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Con Temer ya son tres mandatarios brasileños que han quedado en el ojo del huracán por los escándalos de corrupción
En 10 meses los escándalos de corrupción tumbaron a la expresidenta Dilma Rousseff, condenaron al también exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y acorralan a la actual cabeza del gobierno brasileño, Michel Temer.
Se necesita que al menos dos tercios de los 513 diputados de la Cámara, que equivale a 324 votos, acojan la denuncia presentada por el fiscal Rodrigo Janot en junio contra el presidente por corrupción pasiva. Si procede, la Corte Suprema queda autorizada para dar inicio a un juicio penal contra Temer. En este caso, el Presidente quedaría suspendido por los 180 días que demora el proceso y ocupará la vacante el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia.
Janot acusó a Temer de aceptar sobornos por US$11,5 millones del frigorífico brasileño JBS para resolver asuntos tributarios, liberar préstamos de los bancos estatales, entre otros. Por lo que, según el Fiscal, el presidente “engañó a los ciudadanos brasileños” y debe millones a la Nación por haber tomado esos dineros de forma ilegal.
Asimismo, en mayo se desató un escándalo que puso en el ojo del huracán al Presidente pues, según publico el diario brasileño O Globo, un jefe de JBS grabó en secreto una conversación con el mandatario sobre pagos al ex líder de la Cámara de Diputados para que no delatara Temer y lo implicara en la investigación del caso Lava Jato (lavado de autos).
A pesar de las acusaciones, ayer la Comisión de la Cámara Baja rechazó que se juzgue a Temer por corrupción, aunque su voto no es vinculante y el plenario de la Cámara todavía debe emitir una votación.
Los exmandatarios
En el caso de Dilma Rousseff, esta fue destituida de su cargo por maquillar el déficit presupuestal. Es decir que la ahora expresidenta firmó tres decretos por los que concedía créditos de bancos públicos para pagar ciertas deudas de la misma índole. Lo anterior llevó a que se incumpliera la meta fiscal, que va en contra del artículo 4 de la Ley Presupuestaria Anual de 2015. Por otra parte, entre enero y noviembre de 2015, el Gobierno pagó con retraso al Banco Central las ayudas al Plan Safra que buscaba ayudar a que los agricultores tomaran préstamos bancarios. Al retrasarse en sus pagos, se incurrió en una operación de crédito (porque es como pedir un préstamo) algo que es prohibido por la Ley de Responsabilidad.
Por su parte, Lula da Silva, fue condenado a nueve años y medio de cárcel por recibir US$1,2 millones (3,7 millones de reales) en sobornos de la firma de ingeniería OAS SA.
Así, el caso Lava Jato tiene implicado a los tres últimos presidentes de Brasil. “Esto demuestra la magnitud y la profundidad del problema de corrupción que afecta el sistema político” de ese país, señaló Andrés Molano, director académico del Instituto de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
El experto recalcó que este no es un asunto que inició hace poco tiempo, pues “tiene visos de ser un problema de carácter estructural. Por ahora no solo ha implicado a dos expresidentes y a Temer, sino que ha salpicado a ministros de diferentes gobiernos y a miembros del Congreso. Esto refleja un mapa denso de corrupción en la clase política de Brasil”, concluyó.
Lula espera competir por la Presidencia
El expresidente Lula da Silva indicó el jueves que apelará la condena impuesta por el juez Sergio Moro por aceptar sobornos durante su gobierno. Asimismo expresó que busca participar en las elecciones del próximo año. “Si alguien piensa que con ese fallo me sacaron del juego, sepan que sigo en competencia”, expresó da Silva a seguidores en la sede del Partido de los Trabajadores. Si pierde la apelación, no podrá competir por cargos públicos.
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