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El club de las buenas prácticas evalúo las acciones y recursos con las que se hizo frente a la crisis del covid-19, y con base en eso, errores para que no se cometan de nuevo
Según los balances de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al cierre de enero, 6,8 millones de personas murieron por el covid-19. Y entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) hubo grandes diferencias en el manejo de la pandemia. Tan solo en países como México, la tasa de mortalidad fue hasta 20 veces mayor que en otros territorios como Noruega, lo que mostró poco acceso a la información e intercambio de experiencias.
La pandemia condujo a una reducción de 0,8 años en la esperanza de vida en 28 países de la Ocde, por eso este club de las buenas prácticas revisó los errores al hacerle frente a la enfermedad. Con base en eso, el bloque presentó una receta con siete ejes para que los gobiernos estén mejor preparados al enfrentar una próxima crisis sanitaria.
Lo primero que resalta la entidad es que es clave promover la salud de la población. “Maximizar la salud de las personas antes de una crisis minimiza el daño a la población, reduciendo el riesgo de muerte y problemas de salud a largo plazo”, dice la Ocde. Esto también reduce la demanda de servicios de salud agudos durante una crisis, beneficiando a todos.
Para lograr esto, se proponen puntos específicos. El primero de ellos es que los países promuevan estilos de vida más saludables, el segundo es apostarle a disminuir las tasas de pobreza y el desempleo, aspectos que son fundamentales para mitigar el impacto de futuras perturbaciones en los sistemas de salud, tal cual indica la Ocde.
El segundo punto de resiliencia que los países deben tener en cuenta es promover la retención y el reclutamiento de la fuerza laboral del sector salud.
“En el contexto de la pandemia, las limitaciones de la fuerza laboral demostraron ser una restricción más vinculante que la disponibilidad de hospitales y camas. Un número proporcionalmente mayor de trabajadores de la salud y la atención social en un país de la Ocde fue asociados con resultados relativamente mejores”, se lee en el pliego de recomendaciones del bloque.
Con base en esto, se indica que, a pesar del récord del número de trabajadores de la salud en los países miembro, se requieren más de tres millones de trabajadores de atención médica y de atención a largo plazo adicionales para mejorar la resiliencia.
El tercer punto es promover la recopilación y el uso de datos. “Un mejor uso de los datos y las herramientas para convertirla en información procesable es fundamental para la vigilancia de nuevas amenazas y para proporcionar una mejor imagen de la salud”, dice. Lo anterior porque, según la Ocde, solo 14 de los 38 miembros pudieron vincular datos en múltiples entornos dentro de la atención médica. Esto quiere decir que la información clave para la gestión del sistema de salud no estaba disponible en tiempo real.
La cuarta recomendación es promover la cooperación extranjera, pues “un sistema de vigilancia internacional más sólido con recopilación continua de información, evaluación de riesgos y la coordinación rápida de las respuestas habría facilitado una respuesta más rápida”.
Promover la resiliencia de la cadena de suministro, afectada en la pandemia; impulsar la gobernabilidad y la confianza en las instituciones, que tuvieron que reaccionar en medio de una crisis; y generar planes de atención en salud mental, una de las grandes afectaciones durante el aislamiento; son las últimas tres recomendaciones.
En lo que fallaron los países
La Ocde también se dio a la tarea de señalar cuáles fueron las fallas en la gestión de la pandemia. Lo más clave fue que los sistemas de salud estaban poco preparados, no había prevención; lo otro es que carecían de personal. “Esto limitó las respuestas eficaces a la pandemia”, señaló. También sufrieron de falta de inversión, ya que los sistemas de salud gastaron menos de 3% del total en prevención. La idea es una inversión anual y específica de 1,4% del PIB en los países de la Ocde en relación con el gasto en 2019.
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