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Jerome Powell, señaló que en el próximo encuentro de la institución "podría ser necesaria otra subida inusualmente grande"
La Reserva Federal no pisa el freno. El banco central estadounidense mantiene su hoja de ruta y apunta a una nueva subida en los tipos de interés de 75 puntos básicos. Sería el tercer incremento consecutivo de tal magnitud, que dentro del sector se conoce como la bomba atómica monetaria.
La presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, defendió recientemente que los tipos deberían situarse por encima del 4% para el año que viene y permanecer por encima de dicha barrera hasta que el repunte en los precios estuviera bajo control. "Desde mi punto de vista, es demasiado pronto para concluir que la inflación ha alcanzado su punto máximo, y mucho menos que está en un camino descendente y sostenible hasta el 2%", defendió.
Las palabras de esta representante del banco central también hacían alusión a la reacción que hubo en las Bolsas al dato del IPC de EE.UU. en le mes de julio. Este se situó en el 8,5%, dos décimas por debajo de la cifra esperada por las previsiones. La opción de que esta moderación en el encarecimiento de la vida llevase a la Fed a aplicar incrementos de los tipos más moderados se tradujo en fuertes subidas en Wall Street, con el Nasdaq y el S&P 500 ganando más de un 2% en la sesión.
Pero el banco central norteamericano se mantiene firme en una estrategia que pasa por rebajar la inflación aunque ello suponga una ralentización de la actividad económica, y así lo ha asumido el mercado. Por ello, el indicador FedWatch de apuestas de futuros de fondos federales de CME Group cifra en un 82% la probabilidad de que en la reunión del 20 y 21 de septiembre se anuncie otra subida en los tipos de 75 puntos básicos.
Política monetaria restrictiva
De tener lugar este incremento de los tipos, la horquilla se situará entre el 3,25% y el 3% y Estados Unidos habrá afrontado un endurecimiento monetario de 300 puntos básicos en cuestión de algo más de medio año.
Los últimos datos económicos no han hecho más que apuntar en esa dirección. Ayer, por ejemplo, el índice de actividad del sector servicios arrojó un mejor dato del esperado, una novedad que tiñó de rojo los principales indicadores de Wall Street.
"En junio, la subida de tipos de 75 puntos básicos (pb) por parte de la Reserva Federal se consideró como una aceleración sorprendente desde las alzas de 50 y 25 pb de las dos reuniones anteriores. En menos de tres meses, los 75 pb se ha convertido en una especie de norma mundial con el Banco Central Europeo y el Banco de Canadá listos para aumentar los tipos en 75 pb", ha apuntado Andrew Hollenhorst, economista de Citigroup, en una carta enviada a sus clientes.
"Estas alzas de tipos 'rápidas' provienen de una lógica similar: en las economías donde la inflación está muy por encima del objetivo, hay pocos argumentos en contra de al menos devolver los tipos y las condiciones financieras a un entorno 'neutral', si es que no se sitúan en un territorio restrictivo", añade en la misiva.
De hecho, según el economista, los mercados están ya pensando más en la subida que tendrá lugar en noviembre, más que en la de dentro de dos semanas. "Nuestro escenario base es una desaceleración a 50 pb, pero esto dependerá de los detalles de los próximos dos datos del IPC, así como del informe de empleo de septiembre (publicado a principios de octubre)", detalla.
Se modere o no el endurecimiento de la política monetaria, lo que el mercado también está asimilando es que se avecina un periodo prolongado de tipos de interés elevados, algo en lo que también hizo hincapié Powell en Jackson Hole. "Restaurar la estabilidad de precios requerirá mantener una política monetaria restrictiva durante cierto tiempo", adelantó.
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