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Secretario de Estado argumenta que en solo un mes el escenario cambió por la guerra comercial. Además, ratifica que espera aprobar este año el proyecto tributario y advierte que el retraso en las reformas está afectando las expectativas.
La misión de Felipe Larraín por estos días no es fácil. Como ministro de Hacienda no solo tiene que velar por los equilibrios fiscales y el crecimiento de la economía -que se desacelerará este año-, sino que también es el encargado de aterrizar los costos de la serie de anuncios que realizó el presidente de la República, Sebastián Piñera, en su segunda cuenta pública ante el Congreso pleno el sábado.
Una agenda que involucra nuevos trenes, una reforma constitucional para rebajar el número de parlamentarios y cambios a Fonasa para reducir el precio de los medicamentos.
Todos con un costo para el Fisco que, según los cálculos del jefe del equipo económico, ascenderá a más de US$ 12.000 millones este año y US$ 65.600 millones en el período 2018-2022.
“Yo destacaría la consistencia del mensaje, la coherencia con el programa de gobierno y el llamado a la colaboración para generar grandes acuerdos. Ese es un sello del Presidente”, afirma el secretario de Estado a solo horas del mensaje del mandatario ante el Parlamento.
A su juicio, lo que se anunció la noche del sábado es básicamente “la bajada” del programa de gobierno e implica importantes recursos y “que lo llevemos a cabo”, añade, sin cejar en su frase de que “duerme tranquilo” a pesar de las turbulencias internacionales y el lento avance de la agenda legislativa en el Congreso.
¿Por qué se actualizó la proyección de crecimiento en la cuenta pública? Es algo bien inédito.
Hace un mes, cuando nosotros hicimos la proyección de 3,5%, la situación era distinta. Hoy tenemos una situación internacional que se ha deteriorado. Decir que creceremos en un rango de 3% a 3,5% es una dosis de realismo cuando la confrontación comercial se ha profundizado, la guerra comercial se ha agudizado y hay amenazas de alzas de aranceles por parte de Estados Unidos a importaciones de partes de autos de Japón y la Unión Europa, y ahora México.
En nuestra región, además, tenemos a Argentina en recesión y Brasil con un trimestre de crecimiento negativo.
Un tema que hemos hablado con el Presidente es que hoy se hace muy exigente crecer al 3,5%. Podemos hacerlo, pero estamos en el tope del rango.
Hay un efecto de baja base de comparación que ayudará luego de un PIB que creció 1,6% en el primer trimestre. Pero ¿qué otros factores internos lo hacen pensar que la economía irá de menos a más?
No es solo la menor base de comparación lo que nos permitirá crecer más durante el segundo semestre. Recordemos que en los primeros meses de este año sufrimos los efectos de los aluviones en el norte que afectaron la producción minera y restaron muchas décimas de crecimiento, además de otros shocks de oferta transitorios en sectores que son más volátiles.
En el segundo semestre, esperamos ver una recuperación importante de la producción minera y de estos sectores afectados por factores puntuales.
Por otro lado, todos los antecedentes apuntan a que la inversión se mantiene dinámica. El catastro de inversión privada se ha más que duplicado en los últimos 12 meses y hay una serie de proyectos que se están ejecutando cuyos efectos se ven hoy principalmente en la construcción, pero que una vez concretados comenzarán a tener impactos positivos sobre otros sectores de la economía.
Las condiciones financieras son favorables para el consumo y la inversión y la confianza empresarial se mantiene en niveles optimistas, lo que configura un escenario positivo para la recuperación económica.
En la medida que no estén presentes los shocks de oferta que ocurrieron en el primer trimestre, que avancen los proyectos estructurales en el Congreso y se normalicen las condiciones externas, nuestro país volverá a crecer más cerca de su potencial. El mensaje que quiero enviar es que no hay que sobrerreaccionar a las cifras de un trimestre.
Usted y el mismo Presidente ya han hablado de un año 2019 más difícil por la guerra comercial. ¿En qué quedó el hecho de que el partido se juega más bien en casa?
Siempre hemos dicho que más de la mitad del crecimiento se explica por factores locales y eso lo mantenemos. Sin embargo, eso no quiere decir que las condiciones externas no incidan en el desempeño de nuestra economía. Si se deterioran, como lo han hecho en los últimos trimestres, por supuesto que vamos a ver efectos sobre nuestra economía, pero estos efectos serán más acotados en la medida que hagamos las cosas bien internamente, que sigamos fortaleciendo nuestras instituciones y creando las condiciones para lograr que el crecimiento sea sostenible en el tiempo.
¿Hay espacio para medidas adicionales de incentivos para reactivar la economía?
Estamos en un proceso de evaluación, siempre en términos de qué podemos hacer para que sean más expeditos los procesos de tramitación dentro del Estado. Estamos trabajando en eso, pero tenemos un programa macizo para este año de inversiones en distintas áreas.
