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El bloque conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, y los socialdemócratas de Martin Schulz entraron hoy en la fase final negociadora.
Queda "mucho trabajo por hacer", indicó Schulz al entrar en la sede de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, donde discurren las sesiones de este miércoles, y el ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, repitió la frase casi literalmente en ese mismo lugar.
Ambos bandos -la CDU y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), por un lado, y el Partido Socialdemócrata (SPD), por el otro- se han comprometido a guardar discreción sobre lo acordado por temor a que una filtración dé al traste con las conversaciones, que comenzaron el domingo.
Pese a ello, en los días pasados trascendieron diversos puntos en los que aparentemente se ha logrado un consenso en materia climática, migratoria y también fiscal.
Según la plataforma "Redaktionsnertzwerk Deutschland", ambas partes coinciden en la necesidad de impulsar la incorporación al mercado laboral alemán de extranjeros cualificados, de acuerdo a las insistentes demandas en este sentido de la industria del país.
Persiste en cambio el disenso sobre el derecho a la reagrupación familiar de los refugiados, que quedó restringido a mediados de 2016 para frenar la llegada incesante de peticionarios de asilo.
Los socialdemócratas se oponen a mantener esas restricciones, que deberían levantarse a mediados de marzo, mientras que el bloque conservador y especialmente la bávara CSU insisten en mantenerlo.
Se logró asimismo, siempre según filtraciones periodísticas, un consenso sobre el margen de maniobra del futuro Ejecutivo para rebajas fiscales, ayudas a las familias y a la construcción de vivienda, cuantificado en 45.000 millones de euros.
Las dos partes habrían acordado subir el monto de ingresos a partir del cual se aplica la tarifa impositiva máxima del 42 %, de los actuales 54.000 euros anuales a 60.000 euros, mientras que el SPD insiste en subir el llamado "impuesto para ricos" -ingresos a partir de los 250.000 euros al año- del actual 45 % al 48 %.
El martes se filtró asimismo un supuesto acuerdo en materia climática, según el cual se renunciaba al objetivo de reducir para 2020 las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 % a los niveles de 1990, al reconocer que es inalcanzable.
Esta filtración provocó acusaciones, de los socialdemócratas a los conservadores, y viceversa, por haber dejado que trascendiera a los medios algo que oficialmente no se da por decidido.
"No hay nada acordado hasta que no hay acuerdo total", advirtió el secretario ejecutivo del grupo parlamentario conservador, Michael Grosse-Brömer, mientras su colega socialdemócrata, Andrea Nahles, responsabilizaba a las filas de la CDU/CSU de la indiscreción.
Según el calendario previsto, la ronda negociadora debe cerrarse este jueves, para que el viernes cada partido aborde lo acordado y dé, o no, el visto bueno a lo consensuado.
Se considera que la fase más delicada vendrá a continuación, ya que el SPD debe pedir en un congreso extraordinario, el 21 de enero, que se apruebe el paso a la negociación formal para una gran coalición.
A partir de ahí se negociará un programa de gobierno que deberá ser refrendado internamente por cada partido y, en el caso del SPD, por los militantes.
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