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La canciller alemana indicó que "aún hay margen de tiempo" para sellar un pacto e insistió en la voluntad de la Unión Europea para lograrlo
A pesar del llamamiento de Boris Johnson a prepararse para un escenario de no acuerdo a partir del 1 de enero del año que viene, los líderes europeos mantuvieron este viernes su voluntad de negociar hasta el final con Reino Unido un pacto comercial que satisfaga a ambas partes.
Al término del Consejo Europeo, el presidente de la institución Charles Michel tendió una vez más la mano al Reino Unido al subrayar la necesidad de seguir con las negociaciones y su predisposición a "actuar para que un acuerdo sea posible". No obstante, insistió en el mantra comunitario: "No a cualquier precio".
Los países de la UE ofrecieron un respaldo total y sin fisuras a la labor del negociador jefe del bando comunitario, Michel Barnier, al que le encomendaron un esfuerzo final durante las próximas dos o tres semanas para intentar lograr un acuerdo 'in extremis'. Está previsto que Barnier visite Londres la semana que viene para intensificar las negociaciones.
En cualquier caso, la UE tampoco quiere engañarse y se prepara para lo peor. Sabe que alcanzar un acuerdo con tampoco tiempo es complicado y que las fricciones son muy intensas en tres puntos cruciales: las reglas comunes para evitar prácticas desleales ('level playing field'), la gobernanza y la pesca.
La pesca se ha convertido en el tema más espinoso y en el que Reino Unido tiene una posición más inflexible, al ser un asunto que afecta a una decena de países comunitarios y ser susceptible de poder generar divisiones internas en el bloque comunitario. Algo que hasta el momento no ha sucedido.
En el lado europeo, Francia ha sido el país que está mostrando la línea más dura frente a Johnson en cuanto a la pesca. Ayer Macrón advirtió otra vez que la UE "no aceptará sacrificar a nuestros pescadores" y exigió a Londres "más esfuerzos" porque "necesita más que nosotros este acuerdo".
Mientras tanto, Merkel sigue adoptando un perfil pragmático. La canciller alemana indicó que "aún hay margen de tiempo" para sellar un pacto e insistió en la voluntad de la Unión Europea para lograrlo. No obstante, invitó a los líderes europeos a "prepararse para algo que nadie desea, ni la UE ni Reino Unido". Es decir, una ruptura por las bravas de las relaciones comerciales con el otro lado del Canal, cuyo daño económico sería impredecible en unas economías ya gravemente zarandeadas por la mayor crisis sanitaria en un siglo en el continente.
Por otra parte, el coronavirus ha obligado a cancelar la cumbre informal en Berlín de los líderes de la Unión Europea para abordar los relaciones con China. La cita estaba prevista para el 16 de noviembre, pero la situación epidemiológica que sufre el continente, ante la fuerza que está adoptando ya la segunda ola de contagios, ha motivado su suspensión.
El virus ha marcado el Consejo de estos dos últimos dos días en Bruselas. Ursula von der Leyen, abandonó el jueves la reunión para aislarse ante el positivo de un miembro de su equipo y ayer fue la primera ministra de Finlandia Sanna Marin la que tuvo que ausentarse al haber tenido contacto con otro contagiado.
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