla contra la inflación. El mercado de repos -operaciones con colateral a un día- y el euríbor en sus plazos más cortos, son, por el momento, los eslabones más débiles y en los que centra su mirada.
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