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El gobierno canadiense ha diseñado un paquete de estímulo para que migrantes y estudiantes vuelvan a emplearse
Cada año más de 45.000 trabajadores del agro llegan a Canadá a apoyar labores de siembra y cosecha. A través del Seasonal Agricultural Worker Program migrantes temporales provenientes de México, Jamaica, Guatemala y diversos países del Caribe, permanecen en esta parte del mundo hasta por ocho meses. Para los agricultores canadienses este apoyo es indispensable, pues son pocos los nacionales que quieren dedicarse a las labores del campo.
Por cuenta de la pandemia del covid-19 este año todo será diferente. Si bien el gobierno de Justin Trudeau incluyó recientemente a los trabajadores del agro entre las excepciones de migrantes que pueden ingresar al país en medio de la emergencia, otras razones complican su llegada. Las restricciones dictadas en sus países de origen, la suspensión de buena parte de los vuelos internacionales, y el temor a contraer el virus, han hecho que por ahora pocos trabajadores extranjeros estén llegando a apoyar las labores agropecuarias.
“La participación de trabajadores extranjeros temporales en nuestras granjas y en nuestros negocios de alimentos es absolutamente necesaria. Es nada menos que una cuestión de seguridad alimentaria”, señaló Marie-Claude Bibeau, ministra de Agricultura de Canadá. El no contar con el personal necesario repercutiría en un menor abastecimiento de productos básicos locales.
Por cuenta del cierre temporal de los negocios no esenciales, más de un millón de canadienses han perdido su trabajo. Además, la suspensión de eventos y actividades propias del verano hace prever que cientos de miles de estudiantes no encontrarán en qué ocuparse durante esa época, que generalmente es propicia para generar ingresos y cubrir sus estudios universitarios.
Diversas agremiaciones de productores agrícolas han señalado que la realidad es que la mayoría de canadienses no quieren trabajar en huertos, granjas o campos, por lo que no esperan un cambio significativo en esa tendencia. “Una de las cosas que el covid-19 está haciendo es revelarnos un montón de áreas donde nuestro sistema alimentario es vulnerable, y una de esas es la mano de obra”, aseguró Evan Fraser, director del Instituto de Alimentos de la Universidad de Guelph.
Para atender esta situación el gobierno federal y las autoridades provinciales trabajan en dos frentes: facilitar la migración de trabajadores temporales del agro e incentivar a los nacionales para que se empleen en dicho sector.
Para atacar el primer frente el gobierno de Trudeau anunció el desembolso de CAD$50 millones, los cuales serán destinados a pagarle a los trabajadores migrantes mientras se encuentren en cuarentena. Cada trabajador recibirá unos $4,3 millones para suplir las dos semanas que debe permanecer en aislamiento tras su llegada al país. Una vez se cumple este requisito, las fincas y cultivos se hacen cargo de salarios y estadía. Algunos gobiernos locales, para atraer más trabajadores migrantes, han anunciado el pago de una bonificación semanal por $287.660. El valor mínimo que recibe una persona por sus labores en el agro oscila entre $37.395,9 - $43.149 la hora, dependiendo de la provincia. De ahí que un extranjero que llegue a través de este programa podría recibir alrededor de $7.571.428 al mes.
Al mismo tiempo los gobiernos provinciales han creado incentivos para aumentar la participación de trabajadores nacionales en el sector. Solo a Quebec, provincia que anualmente recibe casi 11 mil extranjeros a través del Seasonal Agricultural Worker Program, dejarían de llegar 5.000 migrantes temporales.
Un estudio hecho por el Royal Bank antes de la pandemia, advertía que al final de esta década 123.000 puestos de trabajo en el sector agropecuario no serían ocupados por cuenta de la falta trabajadores. El covid-19 aceleró dicha proyección, y puso de presente la necesidad de crear estímulos para que parte de la fuerza laboral del país migre al agro.
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