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El autoempleo y el trabajo temporal representa más de un tercio del empleo en países Ocde.
Las nuevas tendencias digitales, globales, climáticas y demográficas están transformando el futuro de las economías y sus poblaciones. Las formas de empleo y, por lo tanto, las pensiones no son ajenos a este cambio. Así lo reveló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), en su informe sobre el Panorama de la Pensiones.
Los sistemas de pensiones en los diferentes países fueron concebidos bajo un modelo de estabilidad laboral, entendiendo que los empleos eran fijos y que una parte del salario era destinada para la seguridad social, sin embargo, eso ha cambiado. Hoy en día, la llegada de la tecnología ha creado empleos disruptivos; hay quienes trabajan por horas, por contrato o a través de internet.
Un ejemplo de ello es la llegada de las plataformas de movilidad, donde si bien hoy representan entre 0,5% y 3% del empleo total en los países desarrollados, “es de considerable importancia para los jóvenes que dependen de nuevas formas de trabajo con mayor frecuencia que las generaciones mayores y algunos de los cuales parecen establecer un valor más alto sobre autonomía laboral”, señala la Ocde. La investigación reveló que el autoempleo y el trabajo temporal representa más de un tercio del empleo en países Ocde.
En la actualidad, solo alrededor del 15% de los trabajadores entre 65 y 74 años tienen un empleo estándar, en comparación a más del 60% entre las edades de 55 a 64 años. Esto supone que las cotizaciones de seguridad social de los trabajadores independientes tienden a ser de un monto menor que el del trabajador formales. La Ocde estima que con esta tendencia, a futuro, los empleados independientes tendrán una pensión de vejez 20% inferior al beneficio de los empleados vinculados con alguna empresa.
Según los cálculos de la Ocde, Japón e Italia serán los países con la población más vieja en 2060, pues de un total de 100 personas, habrá 83,3 mayores de 65 años en Japón y 75,6 en Italia.
Estas tendencias de envejecimiento acelerado impactarán la economía, así lo aseguró Andrew Reilly, analista de pensiones de la Dirección de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la Ocde. Pero, ¿cómo pueden los países hacer frente a esta situación? De acuerdo con Reilly, es inminente la necesidad de tener finanzas adicionales para las “pensiones y la atención a largo plazo de las personas mayores. Con una reducción de la fuerza laboral como resultado de los niveles más bajos de fertilidad en las últimas décadas, el PIB también podría disminuir y los costos adicionales mencionados anteriormente tendrán que ser soportados por esta reducción de la fuerza laboral. De lo contrario, el nivel de deuda aumentará, creando más presiones económicas”.
Según el analista, una solución coyuntural que podría mitigar la problemática es la mayor migración, sin embargo, Reilly cree que “esto claramente no será posible en todas partes”.
Recordemos que la fuerza laboral en los países es lo que impulsa al desarrollo de las economías, y un ejemplo cercano de ello es Canadá. Un país que en los últimos años ha venido fomentando campañas para que las personas vayan a vivir allí y de este modo aumentar su densidad demográfica.
Las tres sugerencias para hacer reformas
La Ocde asegura que se deben hacer reformas al sistema pensional para garantizar su cobertura. Según Reilly, “para los países que tienen sistemas de reparto, no habrá fondos suficientes para financiar futuras pensiones”. Por lo que plantea estas soluciones: 1. Aumentar las edades de jubilación; 2. Aumentar los niveles de contribución; 3. Reducir las pensiones futuras mediante la reducción de la tasa de acumulación. “Para los países que tienen planes de contribución definida o de contribución definida nacional, no hay una medida específica que sea necesaria”, dijo.
Moscú, que ha advertido contra este tipo de acciones, intensificó su amenaza de una respuesta nuclear a los ataques convencionales.
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