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Se espera que los legisladores se reúnan para acordar una comisión interina o autoridad que tenga el control temporal del país
La capital boliviana se vio sacudida por violentos enfrentamientos que dejaron edificios incendiados y saqueos, luego de que el presidente Evo Morales, quien gobernaba desde 2006, renunció presionado por la oposición y las Fuerzas Armadas.
Con su renuncia y la de su vicepresidente, tras ser acusado de fraude en los comicios de octubre en los que fue reelecto, el país quedó acéfalo y presa de la incertidumbre política.
La crisis se aceleró el domingo con un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señaló que las elecciones del 20 de octubre deberían ser anuladas para dar paso a nuevos comicios, luego de haber encontrado "irregularidades" que cuestionaron la victoria de Morales.
Tras hacer un llamado a nuevas elecciones que no fue escuchado, Morales dijo el domingo que renunciaba para reducir la violencia que se ha apoderado de la nación andina, aunque avivó los temores de más disturbios al hacer referencia a un "golpe de Estado" en su contra.
Las tensiones en todo el país, que han estado presentes durante semanas, aumentaron durante la noche del domingo y la madrugada del lunes con el vacío de poder luego de la renuncia de Morales y muchos aliados políticos del Gobierno. No está claro quien lo sucederá a la cabeza del país.
En la capital y en la ciudad oriental de Santa Cruz, multitudes celebraron la renuncia de Morales, quien intentó buscar un cuarto período al mando del país en una elección que estuvo plagada de acusaciones de fraude.
Pero al caer la noche hubo saqueos de negocios e incendios de propiedades. La prominente figura de oposición y académico Waldo Albarracín publicó en su Twitter que su casa había sido incendiada por seguidores de Morales.
Por su parte, otro video ampliamente compartido parecía mostrar a la gente dentro de una propiedad del líder Evo Morales realizando graffitis en las paredes de su vivienda.
"Obviamente tengo miedo de lo que pasará, todo es un desorden en la ciudad, hay peleas entre vecinos", dijo a Reuters Patricia Paredes, una secretaria de 35 años que trabaja en un organismo público.
Según la normativa boliviana, en ausencia del presidente y el vicepresidente, el jefe del Senado se haría cargo provisionalmente de conducir el país y, de no poder, debería hacerlo el titular de la Cámara de Diputados. Pero ambos dimitieron también el domingo.
Se espera que los legisladores se reúnan el lunes para acordar una comisión interina o autoridad que tenga el control administrativo temporal del país, dijo a Reuters un abogado constitucional.
La situación generó críticas en todo el continente, donde muchos líderes consideraron que hubo un golpe de Estado contra Morales. México, Venezuela y el presidente electo de Argentina, entre otros, mostraron apoyo para Morales.
Y Rusia acusó a la oposición boliviana de desatar una ola de violencia en el país.
El presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó entrever satisfacción en su cuenta de Twitter: "Gran día", tuiteó el domingo el mandatario.
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