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Y el martes, las tendencias políticas de Musk se extendieron a dos de sus empresas más destacadas, con el anuncio de que planea trasladar X y SpaceX de California a Texas.
En cuestión de días, el empresario multimillonario ha intensificado su apoyo al movimiento conservador, respaldando formalmente la candidatura de Donald Trump a la presidencia y utilizando su plataforma X para difundir repetidamente su apoyo. Donará US$45 millones al mes a un grupo político pro-Trump, aprovechando su enrome fortuna para influir en la contienda.
Y el martes, las tendencias políticas de Musk se extendieron a dos de sus empresas más destacadas, con el anuncio de que planea trasladar X y SpaceX de California a Texas. La “gota que colmó el vaso”, afirmó, fue una nueva norma del Estado Dorado que prohíbe a los distritos escolares exigir a los profesores que notifiquen a los padres los cambios en la orientación sexual y la identidad de género de un alumno.
Musk, la persona más rica del mundo con una fortuna de US$269.500 millones, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, lleva años alineándose con causas conservadoras como el escepticismo sobre las vacunas y el control de la inmigración ilegal. Pero su plena adhesión a la derecha marca una transformación radical para una leyenda de la tecnología de Silicon Valley que saltó a la fama como visionario de Tesla Inc., una empresa de vehículos eléctricos a la vanguardia del movimiento ecologista.
Stephen Cheung, director ejecutivo de la Corporación de Desarrollo Económico del Condado de Los Ángeles, asistió el martes a una conferencia sobre la comercialización del espacio cuando se conoció la noticia del traslado de la sede de SpaceX.
“Definitivamente va a ser un ojo morado para nosotros. No es una buena imagen para Los Ángeles y California cuando estas empresas se van de aquí”.
El último anuncio de Musk representa un nuevo tipo de reacción del multimillonario, dijo Thad Kousser, profesor de ciencias políticas en la Universidad de California en San Diego.
“Esto es cualitativamente diferente de lo que hemos visto en otras empresas e incluso de lo que hemos visto de Musk antes”, afirmó. “Se trata lisa y llanamente de política social, y si lo cumple, representaría una nueva preocupación para los responsables políticos de California”.
Para California, la quinta economía más grande del mundo, las reubicaciones pueden tener más un impacto simbólico que sustancial. Musk y Tesla ya se trasladaron a Texas. Sin embargo, pocos empleados se vieron obligados a mudarse y la compañía automotriz aún mantiene una enorme presencia en el área de la Bahía de San Francisco, incluida una fábrica en Fremont que emplea a miles de personas. El año pasado, Musk y el gobernador Gavin Newsom anunciaron que Palo Alto albergaría la sede de ingeniería de Tesla.
Newsom respondió a la medida de Musk el martes publicando un mensaje de Truth Social, la red social de Trump, en el que el expresidente decía que el multimillonario se habría puesto de rodillas para obtener subsidios para sus numerosos proyectos. El comentario de Newsom: “Doblaste la rodilla”.
Texas, un estado profundamente republicano sin impuestos a la renta de las empresas ni las personas, ha atraído en los últimos años a compañías de California como Oracle Corp., Hewlett Packard Enterprise Co. y Charles Schwab Corp. El martes, en la Convención Nacional Republicana de Milwaukee, los políticos locales celebraron la decisión de Musk.
“Es simple, el hombre más rico del mundo no puede darse el lujo de vivir en California con las políticas demócratas”, dijo Abraham George, presidente del partido republicano de Texas.
Incluso el propio Kevin McCarthy, legislador por California y expresidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aprovechó la ocasión para criticar las políticas del estado.
“¿Por qué les tomó tanto tiempo?” dijo McCarthy al ser consultado sobre el anuncio de Musk. “Desde que Gavin Newsom fue elegido, está eliminando más puestos de trabajo de los que jamás creó”.
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