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El gigante francés se hace con el 100% de la antigua Colomer Munmany para garantizarse el suministro de piel para su gama de artículos.
Chanel, el gigante francés del lujo, pesca en España. A través de una de sus empresas, el grupo ha adquirido el cien por cien del capital de la compañía peletera Colomer Leather Group. Se trata de una empresa bicentenaria con sede en Vic (Barcelona), que, bajo la denominación de Colomer Munmany, fue durante muchos años el líder del sector español del curtido.
Con la adquisición de la empresa catalana, el conglomerado propiedad de los hermanos Alain y Gerard Wertheimer pretende garantizarse el suministro de piel de alta calidad para su catálogo de productos de moda, presumiblemente de marroquinería, calzado y confección.
Tanto en la industria de la piel como en otros sectores, Chanel lleva años comprando empresas para asegurarse suministros clave para sus negocios. A finales de 2013, adquirió su primera firma de curtidos, la francesa Bodin-Joyeux, que ya era proveedora del grupo parisino, para -entre otros objetivos- protegerse ante las subidas en el precio de la piel de cordero. En 2016, tomó la mayoría de otra compañía gala, Megisserie Richard, especializada también en piel ovina.
Nuevo consejo
Tras completar la compraventa de la compañía -cuyo importe no ha trascendido-, Chanel ya ha desembarcado en el consejo de administración de Colomer Leather Group, del que han salido los antiguos dueños. Al frente del nuevo máximo órgano de gobierno se encuentra Bruno Pavlosky, presidente del negocio de moda del grupo Chanel.
Colomer tenía hasta ahora como principales accionistas a la sociedad Pmerschdra, vinculada a la familia Olabarría, con un 64,76%, y a Bardesana Inversiones, de la familia Sumarroca -socio, a su vez, de empresas como Comsa y Agromillora-, con el 19,32%.
Colomer Leather Group cerró el pasado ejercicio con unas ventas consolidadas de 38,5 millones de euros, un 5% menos que en 2016 y muy lejos de los 113 millones de euros que facturaba, por ejemplo, en 1997, veinte años atrás. En 2017, el mercado español concentró el 31% de las ventas, y el resto de la UE, el 64%.
En los primeros años de este siglo, el grupo tuvo que afrontar un fuerte proceso de reestructuración industrial, con cierres de fábricas y despidos, como consecuencia de la competencia de países con costes más bajos.
Colomer fue abandonando la actividad estrictamente curtidora para centrarse en la adquisición y comercialización de piel y en la transformación de ésta en productos semiacabados. El grupo está especializado en pieles pequeñas para confección, calzado y marroquinería.
Actualmente, Colomer tiene solo una firma curtidora, Adobinve, con planta en Mora d'Ebre (Tarragona), que da servicio a terceros. Las otras actividades del grupo están a cargo de las filiales Ledexport Group, de Vic; Pieles Quintana, de Celrà (Girona); Pells del Llobregat, de Cercs (Barcelona) y Pieles del Segura, de Molina de Segura (Murcia). Fuera de España, tiene una filial en Japón.La compañía obtuvo un beneficio atribuido de 2,4 millones de euros, un 44% menos que en 2016. Al cierre de 2017, empleaba a poco más de 200 personas, en línea con el ejercicio anterior.
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