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Más de 2 millones de personas en el país de 6,5 millones de habitantes son usuarios de Chivo, según el mandatario Nayib Bukele
Conductores de Uber, camareros y dueños de tiendas comercian diariamente con la criptodivisa en sus teléfonos, comprando las caídas y vendiendo las alzas con una aplicación del Gobierno que viene precargada con US$30 en bitcóin.
La nueva billetera digital del Gobierno, llamada Chivo, fue diseñada para facilitar las transacciones de bitcóin, pero la facilidad con la que los usuarios pueden recargar sus saldos y cambiar instantáneamente entre dólares y pequeñas cantidades fraccionarias de la criptomoneda la convierte en una herramienta perfecta para la especulación.
En la capital, San Salvador, muchas grandes cadenas como Starbucks, McDonald’s y supermercados aceptan la moneda digital para comprar, y algunos negocios más pequeños también la reciben. En el centro de la ciudad, el propietario de una tienda de electrónica, Santos Enrique Hernández, dice que ve hasta 10 clientes al día pagando en bitcóin los auriculares, cargadores y fundas de teléfono que vende.
Chivo, que quiere decir “cool” en lenguaje coloquial, puede ser más rápido que el efectivo o las tarjetas de crédito, dijo. También le permite especular con las variaciones de precios, comprando bitcóin cuando el precio baja y luego convirtiéndolo en dólares si vuelve a subir. Dice que ganó US$12 en dos días especulando con esas fluctuaciones.
El plan de El Salvador, obra del presidente Nayib Bukele, de 40 años, es la mayor prueba para el bitcóin en sus 12 años de historia. Una implementación exitosa que produzca beneficios tangibles para la empobrecida economía centroamericana y tenga una amplia aceptación por parte de los salvadoreños a medida que el bitcóin circula junto al dólar estadounidense podría convencer a otros países de que también le den una oportunidad a las criptomonedas.
Dos millones de usuarios
El Salvador adoptó la criptomoneda como moneda de curso legal el 7 de septiembre y más de 2 millones de personas en el país de 6,5 millones de habitantes son usuarios de Chivo, según Bukele. Los US$30 de bitcóin gratuitos equivalen a cerca del 8% del salario mínimo mensual.
Muchos usuarios solo gastan y especulan con la moneda proporcionada gratuitamente por el Gobierno, pero algunos recargan con sus propios ahorros.
Un cliente de la tienda de electrónica de Hernández, Luis Alfredo Gómez, de 31 años, compró una tarjeta de memoria de US$15 para su teléfono y pagó a través de su aplicación Chivo. El bitcóin apareció al instante en la billetera del teléfono de Hernández. Pero no todas las transacciones son tan fluidas, dijo Gómez.
“Lo que molesta es que no siempre hay cobertura, pero cuando funciona, funciona bien”, dijo Gómez.
Consejo del padre
Después de que el bitcóin subió 11% el viernes, Germán Martínez, un conductor de Uber de 61 años en San Salvador, les dijo a sus hijas que habrían ganado dinero si hubieran escuchado sus consejos y descargado la aplicación.
“Es como las tarjetas de crédito”, señaló. “Nos acostumbramos a usar el plástico y ahora tenemos que empezar a usar las criptomonedas. El mundo tiene que evolucionar”.
Josué Martínez, un barista de 26 años en el Café Fulanos de San Salvador, dice que la red de Chivo se cae a menudo. La cafetería comenzó a aceptar bitcóin el 7 de septiembre, pero algunos clientes se marchan cuando se les dice que el sistema de pago no funciona correctamente.
Muchos salvadoreños rescataron su dinero en cuanto pudieron, convirtiendo sus bitcoines gratuitos en dólares a través de uno de los 199 cajeros automáticos de Chivo instalados en todo el país. Antes había 200, pero uno fue quemado en una protesta contra el Gobierno.
Para promover la adopción, los US$30 en bitcóin gratuitos vienen con la condición de que se utilicen en una transacción antes de que se puedan convertir en efectivo. Como solución, los salvadoreños envían los bitcoines a un pariente, quien luego los devuelve, levantando así el bloqueo.
Roxana Ruana, que esperaba en la fila de un cajero automático de Chivo con su hija para retirar los US$30, dijo que su hermano vive en Estados Unidos y les envía unos US$150 al mes. Explicó que si la aplicación Chivo puede ayudarlos a ahorrar los US$15 en comisión que pagan para recibir remesas a través de Western Union, los ayudará a hacer crecer el negocio familiar de venta de ropa de mujer en San Salvador.
Con más de 2 millones de salvadoreños viviendo en EE.UU., las remesas representan más del 20% del producto interno bruto de la nación. Bukele citó la reducción en las comisiones de envío de remesas como uno de los principales beneficios del bitcóin.
Miedo por la privacidad
No todo el mundo comparte su entusiasmo. El arquitecto Carlos Hernández y el activista digital Roberto Dubon se negaron a descargar la aplicación porque no quieren que el Gobierno tenga acceso a sus datos.
“El espíritu del bitcóin cuando se diseñó era no dejar que los Gobiernos intervinieran, entonces, ¿por qué el Gobierno de El Salvador lo está usando?”, comentó Dubon. “Es como entregar tu teléfono a la agencia estatal de inteligencia”.
Hernández dijo que el hecho de que el Gobierno haya retirado la aplicación de las tiendas durante varios días después de su lanzamiento es una señal de alerta que debería disuadir a las personas a tener dinero en ella.
“Es como un interruptor que encienden y apagan, y si lo desconectan ¿a quién vas a reclamar?”, dijo Hernández.
También criticó la compra de 700 bitcoines que realizó Bukele en septiembre, diciendo que “está jugando con mis impuestos”.
Riesgo político
Wilfredo Hernández, un cocinero de línea de 37 años, planeaba retirar los US$60 que él y su esposa tenían en sus billeteras Chivo del Gobierno, pero descubrió que habían disminuido a US$57 cuando hizo la fila en el cajero automático.
El experimento del bitcóin es un gran riesgo para Bukele, dijo Valeria Vásquez, analista para Centroamérica de la consultora de riesgos Control Risks. Si los salvadoreños comienzan a perder dinero en sus billeteras de criptomonedas, podría costarle el apoyo popular, señaló. El precio del bitcóin ha caído alrededor de un 7% desde que Bukele anunció la primera compra de un lote de 200 monedas el 6 de septiembre.
Bukele quiere cambiar la Constitución para permitir la reelección y necesita mantener sus altos índices de aprobación para que esto suceda, dijo Vásquez.
Las protestas contra el bitcóin y las decisiones de Bukele de despedir a jueces y al fiscal general atrajeron a miles de personas el 15 de septiembre, y las marchas más pequeñas continuaron hasta fin de mes. El 12 de octubre está prevista otra protesta contra el Gobierno de Bukele y la adopción del bitcóin.
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