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Su intento de enfrentarse mano a mano con gigantes como Amazon.com y Mercado Libre ha dañado su balance. La empresa está en peligro de perder su calificación de grado de inversión
La pandemia, la desaceleración económica y ambiciosos sueños de convertirse en un gigante del comercio electrónico tienen a uno de los grupos económicos más grandes de Chile en peligro de perder la prestigiosa calificación de grado de inversión.
Falabella opera en siete países y ayudó a traer la tienda de muebles Ikea de Suecia a América Latina. Pero su intento de enfrentarse mano a mano con gigantes como Amazon.com y Mercado Libre ha dañado su balance.
El valor de mercado de la empresa con sede en Santiago es ahora aproximadamente un tercio de lo que fue en su punto máximo, y la semana pasada anunció la salida de su máximo ejecutivo.
“En la competencia con Mercado Libre, la empresa parece haber quedado rezagada, y no ha logrado capitalizar la fortaleza de Falabella como líder en el retaíl físico”, dijo Carolina Ratto, analista de Credicorp Capital, en un informe.
Movimientos recientes en el mercado de bonos sugieren que Falabella se encamina al grado de basura, y el mercado intenta adelantarse a ello.
Los spreads, o diferenciales de tasas, del minorista están muy por encima los de otros bonos BBB y más en línea con las compañías calificadas BB, según datos compilados por Bloomberg, lo que significa que el mercado incorpora un downgrade. La renuncia de Gastón Bottazzini como gerente general no ayudó a revertir esa tendencia.
Nombrado para el puesto más alto en 2018, Bottazzini supervisó la apuesta de Falabella en el comercio electrónico. La compañía adquirió la plataforma Linio ese año y anunció un aumento de capital de unos US$800 millones para financiar su expansión, así como la empresa conjunta con Ikea.
Esa apuesta aún no da frutos. En 2020, Falabella reestructuró Linio bajo la marca falabella.com en medio de comentarios de que pagó de más por la primera. El año siguiente asignó más de 50% de su presupuesto de inversión a operaciones y logística en línea. Incluso contrató a Rick Harrison y su hijo, famosos por el programa de TV “Pawn Stars”, como rostros de una nueva campaña publicitaria.
El estallido social de Chile en 2019, la pandemia del covid y la desaceleración económica que siguió han erosionado los ingresos y las ganancias. La relación deuda total a Ebitda saltó de 3,5 veces en 2018 a 6,8 veces el año pasado.
Antes de que Bottazzini tomara las riendas, Falabella fue en algún momento la mayor empresa en bolsa en Chile, con un valor de mercado de casi US$24.000 millones.
El 29 de agosto informó una caída de 50% en las ganancias del segundo trimestre respecto al año anterior. Dos días después, S&P Global Ratings advirtió que podría rebajar la calificación BBB- de Falabella en tres meses si no muestra un camino claro hacia el desapalancamiento. Fitch también la califica BBB- con perspectiva negativa.
Sus bonos en dólares al 2032 han perdido 4,1% desde el informe de resultados, el peor retorno entre los bonos corporativos chilenos en dólares. Sus bonos al 2027 han perdido 2,8%.
“A juzgar por lo internalizado en los precios de mercado, creemos que la compañía está transando más parecido a un BB+ que a un BBB- chileno”, dijo Benjamín Muñoz, operador de renta fija de la administradora de activos Nevasa en Santiago.
Desde mediados de agosto, el spread de los bonos a 2032 de Falabella ha subido en 77 puntos básicos a 297. Eso está cerca de los 290 puntos básicos de los bonos del productor de alimentos Agrosuper, al cual Moody’s le asigna un grado especulativo. Mientras tanto, los bonos de grado de inversión del productor de celulosa CMPC tienen un diferencial de 189 puntos básicos.
El spread “es justificado porque el apalancamiento ha subido muy por encima del grado de inversión”, dijo Sebastián Cruz, analista de Seminario SAB en Lima. Los bonos siguen cayendo “precisamente porque no anunciaron algo sustancial” para bajar la deuda.
En su conferencia telefónica del 30 de agosto, la compañía dijo que había identificado hasta US$400 millones en posibles ventas de activos para pagar deuda, principalmente bienes raíces y centros de distribución. Analistas del Banco de Crédito e Inversiones sugirieron recientemente que Falabella podría vender parte de su participación de casi 60% en el operador de centros comerciales Plaza SA, valorizado en unos US$1.700 millones.
“Estamos trabajando en planes de monetización de otros activos que comunicaremos al mercado durante este año”, dijo Falabella por email. “Nuestro plan es tangible y medible, reforzando nuestra trayectoria de mejora de leverage y un reflejo de nuestro compromiso con grado de inversión (...) La estrategia de la compañía sigue siendo la misma, con foco en la digitalización y recuperación del crecimiento y la rentabilidad”.
Alguien nuevo estará a cargo de esos posibles cambios. Bottazzini dejará el puesto el 1 de enero y su reemplazo no ha sido anunciado.
Las familias controladoras de Falabella, que en conjunto poseen casi 70% de las acciones, también han reformado el directorio. Enrique Ostalé, ex gerente general de las operaciones en Chile de Walmart y de sus operaciones latinoamericanas después de eso, fue nombrado presidente del directorio en abril. Es el primer presidente del directorio que no proviene de alguna de las familias controladoras.
La compañía también designó un nuevo gerente general para Perú, su mercado más grande fuera de Chile, y un nuevo director general para Banco Falabella. También anunció que descontinuaría su billetera digital, FPay, otro de los productos lanzados por el ex gerente general.
“La salida de Gastón Bottazzini y la llegada de Enrique Ostalé al directorio representan un cambio significativo en la orientación estratégica de la empresa, que ha sido objeto de críticas debido a los elevados niveles de inversión en la implementación de su estrategia digital, sin que estas inversiones hayan generado beneficios claros”, dijo Ratto de Creditcorp.
Pero Falabella tendrá que anunciar algo más pronto para mantener su grado de inversión, según Cruz.
“Mas allá que cambie la cabeza de la empresa, la opinión sobre el crédito sigue siendo la misma”, afirmó el analista de Seminario. “Necesitan un plan más sustancial de monetización de activos para disminuir el apalancamiento mientras las condiciones económicas mejoran”.
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