“No dependemos de un solo proyecto para crecer”
¿Cuánto impacta en el deterioro de las expectativas el retraso en la aprobación de las reformas?
El retraso en la aprobación en las reformas retrasa el momento en que se concretarán los beneficios para la población que incluyen estos proyectos, como mejores pensiones, mejores condiciones laborales, beneficios para acelerar el crecimiento de la inversión y la creación de empleos.
Desde ese punto de vista, la demora en la tramitación de las reformas es un factor que afecta a las expectativas, pero sobre todo tiene efectos concretos sobre las personas, y es por eso que hago un llamado al diálogo y a la búsqueda de acuerdos para avanzar con mayor celeridad en la tramitación de proyectos como la modernización tributaria y el proyecto de pensiones, porque son proyectos que apuntan a mejorar el bienestar de todos los chilenos, especialmente de nuestra clase media y los más vulnerables.
Si la reforma tributaria no se aprueba este año, ¿nos podemos olvidar de un PIB entre 3% y 3,5%?
El gobierno está trabajando en diversos frentes para apoyar el crecimiento de la economía y el proyecto de modernización tributaria es uno de ellos. Por ejemplo, estamos trabajando con el MOP en dar un reimpulso a las concesiones, en la agenda microeconómica con el Ministerio de Economía, y en la modernización laboral con el Ministerio del Trabajo. Desde Hacienda hemos avanzado en el fortalecimiento de las institucionalidad fiscal y bancaria, hemos reducido el déficit fiscal, trabajamos en la modernización del Estado y estamos dando pasos concretos para convertir a Chile en un centro financiero regional, lo que estamos seguros significará más progreso, desarrollo y más empleos de calidad.
Es decir, no dependemos de un proyecto en particular para crecer de forma sostenida, sino que es un conjunto amplio de iniciativas las que nos permitirán sostener la recuperación económica.
Entonces, ¿no es tan dramático si la reforma se aprueba recién en 2020?
Nosotros queremos que la reforma se apruebe este año, creemos que es muy importante que sea así porque va a despejar mucho el camino. Hay que recordar que el proyecto tiene incentivos específicos a la inversión, como la depreciación instantánea, incentivos especiales para la construcción, medidas para las PYME, etc. La reforma tributaria es un proyecto muy importante en materia de incentivos para estimular la inversión.
Polémica por el 4% en pensiones: "La fórmula específica la definiremos en la discusión en particular"
El tono de Felipe Larraín cambia cuando se le consulta sobre la principal polémica que dejó la cuenta pública del sábado: quién administrará el 4% adicional de cotización previsional.
El presidente Sebastián Piñera abrió las dudas en la oposición, principalmente en la DC, al señalar que todos los trabajadores tienen el derecho a decidir quién gestiona dichos recursos, sembrando cuestionamientos, dado que el acuerdo que alcanzó el gobierno con la falange era que el citado porcentaje sería responsabilidad de un ente estatal.
El ministro Larraín se limita a reiterar que lo convenido con la DC, el PR y algunos independientes se cumplirá, pero evita profundizar respecto al detalle específico.
¿Cómo es compatible el ente estatal con la posibilidad de darle elección a los cotizantes de cómo se administran sus fondos?
El Gobierno cumple los acuerdos. Respetaremos el acuerdo alcanzado con la DC, el PR y sectores independientes en la reforma de pensiones.
La fórmula específica la vamos a definir dialogando en el curso de la discusión parlamentaria en particular.
Lo importante es que no hay incompatibilidad entre que haya un ente público, que se haga cargo del 4% y que respetemos la posibilidad de elección de las personas.
Su reflexión del primer año: "En retrospectiva, siempre se puede haber hecho mejor las cosas"
¿Qué errores buscará no replicar en esta segunda parte del gobierno?
Cuando uno mira en retrospectiva, siempre se puede haber hecho las cosas mejor. Lo importante es seguir trabajando por los proyectos e iniciativas que permitirán tener un crecimiento sostenible en el tiempo y, de esa forma, mejorar la vida de los chilenos.
El primer año estuvo caracterizado por la compleja tramitación de las reformas en el Congreso, y aún falta el debate en particular de la reforma tributaria y previsional. ¿Cómo logrará buscar acuerdos más amplios con la oposición? ¿O mantendrá la estrategia de centrar esfuerzos en el PR y la DC?
Vamos a negociar con todos quienes estén dispuestos a hacerlo. Somos partidarios de alcanzar acuerdos amplios para hacer sostenibles los cambios que estamos impulsando, pero no podemos obligar a nadie a conversar.
Hace un año usted planteó que se podía recortar el impuesto a las empresas si mejoraba la situación fiscal. ¿Esto podría ocurrir aún durante este gobierno?
No está en el actual proyecto tributario.
La sensación ahora es que toda la energía está puesta en las reformas. ¿Cómo y cuánto cambiará eso hacia adelante?
La energía está puesta en varios frentes ahora, no solo en las reformas que se tramitan en el Congreso, y eso no cambiará en el futuro.
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